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El problema de los monopolios: lecciones del béisbol profesional

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El problema de los monopolios: lecciones del béisbol profesional
Estudios muestran que los peloteros bajo cláusula de reserva son explotados por los dueños.

La teoría económica predice que cuando las empresas (equipos) tienen monopolio en la contratación de trabajadores (jugadores), el resultado es que perciben un salario muy inferior al que recibirían si pudiesen ofrecer sus servicios en el libre mercado.

Hasta 1976, los dueños de equipos de béisbol de grandes ligas (en adelante, MLB) utilizaron la “cláusula de reserva” como un mecanismo para impedir la libre contratación de jugadores en el béisbol profesional. Bajo esta cláusula, los jugadores que firmaban con un equipo tenían impedimento ilimitado de jugar con cualquier otro equipo, a menos que los jugadores fuesen vendidos o intercambiados mediante acuerdos entre los dirigentes. A pesar de que la justificación de esta cláusula se fundamentó en promover la competencia dentro del deporte, este instrumento sólo sirvió para mantener a los jugadores de béisbol de MLB con bajos salarios.

El impacto económico más importante de la cláusula de reserva era otorgar a los dueños de equipos de MLB poder monopólico en la contratación de atletas (fenómeno conocido como monopsonio). La teoría económica predice que cuando las empresas (equipos) tienen monopolio en la contratación de trabajadores (jugadores), el resultado es que estos perciben un salario muy inferior al que recibirían si pudiesen ofrecer sus servicios en el libre mercado (o agencia libre), el cual está enteramente determinado por su productividad. La diferencia entre el salario de contratación y el salario de libre mercado se conoce como explotación del trabajador. Como la cláusula de reserva eliminaba la competencia en la contratación de peloteros, dando la oportunidad de pagar bajos salarios, ella sirvió por muchas décadas como un instrumento para que los dueños de equipos explotaran a los jugadores.

Estudios económicos realizados durante los 1970 muestran que los atletas de MLB recibían tan sólo entre el 20% y 40% del salario que estaba acorde a su productividad (Scully, 1974). Como podemos esperar, la falta de competencia hacía que los dueños de equipos pagaran salarios que eran únicamente suficientes para mantener a los jugadores contratados.

En 1976, luego de un arduo proceso de negociaciones colectivas y acuerdos entre jugadores y dueños de equipos, la MLB instituyó la agencia libre y reglamentó el mercado laboral como lo conocemos hoy en día: los jugadores con menos de seis años de experiencia están contratados bajo la cláusula de reserva, y los jugadores con más de seis años de servicio podrían optar por la agencia libre.

El impacto de la introducción de la agencia libre sobre el salario de los trabajadores fue asombroso. En la década de 1980, nuevas investigaciones mostraban que la primera familia de jugadores de agencia libre recibía salarios equivalentes al 95%-98% de su productividad (Quinton, 1982; Raimondo, 1983). Sin embargo, estudios más recientes muestran que aún queda evidencia de explotación en los peloteros con menos de tres años de experiencia debido a que juegan bajo la cláusula de reserva. En el caso de los jugadores que poseen de tres a seis años de experiencia, a pesar de que aún juegan bajo esta cláusula, no poseen problemas de explotación porque estos tienen la oportunidad de re-negociar sus salarios mediante arbitraje. La explotación es virtualmente inexistente en los jugadores que disfrutan de la agencia libre (Marburger, 1994; Gustafson y Hadley, 1995).

Los monopolios surgen cuando son impuestas reglas o leyes dentro del mercado que impiden la libre negociación de los agentes económicos. Esto se puede presentar cuando una (o más) empresas poseen la exclusividad de proveer un bien o servicio o de contratar trabajadores o insumos para la producción. En todos los casos, los monopolios perjudican a la sociedad porque explotan a los agentes económicos, ya sea mediante el pago de bajos salarios o el cobro de precios excesivos de los productos que comercian. También, los monopolios producen bienes y servicios de baja calidad o en cantidades insuficientes a las que demandan las personas.

En República Dominicana existe una amplia variedad de sectores económicos que operan como monopolios (u oligopolios). Por ejemplo, la liga invernal de béisbol mantiene un sistema de cláusula de reserva parecido al utilizado en sus inicios por la MLB. Por el lado del sector público, existe un monopolio en la contratación de médicos que cursan especialidades (por eso no es de extrañar que estos devenguen salarios de apenas RD$25,000).

Otros monopolios que existen en nuestro país se hallan en los mercados de importación, distribución y venta al detalle de combustibles; en la producción y distribución de energía eléctrica; en la importación de productos agropecuarios; en el transporte de pasajeros; en el transporte de carga; en el servicio de agua; en el manejo de puertos; en fin, la lista es bien extensa. En todos los casos, la falta de competencia en estos mercados generan a la sociedad un perjuicio de magnitud significativa.

Al igual que la agencia libre ha beneficiado a los jugadores de MLB en la obtención de mejores salarios, si queremos mejorar el nivel de ingreso de los dominicanos, es tiempo que nos planteemos una revisión y eliminación de los monopolios que gozan algunos sectores económicos. Los monopolios (u oligopolios) que operan en nuestro país han sido justificados de múltiples maneras, sin embargo estos privilegios solo perjudican al trabajador, deprimiendo sus salarios, o a los consumidores, que merecemos bienes y servicios a mejor precio y de mayor calidad.