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El Museo de Casa de Tostado

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El Museo de Casa de Tostado
La nota arquitectónica sobresaliente es la ventana geminada gótica, la única en América Latina.

La mansión conocida como casa de Tostado, fue erigida por el rico escribano don Francisco de Tostado, quien además, era encomendero, dueño de unas ocho casas en la ciudad y de ingenios de caña de azúcar. Construyó esta mansión como su residencia, la propiedad llegaba hasta el mar, poseía patios y huertos, además de la casa anexa, por la calle arzobispo Meriño.

Su original función de vivienda ha sido transformado hoy en día en la de museo, después de su restauración. Conserva el carácter de vivienda pero adaptada al siglo XlX, en el cual familias distinguidas la habitaron, como Damián Báez, hermano del presidente, quedando la propiedad en manos de la familia, hasta su adquisición por el gobierno dominicano, en 1972.

La distribución arquitectónica que se conserva hoy en día en este palacio de tres niveles es a saber: en el primer nivel un salón de recibo que comunica con la escalera que da acceso al segundo nivel o planta noble del edificio. Igualmente comunica con la galería posterior, de acceso al patio y a las salas de recibo. Estas son dos habitaciones de grandes dimensiones, rectangulares, que comunican con espacios más pequeños en el extremo Este de la edificación. Desde el punto de vista museográfico, las habitaciones están ambientadas como salones para visitas y cuarto de música, así como comedor. Los muebles y objetos de adorno son todos auténticos del siglo XlX, el salón es de estilo victoriano y art nouveau, el comedor.

Los dos pequeños espacios están destinados a despacho y cocina, aunque esta última en aquella época, funcionó en un anexo en el patio, hoy desaparecido, no deja de ser una pieza por demás interesante, por lo cual se recreó en esa estancia.

En el segundo nivel se encuentran seis espacios aislados, comunicados entre sí por puertas y una gran galería que mira hacia el patio interior. En estos espacios se producen las funciones de recepción, salón de conversación y lectura, una sala de reunión familiar, aposento matrimonial, aposento de hijos y sala de costura y labores. Como sucede en la primera planta, todos los muebles y objetos de adorno, así como las luminarias, son auténticos del siglo XlX, adquiridos en nuestro país, a familias tradicionales.

Se destaca la urna funeraria que perteneció a Napoleón Bonaparte, de porcelana de Meissen, donada por doña Graciela García-Godoy viuda Chottin.

La nota arquitectónica sobresaliente en la casa, es sin dudas, la ventana geminada gótica, única que sobrevive hoy en día en América Latina. La casa cuenta con una torre o logia mirador, a la que se accede por una escalera de caracol de madera, auténtica. En el mirador, la familia podía recibir la brisa fresca, mientras disfrutaba de una espléndida vista de la ciudad y del mar.

La casa posee espléndidos trabajos en ladrillo en los vanos de las ventanas y los pasos de una habitación a otra.

La función actual ha trasformado el patio destinado a la siembra de plantas medicinales, en un bello jardín interior, desarrollado alrededor de una agradable fuente, decorada con azulejos mozárabes. Desde allí se pueden observar las arquerías de las galerías, así como el pozo medianero, cuyo brocal fue restaurado.

Alrededor del pozo existe una leyenda que cuenta cómo un oficial haitiano, hijo de un general francés, se enamoró de Mariana, la hija de la casa. Involucrado con los dominicanos en la conspiración de los Alcarrizos, fue perseguido al detectarse el complot, Mariana lo escondió en el pozo, con tan mala suerte que al requisar la casa, la tropa haitiana disparó dentro del pozo, matando al desventurado enamorado.

Desde entonces, dice la leyenda, su espíritu, vaga por el patio y la mansión buscando a su amada Mariana; quien después de la tragedia, ingresó en un convento.