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Buena vida

Un espacio a la horma de una diseñadora de calzado

Un par de zapatos de tacón de Vivienne Westwood inspiró a Natalia Franch a decorar su hogar.

Un par de zapatos de tacón -diseñados por Vivienne Westwood- fueron los responsables directos de inspirar a la diseñadora de interiores y calzados, Natalia Franch, cuando decidió moldear su espacio de una forma original y arriesgada.

La afición de la diseñadora de interiores y calzados, Natalia Franch, por el contraste de estilos y colores, queda más que evidenciado en su sala-comedor (siendo el área principal de su apartamento). En esta se exhiben la contraposición de muebles en negro (su color favorito), con una alfombra roja (el único toque carmesí del apartamento) y, por su supuesto, con piezas matizadas de aqua (el tono que sirve como hilo conductor de todas las estancias).

¿A quién se le ocurriría la idea de ambientar su apartamento partiendo del color y de la textura de un calzado de diseñador? Pues, probablemente, la respuesta la tenga la joven diseñadora Natalia Franch, quien tras estudiar diseño de calzado en Italia, y demostrar que le fascina diseñar interiorismos poco convencionales, halló en un par de zapatos los "culpables perfectos" para crear su propio espacio.

Y es que la también diseñadora de interiores es proclive a trabajar sus proyectos con libertad y con la firme convicción de que "no todo debe estar fríamente calculado, porque de lo contrario se pierde el interés en los ambientes"... Y, por supuesto, su ambiente no podía ser la excepción.

Igual que cuando diseña zapatos, esta artista fue atando cabos en el apartamento de 85 metros cuadrados que hoy ocupa, dejándose guiar por el vibrante tono aqua de un par de zapatos pertenecientes a una de las múltiples colecciones de Vivienne Westwood -diseñadora inglesa de larga trayectoria, que revolucionó el mundo de la moda con sus atrevidos diseños-. Así, Natalia Franch se animó a vestir de azul las piezas mobiliarias que decoran todas las áreas de su hogar, en el que habita sola.

Cuando ocupó este espacio, decidió pintar las paredes de un amarillo limón, un color que prodiga positivismo y buena energía, para combatir la soledad que le produjo cambiarse de su antiguo domicilio materno.

Como un espaldarazo a la iniciativa de independizarse, todos sus familiares le regalaron piezas y ornamentos que ella transformó en increíbles creaciones y de las cuales se siente enormemente orgullosa.

Entre algunos de los obsequios (ahora remodelados), que provienen de un sorprendente listado de sucesión familiar, se encuentran: la butaca que preside el "jardincito" de su sala, la cual perteneció inicialmente a una tía y posteriormente a su madre, siendo pintada y retapizada actualmente por Franch; artesanías de caoba de un gift shop de su abuelo, que pintó de blanco y simulan ser yeso; los muebles de la sala, que le regalaron sus tías, complementados por su actual propietaria con llamativos accesorios. Así como el comedor de seis sillas (con más de una década en su haber) que también le fue conferido por la vía materna y que, igualmente, se ha unido a la "aquamanía" de su hogar; y un espejo de grandes dimensiones que utiliza como mesa central, provisto por otras tías... En fin, una procesión de artículos para el hogar, a los que Natalia Franch les ha sabido sacar el máximo provecho, y los que le han llevado a pensar que su "decoración ha resultado muy asequible (risas)".

En cuanto a los estilos y contrastes que implementó en todas las áreas de su apartamento, Natalia fue "súper ecléctica". Ella también es de las interioristas que optan por impactar al visitante en cada estancia, a través de una pieza que le robe la mirada y que lo deje en pleno estado de shock.

Al esbozar los prototipos de sus calzados, Franch siempre inicia con un millón de ideas al diseñar los bosquejos de los espacios comerciales y residenciales. Pero en su refugio tan personal e íntimo, Natalia sabía que debía articular e hilvanar meticulosamente todas las piezas, de modo tal que pudiesen calzar su gusto personal y amoldarse perfectamente a su horma profesional.