Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Música
Música

El trío perfecto

Con sólo cuatro años tocando esta joven podría convertirse en la próxima gran concertista del violín. Te invitamos a conocer algunos detalles de esta incipiente estrella

Con sólo cuatro años tocando una santiaguera de 16 años de edad y miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, promete convertirse en la próxima gran concertista del violín. Te invitamos a conocer algunos detalles de esta incipiente estrella.

“¿Cuáles son tus objetivos a mediano plazo?”, pregunta quien escribe. “Pretendo estudiar en el extranjero”, contesta emocionada. “He aplicado en varios lugares, así que será en el primero que me den la beca”. En ese momento su madre, también presente en la entrevista, la mira con orgullo. No es para menos; con sólo 16 años, Natasha Abreu se proyecta como otra gran virtuosa del violín.

“¿Qué sientes cuando te comparan con Aisha Syed?”, continúa la ronda de preguntas. “Me siento honrada”, responde Natasha con diplomacia, “ella es como una hermana mayor, por lo que significa que voy en buen camino”. Inmediatamente después, cuenta la ocasión en la que tuvo la oportunidad de conocer a la también violinista. Además de compartir su amor por el violín, ambas nacieron en Santiago y estudiaron en la misma academia de música, Hogar de la Armonía.

Henry Disla Eli, quien fue su profesor allá, fue el responsable de descubrir su talento oculto. A los tres meses de haber iniciado sus clases, cuenta el profesor, dio su primer recital en el colegio Padre Fortín, y a los cinco meses participó en el Festival Mi Pieza, donde interpretó el concierto en LA menor de Vivaldi. “Al año, tocó los tres movimientos de la misma pieza como solista. Estaba impresionado”, comenta Disla Eli.

La rápida evolución de Natasha y el gran deseo que mostraba por aprender más y más, motivó a Henry a recomendarla para que continuara sus estudios con el maestro Caonex Peguero. Este cambio, si bien significó un sacrificio por la distancia que debe recorrer cada sábado, le ha permitido aumentar aún más su nivel en el violín.

“Sé que nadie es perfecto, pero sueño con alcanzar ese nivel de perfección en el que, al tocar, todo el mundo se sienta complacido”, convencida enfatiza Natasha.

“¿No sientes que te presionas demasiado?”, vuelvo a preguntar.

“No. Practico entre seis y ocho horas al día y la verdad, si por mí fuera, duraría más. ¡Ni siquiera siento cuando el tiempo pasa!”, concluye Natasha entusiasmada.

Justo en ese momento todos la miran y sonríen. A Natasha le espera un gran futuro, y a nosotros nos toca aplaudirlo.

Fotos: Ricardo Hernández

Expandir imagen
Infografía
Natasha Abreu junto a Caonex Peguero. (RICARDO HERNÁNDEZ)

Junto a Caonex Peguero

Como su mentor, ¿qué cualidades ha visto en Natasha?

Natasha tiene un talento musical extraordinario y unos padres dispuestos a apoyarla en todo. Además, tiene la disciplina y visión necesarias para llegar lejos en el violín.

¿Cuáles cualidades considera perentorias en un músico?

Lo primero es la facilidad técnica, que se resume en buena coordinación motriz y una memoria excepcional de manera que pueda recordar todas las notas que se aprende. Aparte, sensibilidad artística y una curiosidad intelectual que le permita seguir profundizando en la música.

En su larga y fecunda carrera musical, ¿qué es lo que más y menos le enorgullece?

A pesar de que me he distinguido como solista, soy, sobre todo, un mentor. Por eso lo que más me enorgullece es ver a mis pupilos destacándose, triunfando e incluso superándome. Por otro lado, me apena que no reconozcamos el poder de las artes. Es el alimento espiritual y el legado que realmente queda.

TEMAS -