Internet en la era del “eterno ofendido”
El Internet, junto a todos sus beneficios, también nos ofrece la libertad de expresarnos, y por ende, quejarnos más.
Maripily Menéndez
Lo vemos todo el tiempo en todas las secciones de comentarios de redes sociales, populares páginas de noticias y de variedades: los usuarios de Internet al parecer nos quejamos absolutamente DE TODO. Que si tal celebridad hizo un comentario fuera de lugar sobre un tema equis, que si alguien se puso un disfraz ofensivo, que si una revista femenina trató un tema de determinada forma y no de otra, en fin, hoy en día es difícil hablar sobre temas ‘delicados’ sin que surja una abrumadora cantidad de ofendidos haciendo pataletas detrás de sus pantallas.
Se entiende que cada quien tiene derecho a una opinión y a que ésta sea respetada, a decir lo que consideran está mal y pelear por los derechos propios, pero aquí el punto es si en realidad no se nos habrá salido de las manos el nivel en que nos ofendemos por trivialidades que en realidad no son para tanto, hoy día nos estamos tomando ciertas cosas demasiado en serio, y creando un espectro demasiado ambiguo entre lo real y lo que se considera ‘políticamente correcto’. El escritor Elbert Hubbart una vez dijo: “Para escapar de las críticas no hagas nada, no digas nada y no seas nada”, y esta es, aparentemente, la posición que será necesario tomar en un futuro no muy lejano cuando la gente sea demasiado sensible para consumir los contenidos de Internet con normalidad.
En abril del año pasado la revista digital Cracked publicó un artículo titulado 5 Ways Our Generation Has Ruined “Being Offended” (5 maneras en que nuestra generación ha arruinado el concepto de “estar ofendido”), en el que el autor, J.F. Sargent, explica que las personas simplemente se encuentran en una constante búsqueda de cosas por las que sentirse ofendidas y quejarse, y planteó el caso del comediante Trevor Noah y su entrada a The Daily Show. Sitios web populares se dieron a la tarea de rebuscar entre tuits viejos del humorista en los que bromeaba con temas de racismo y sexismo. El bombardeo de quejas fue tal que se especulaba que Noah perdería su trabajo por tuits que había publicado hacia años.
Se debe considerar otro elemento, y es el del “troll de Internet”, esa persona que de manera consciente emite comentarios que sabe causarán controversias y respuestas apasionadas, con el principal objetivo de causar conflictos. A estos es recomendable ignorar, y afortunadamente son fáciles de identificar.
El poder de las redes sociales es avasallante, y si bien ha servido para lograr cambios positivos también puede volverse un arma de doble filo, si no sabemos medir y diferenciar entre lo que en realidad vale la pena ser denunciado y lo que no. Y sí, sabemos que imaginarnos un mundo en el que cada quien sea el perfecto y prudente usuario de Internet es sencillamente una utopía.
Lo que sí está en nuestras manos es primero educarnos respecto a todo. La información ya está ahí, solo nos falta hacer el esfuerzo de documentarnos respecto a un tema en específico antes de emitir una opinión, y así sobrellevar las cosas de manera más civilizada y por lo menos con un argumento. Tal vez lo que en verdad haga falta sea menos palabrería digital y más acciones significativas que sí aporten algo a los problemas verdaderos.
Maripily Menéndez
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