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¡Reinvéntate! Vive la vida que quieras vivir

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¡Reinvéntate! Vive la vida que quieras vivir

Aferrarse a ejercer la misma profesión de por vida ya no es garantía de éxito, en un mundo en cambio permanente la última tendencia laboral consiste en reinventarse. La cuestión es atreverse...

Tres preocupaciones abundan en los profesionales de este tiempo. Se las oí decir a muchos en 2016 cada vez que se les convocaba a sincerarse:

–“Quiero ser libre”

–“Quiero reinventarme”

–“No sé para qué”

“¿Liberarte de qué?”, era la pregunta siguiente. De algún apego, de un “buen” empleo, de una relación, de sí mismo, etc. Las respuestas podían ser tantas como personas hubiera en el espacio de intimidad donde se desarrollaba la conversación.

Como me gusta aglutinar ideas afines, clasificarlas y ponerles nombres, resumo que la gente quiere liberarse de la abundancia, por paradójico que parezca, o liberarse de la escasez, según sea su estilo de vida. Entre quienes predomina una “economía de la abundancia”, tenemos tantas cosas que ellas terminan por poseernos y nos convertirnos en esclavos de nuestras propiedades.

Cuando te regalan un reloj, escribía Julio Cortázar, te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. “No te regalan un reloj, tú eres el regalado”.

Por causa del apego, del miedo a perder lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido o dejar perdido aquello en que tantos recursos hemos invertido, terminamos patinando en “la falacia de los costos hundidos”: nos privamos de renunciar para no perder el tiempo, el dinero y la energía invertidos en las adquisiciones o en los emprendimientos, sin reparar en que esos recursos ya son irrecuperables y que mientras más permanezcamos en la situación que nos ata, más difícil será desatarnos.

Imagina que empiezas a cavar un hoyo buscando agua, y cuando llevas varios días cavando, te das cuenta de que has elegido el lugar equivocado, pero continúas alimentando una ilusión inviable para no echar a perder el esfuerzo invertido. ¡Te engañas! Mientras más caves, más te hundes. Más difícil te será salir del hoyo.

No puedes recuperar el tiempo que has pasado con una pareja que ya no te ilusiona, ni los años que llevas en el empleo que no te hace feliz y probablemente tampoco puedas recuperar la totalidad de la inversión económica en un proyecto que no ha resultado ser lo rentable que pensabas.

Por la “falacia de los costos hundidos”, terminamos prisioneros de nuestra casa de playa, de nuestro “buen” empleo, de una relación y hasta de nuestro maravilloso clóset.

¿Cómo liberarte de la Economía de la Abundancia?

“Si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de ellas. La verdadera libertad está en consumir poco”, ha dicho el ex presidente uruguayo Pepe Mujica. “Ser libre consiste en gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en aquello que nos gusta hacer”.

Sin embargo, aunque nos guste lo que plantea el viejo Pepe, puede que no nos cuadre seguir su ejemplo de austeridad. ¿Cómo es eso de irse a vivir a una casita con una huerta, nuestra compañera y una perra? Muy radical, el Pepe.

Si no te gusta para ti el discurso que vive Pepe, una japonesita llamada Marie Kondo ha creado un método más a tu medida, inicialmente para ordenar la casa, pero perfectamente extrapolable para ordenar y cambiar tu vida.

La propuesta de Kondo se resume en tres pasos: saca todo por categoría, desecha todo lo que no te sirve (lo que ya no te hace feliz) y ordena lo que te hace feliz.

¿Cómo liberarte de la Economía de la Escasez?

Vivimos en un “Universo de la Medición”, escriben el pianista Benjamin Zander y la terapeuta Rosamund Stone Zander en su libro The Art of Possibility: Transforming Professional and Personal Life.

Pensamos que todo está contado, que vinimos al mundo para sobrevivir en la escasez. Nos aterra que nuestra economía no crezca o que podamos perder lo acumulado. Es el “Universo de la Medición”.

En las manifestaciones del Universo de la Medición –ganar y perder, aceptación y rechazo, las expectativas creadas y la mentalidad de la desesperación– todo está basado en una premisa inconsciente: que esta vida se trata de mantenerse vivo y lograrlo a través de la sobrevivencia en un mundo de escasez y peligro.

Incluso cuando nuestra vida está en su mejor etapa en el Universo de la Medición, esta presunción sigue como telón de fondo, y mantiene alejado de nuestra vista el Universo de la Posibilidad, el cual se extiende más allá del mundo de la medición para incluir todos los mundos: el infinito, el generativo y el de la abundancia.

Una vez liberada de la premisa de que está en el mundo para sobrevivir y de la generalizada presunción de escasez, la persona se pone de pie y entra en el Universo de la Posibilidad con una postura de apertura y una imaginación ilimitada de lo que puede ocurrir, de lo que puede alcanzar y de lo que pueda llegar a ser.

En el Universo de la Posibilidad obtenemos el conocimiento por invención, porque todo es un invento del cerebro. Decidimos que la esencia de la niñez es la alegría, y la alegría es. Nuestras pymes son etiquetadas como “pequeñas empresas” y eso exactamente es lo que son (y probablemente lo que serán). Tanto aquella decisión como esta etiqueta son inventos del cerebro.

El lenguaje crea categorías de significado que abren un nuevo mundo por explorar en el Universo de la Posibilidad. Entonces, tenemos más probabilidades de ampliar nuestros negocios y tener una vida plena de satisfacciones si tenemos la actitud, si pensamos que en el mercado siempre hay nuevos clientes esperando para ser conquistados en vez de asumir que los clientes y las ideas son limitados.

En este Universo hay mayores probabilidades de que los recursos vengan a ti en abundancia cuando eres generoso, inclusivo e involucras a la gente en lo que es la pasión de tu vida.

Cuando estás orientado a las posibilidades (a la abundancia que fluye), estás menos preocupado por “tener las cosas bajo control” y tomas más riesgos. Puedes dejar escapar los beneficios de corto plazo para perseguir un sueño más grande. Puedes tener una visión más de largo plazo sin que puedas predecir el resultado. En el Universo de la Medición estableces un objetivo y luchas por él. En el Universo de las posibilidades estableces el contexto y dejas a la vida desplegarse.

¿Reinventarte para qué?

Cuando has hecho conciencia de la necesidad de reinventarte, entonces viene de inmediato la próxima pregunta o el próximo batallón de preguntas: “¿Reinventarme para qué?” “¿Qué quiero hacer con mi vida?” “¿Qué puedo hacer con mi vida?” “¿Qué me gustaría hacer?”

Llegado este punto, te recomiendo replantearte las preguntas: ¿en qué yo soy el mejor del mundo? (no lo dudes, en algo eres el mejor del mundo, y no se puede ser el mejor del mundo en algo que no guste demasiado, que no te despierte pasión). ¿Cuál es mi ADN profesional? ¿Qué puedo hacer que nadie puede hacer mejor que yo? ¿Qué otra cosa, aparte de lo que he hecho hasta ahora, puedo hacer de forma diferenciada y que, sobre todo, me haga feliz.

Luego de que te rebanes los sesos tendrás las respuesta que buscas. Quizás necesites ayuda de terceros para obtenerlas, quizás un coach de vida, un experto en marca personal o buenas lecturas sobre el tema como “El auténtico valor de la imagen”, de Robin Fisher o videos tan estimulantes como Everybody Dies, But Not Everybody Lives (Call To Action), del rapero Prince Ea, o aquella historia viral que cuenta la vida del modelo masculino de pasarela más viejo del mundo, Wang Deshun, el actor chino de 79 años que aprendió nuevos idiomas y se inició en el fitness y en la moda cuando ya era un anciano.

¿Cómo vivir la vida que quieres?

Hay múltiples maneras de empezar la reinvención. A veces es necesario que te den una palmadita (un coach, un mentor, un ángel inversor), pero a veces te conviene que te den una patadita (como cuando te despiden de un trabajo que voluntariamente no dejarías). Lo importante no es lo que te pasa, sino lo que haces con ello. Es posible que descubras o descubran un potencial en ti hasta el momento desconocido o, simplemente, que dejes volar lo que tienes conquistado y empieces de nuevo.

Tito Rodríguez, el famoso cantante y músico puertorriqueño, después de estar en la cima con el ritmo mambo en Nueva York, se redescubrió como bolerista, conquistando un éxito hasta entonces inigualable como crooner latino.

Jorge Drexler, el cantante uruguayo abandonó la medicina para dedicarse a cantautor, posicionándose como una celebridad mundial, lo que nunca probablemente habría logrado en el ejercicio de la medicina.

Entre la reinvenciones radicales en los negocios es famosa la del empresario tecnológico francés Fabrice Grinda, con una fortuna estimada en más de 100 millones de dólares en 2012. Ese año, dejó su mansión en Nueva York, vendió su auto de lujo, donó su guardarropa y se dispuso a viajar por el mundo con una pequeña maleta donde carga no más de 50 cosas.

Grinda hoy dirige sus negocios desde donde esté, se ha convertido en un ángel inversor y hace dos fiestas anuales para sus parientes y amigos, que es ahora lo que más valora junto a las experiencias que obtiene como trotamundos. Ambas fiestas las hace en Cabarete, Puerto Plata, una en Navidad y otra en verano, para poder acoplarse a las diferentes agendas de sus invitados.

Pero no siempre hay que romper radicalmente con el pasado. Hay caminos intermedios o paralelos en los cuales puedes ir trabajando gradualmente en la nueva carrera que quieres iniciar mientras todavía conservas un buen empleo.

¿Acaso no fue eso lo que hizo el periodista Ismael Cala, quien hasta hace poco era el entrevistador estelar de CNN en Español, y ahora es un popular autor de libros y conferencista en temas de desarrollo personal?

Cala publicó su primer libro y empezó a dar conferencias por Latinoamérica y entre la comunidad hispana en Estados Unidos cuando todavía estaba en la cúspide de CNN, hasta que finalmente abandonó su carrera periodística para empezar a influir en sus audiencias de otra manera a tiempo completo.

Puede que algunos de estos casos te parezcan lejanos a tu realidad, pero aquí también, en RD, hemos tenido ejemplos muy interesantes de reinvención profesional y humana. El escritor, publicista, facilitador de lectura rápida y líder de grupo en Amway Aquiles Julián, por ejemplo, debe ser uno de los dominicanos que más se ha reinventado a lo largo de su vida.

Un caso notable es el de Isaías Medina, conferencista, coach, investigador de mercado y consultor empresarial. ¿Cómo es que este joven, nacido y criado en un barrio de Santo Domingo, ha llegado a convertirse en una “navaja suiza” con poco más de 40 años? Reinventándose, justamente.

En su primera juventud, Isaías tenía un empleo prometedor en una multinacional telefónica, y cuando apuntaba al mejor futuro dentro de la corporación la abandonó para iniciar una carrera de... ¡bailarín clásico! Después de atender ese llamado artístico regresó al mundo corporativo e hizo carrera en la investigación de mercado dentro de una multinacional europea. Cuando había alcanzado casi el tope dentro de esa organización, este inconformista decidió dedicarse a la consultoría independiente, como dueño y señor de sus días.

Volvió a las aulas, y a sus títulos de mercadeo y estadísticas, sumó los de especialista en empresas familiares y en comercio internacional. Es así como llega al coaching empresarial e individual. Lo estudia con los mejores, se certifica. La ruta del cambio lo lleva al podio: estudia el arte de hablar en público con los mejores y también se certifica.

A veces la reinvención ocurre dentro de una misma industria enriquecida con otra, como es el caso de Alejandro Fernández, el autor de la columna Argentarium, quien primero fue banquero, luego supervisor de la banca y ahora defensor de los clientes bancarios, entre otras facetas vinculadas a la industria financiera y a los medios de comunicación.

La productora y conductora de televisión Tania Báez y ahora conferencista en temas de superación personal es otro caso parecido al de Cala. Pero seguramente una de las reinvenciones más rompedoras es la de Carolina Leiva, ingeniera industrial, quien luego de desarrollar una carrera en el estirado mundo de la banca, lo abandona para iniciarse como coach de running.

Sin embargo, por radical que parezca una reinvención, nadie se reinventa desde cero. Hay una “portabilidad de las habilidades profesionales” que va de una industria a otra, fenómeno que se ha acelerado en los últimos cinco años, según un estudio reciente de LinkedIn, porque ahora es mucho más fácil cambiar de industria sin tener que iniciar una nueva carrera desde el kilómetro cero. l