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Una pequeña nota de la mejor película de 2015

Mad Max: Fury Road es la mejor película de 2015, sin duda alguna. La película de George Miller es un espectáculo visual que dentro de la eterna carrera/persecución ofrece un lado más humano que cualquier blockbuster o película de acción de los últimos años. Y estuvimos a punto de no disfrutarla.

La cuarta entrega en la saga de Mad Max tuvo varios problemas para ser producida. La idea, según se dice, le llegó a Miller poco después de Mad Max: Beyond Thunderdome a finales de la década de los 80. Después de ahí los problemas para producir Fury Road fueron tantos que no fue hasta el año pasado en que pudo ser estrenada. Además de los problemas para poder hacer la cuarta película por tres décadas, Fury Road se enfrentó a dificultades de producción en un rodaje de una película que no buscaba depender de las ‘comodidades’ del CGI [Computer Generated Imagery]. Al final, el tan esperado filme de Miller es una obra mayor visual y un retrato humano como ningún otro.

Con las tres primeras Mad Max, Miller revolucionó el género post-apocalíptico. En esas ediciones, todas protagonizadas por Mel Gibson, el mundo es uno que se va volviendo cada vez más desquiciado. En esta ocasión, son los fantasmas de ese pasado que buscan llevar al mismo Max [en esta ocasión Tom Hardy] al borde de la locura.

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Infografía

En Fury Road, además de Max conocemos a Furiosa [una impecable Charlize Theron], quién es la verdadera protagonista de la película. En la constante carrera/persecución, en la que se busca la libertad de cuatro mujeres de las garras del villano Inmortal Joe, dentro de tanto caos, encontramos una encantadora historia de redención en donde la sanidad regresa poco a poco a Max en un mundo donde las imágenes son las que hablan.

Mad Max: Fury Road no es tu película de acción contemporánea. Miller no juega con la cámara en busca de crear tensión sino que le brinda un buen vistazo a la audiencia de lo que está pasando. Miller también muestra la personalidad de cada uno de sus personajes sin la necesidad de una sobredosis de información y, actualmente, no existe una atracción tan fuerte como la de Max y Furiosa. Uno es testigo de cómo poco a poco esa relación va creciendo hasta el punto de que le da la impresión a uno de que Max recuerde su propio nombre gracias a ella.

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