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Edgar Ramírez

“El éxito puede ser un lugar muy solitario, ¿no? Pero es parte del proceso...

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Edgar Ramírez

Como una de las nuevas estrellas latinas de Hollywood, Edgar Ramírez protagoniza dos superproducciones, casi al mismo tiempo. Con los estudios Warner estrena una versión más moderna de la película de acción ‘Point Break’ que ya había hecho famosa Keanu Reeves con Patrick Swayze. Y al lado de otros grandes como Jennifer Lawrence y Robert De Niro, Edgar también es el protagonista de la producción ‘Joy’ de 20th Century Fox, figurando incluso en los títulos por encima de Diane Ladd, Isabella Rosellini y Bradley Cooper.

Muy lejos de la cima más alta de Hollywood, Edgar Ramírez nació el 25 de Marzo de 1977, en Caracas, Venezuela, aunque recorrió el mundo con su padre, que era diplomático militar, aprendiendo en el camino idiomas tan distintos como el alemán, italiano, francés o inglés, además del español. Pero más allá de ciertas casualidades, jamás pensó en la actuación. Al contrario. Pensaba seguir el futuro diplomático del padre y por eso estudió periodismo y comunicaciones políticas en una universidad de Venezuela. Incluso llegó a dirigir una campaña política para fomentar el voto de la juventud en su país y hasta UNICEF lo nombró embajador. En Austria, ya había trabajado en una obra de teatro, solo para aprender mejor el alemán, pero el destino realmente cambió cuando en la universidad un amigo le pidió que participara de un cortometraje que terminó ganando un premio y la atención de Guillermo Arriaga que incluso le ofreció protagonizar la película ‘Amores Perros’, que terminó lanzando a la fama a Gael García Bernal. Pero Arriaga siguió insistiendo y fue él quien lo convenció que dejara las comunicaciones sociales por la actuación. Y no le fue para nada mal... Apenas pisó Hollywood, Edgar trabajó con Keira Knightley en la película ‘Domino’, antes de aparecer con Matt Damon en ‘The Bourne Ultimatum’ y con Benicio del Toro en la superproducción sobre el ‘Che’ Guevara. Viviendo en carne propia la acción del mejor cine de Hollywood, con Sam Worthington y Liam Neeson estuvo en la película ‘Wrath of the Titans’, casi en la misma temporada de la película ‘Zero Dark Thirty’ que mostró como Estados Unidos atrapó al terrorista Osama Bin Laden.

Ningún otro actor hispano protagoniza hoy en Hollywood tantas superproducciones como Edgar Ramírez. En el remake de ‘Point Break’, él tiene el mismo rol del rebelde Bodhi que había personificado Patrick Swayze con Keanu Reeves en la versión de 1991. Y en la película ‘Joy’, él es el esposo de Jennifer Lawrence, en la historia de la inventora del Miracle Mop, Joy Mangano. Pero para el 2016, tiene programado otra película tan importante como la historia del boxeador Roberto Durán en ‘Hands of Stone’, con el lujo de contar con la compañía de Robert De Niro en el rol del entrenador. Y también está filmando la película ‘Gold’, con Matthew McConaughey y Michelle Williams.

¿Tu camino al éxito tiene tanta acción como la película ‘Point Break’? ¿Afecta ese mismo camino tu vida personal?

Obviamente el éxito puede ser un lugar muy solitario, ¿no? Pero es parte del proceso. Viajas mucho, estás lejos de tus afectos, tu rutina cambia, son pocas las cosas que puedes planificar. Yo siento que tengo un oficio extraordinario, pero trato de vivir mi vida de la manera más normal posible. Nadie se imaginaría las horas que pasas encerrado en una habitación de hotel, solo. Lo que la gente ve es cuando vas a la alfombra roja o cuando haces una entrevista, pero las horas de trabajo, la soledad, es difícil de percibir porque no es lo que se ve.

¿A qué le llamas normalidad en tu vida?

Por ejemplo, para mí ir al cine y simplemente disfrutar de una película y comer ‘popcorn’ es muy importante. Cuando lo hago me siento muy contento, porque no puedo hacerlo con mucha frecuencia. Es la gran ironía de trabajar en cine. Pero la relación con el éxito no ha sido dramática para mí. Me siento muy agradecido.

¿Qué es lo que más cambia la fama?

Lo he podido ver en amigos, donde la relación te afecta. Hay un amigo muy querido, Rubén Blades, con el que trabajé en la primera película que hice con Robert (De Niro), ‘Hands of Stone’, dice que el éxito es como una torta muy apetitosa que cuando la muerdes te llena de vidrios (Risas).

La película ‘Joy’ habla de la pérdida de la inocencia y las heridas que nos deja el amor. ¿Tuviste algún amor que te haya dejado alguna cicatriz que te llevó a darte cuenta que habías perdido la inocencia?

Sí, claro. Todos hemos sido marcados por fuego. De eso se trata la vida. Tengo una amiga que una vez me dijo: “La vida está para que la camines, pero no está allí para ti solo”. Y me parece que es algo muy poderoso. Obviamente, estamos llenos de heridas, como un barniz que nos va haciendo quienes somos. Las alegrías y las heridas son lo que nos forma.

¿Qué tienes en común con el personaje Bodhi de la película ‘Point Break’?

Yo cero... (Riendo) Nunca antes lo había pensado porque en el momento que estaba haciendo el personaje no me daba cuenta... Fue todo muy inconsciente.

¿Ni siquiera te pareces en el gusto por la aventura?

Sí, pero yo no soy un tipo extremo, por eso me pareció una experiencia que iba a empujar mis límites. Me lindé de la cima del Salto Ángel (Venezuela). Estuve por encima de la Catarata más alta del mundo, donde caen las dos vertientes de agua. Estuve en el tope del Montblanc (Monte Blanco) en la parte italiana, en un área que no era más de 6m². Aprendí a surfear en el Pacífico Sur en medio de... obviamente en las olas gigantescas me hubiese matado, no estuve allí, pero Laird Hamilton, uno de los surfistas más grandes del mundo fue el que me enseñó en Haití, a hacer surf al lado de ballenas y delfines a mi lado. ¡Yo estaba rogando que no aparecieran los tiburones! Obviamente me daba miedo. Era un ambiente en el que nunca me había encontrado pero, justamente busco ese tipo de personajes.

¿La mejor lección que aprendiste?

Yo no había crecido haciendo surf ni cerca del océano como Luke Bracey. Por eso, para mi, toda la experiencia fue muy nueva con el surf y el resto de los deportes extremos de la película que pudimos practicar. Pero con el surf, por ejemplo, aprendí que ninguna ola es idéntica a la anterior y ese preciso momento es único en tu vida. No hay forma de recrearlo, más allá de un recuerdo en la memoria. Y supongo que pasa lo mismo con los personajes en el cine. Lo que hicieron Keanu Reeves y Patrick Swayze (en la versión original de 1991) fue algo único y hermoso. Es imposible de recrear y nosotros solo tratamos de capturar la esencia de la historia, sobre el sueño quebrado y la quebrada promesa de que el capitalismo pueda salvarnos. Y sin ir demasiado profundo en ese tema, creo que la mejor metáfora es que no importa lo que hagas en la vida, hay que hacerlo con la mejor pasión, comprometiéndote por completo a lo que realmente te gusta.

¿Llegaste a hablar con Keanu Reeves y lo que piensa sobre la nueva versión de ‘Point Break’?

No llegué a hablar de eso, pero lo vi, cuando estábamos en el medio de la filmación en Lion (Francia). Nos presentó el delegado general del Festival de Cannes y el que organiza Lion. Y le comenté a Keanu, “¿Sabes que estoy haciendo ‘Point Break’?” Y dijo “¡Ah! ¡Qué cool!”, pero no dio para más porque había un montón de gente y estábamos a punto de entrar en un evento.

¿Y qué podemos saber sobre tu personaje de la película ‘Joy’?

En la película yo soy Tony, el esposo de Joy (Jennifer Lawrence). Es una historia sobre el éxito, pero lo que muy pocas veces se cuenta, acerca del conflicto una vez alcanzado el éxito. Me muero por contarte más pero no me lo han permitido. Hay una sorpresa muy agradable. Pero puedo decirte que mi personaje y yo nos parecemos bastante en el optimismo y el deseo de proteger a la gente que amo.

Tu nombre aparece en los títulos de esa película por debajo de Robert De Niro y por encima de Bradley Cooper, Diane Ladd e Isabella Rossellini...

Es un gran privilegio, es mi segunda película con Robert... y suena raro llamarlo Robert a De Niro, generalmente le decimos Bob. Pero tengo el gran privilegio de poder decirlo: para mí es como familia. Me siento muy afortunado. Al final es algo muy subjetivo, muy personal y tiene que ver con poder hacer lo que te apasiona. Y esa emoción, esa alegría, esa satisfacción de poder compartirla con la gente que amas es impagable.

¿Qué cosas pediste en tu vida y todavía no conseguiste y cuáles son las cosas que necesitabas y, finalmente las conseguiste?

¡Qué buenas preguntas! (Risas) Yo fui muy afortunado, Fabián. Todas las cosas que he pedido se han cumplido. Es más, se han cumplido con creces, mucho más de lo que yo imaginé. El hecho de poder hacer cine ya es una hazaña. Es una gran satisfacción trabajar con gente tan creativa y especial, no solamente en los Estados Unidos, sino en diferentes territorios. Para mí es una gran satisfacción y un sueño que se cumplió.

¿No buscas la cima más alta entonces, como tu personaje en ‘Point Break’?

No. La cima es demasiado extrema, es un lugar súper frío y solitario por lo general. ¿después de la cima qué queda? Queda ir para abajo. Prefiero un camino horizontal. Creo que así voy a llegar más lejos.

Fotografías disponibles bajo derechos reservados de 20th Century Fox y Warner Bros.

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