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Emma Stone: “La parte del baile, honestamente fue mi parte favorita”

Comparada como una moderna versión de Julia Roberts con la naturalidad de Sandra Bullock y el carisma de Meg Ryan, Emma Stone parece haber heredado el reinado de las comedias románticas en Hollywood. Y con la compañía de Ryan Gosling, lo demuestra en la nueva película ‘La La Land’ donde además sorprende cantando y bailando, recuperando un estilo de cine que parecía haberse perdido desde la época de Fred Astaire y Ginger Rogers.

- Sandra Bullock alguna vez me dijo que hacía comedias románticas por la falta del romanticismo en su vida personal ¿Es posible conseguir el completo balance entre el amor por la carrera profesional y el amor a nivel personal?

- Ay, dios, no, no, la importancia del balance es enorme, pero creo que es algo que siente cualquier persona.

- ¿Te parece que sea posible conseguir la verdadera felicidad cuando solo se logra el éxito profesional sin tener a alguien con quien compartirlo?

- Yo creo que el balance es un tema muy importante, en cualquier carrera, entre el trabajo y los hijos y el matrimonio o la situación que sea en la vida, creo que es muy importante encontrar un balance. Y es interesante, porque en el estilo de vida de los creativos, hay que tener mucho amor por el trabajo, de verdad tenemos un sentimiento de amor con la profesión. Y esa clase de balance entre el amor por el trabajo y el amor en la vida es bastante interesante. Supongo que es algo muy personal, pero para mi sería muy difícil encontrarle sentido a mi vida sin tener algún elemento de los dos.

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- ¿Qué tan difíciles fueron aquellos primeros pasos de tu carrera en Hollywood, comparados con la historia de tu personaje en la película ‘La La Land’?

- Para mi fue todo muy extraño porque tenía 15 años y sólo podía estudiar en casa, me la pasaba casi todo el tiempo con mi mamá. El ajuste fue muy grande. Yo había venido a Hollywood desde Arizona que es bastante diferente. Pero también tenía cierta desesperación por mudarme a Nueva York, aunque sabía que tenía que estar en Los Ángeles para trabajar. Pero cuando ya tenía casi los 21, me mudé a Nueva York y ahí estoy desde hace ocho años

- ¿En la realidad alguna vez viviste la experiencia de la prueba de actuación que muestra la película, donde el director de casting se la pasa en el teléfono y no le presta la más mínima atención a los actores?

- Definitivamente, sí.

- ¿Son siempre así de humillantes las pruebas de casting en Hollywood?

- Yo no las veo tan así... puede ser un poco humillante pero también nuestro trabajo a diario es arriesgarnos a la humillación. Será por eso que no tomamos tan en cuenta aquellas audiciones donde alguien nunca nos mira o está siempre en el teléfono. Pero sé que así fue la primera prueba de audición que tuvo Ryan (Gosling) cuando era adolescente. Yo me acuerdo más de las épocas en que no tenía ninguna audición. Esos son peores recuerdos que sentirse rechazada.

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- ¿Nunca pensaste en renunciar después de una mala prueba de casting?

- Totalmente, muchísimas veces. Llegué al punto de llorar en el piso, pero después me levantaba pensando en probar una vez más, un día más. Me acuerdo de una prueba de casting que tuve para el capítulo piloto de una serie, con la directora de casting Allison Jones. Y se notaba que era como que había visto conmigo lo peor de su vida. Esos son los momentos en que me siento totalmente rechazada. Hay miradas que hablan por sí solas.

- ¿Volviste a ver a la misma directora de casting después de aquella mala audición?

- Sí, sí, yo tenía 15 años y en la temporada de los capítulos pilotos de TV tuve que verla bastante a Allison Jones. Eso también es brutal, la temporada de pilotos, porque cuando te prueban te hacen firmar un contrato por siete años, donde te comprometen si deciden elegirte. Y cuando estás cerca de conseguirlo y al final no sale... Después de firmar el contrato, todo queda en la nada, es como tirar a la basura los siete años que habías imaginado. Pero con Allison pasó algo interesante, porque a los dos años de conocerla, al final de un viernes, me pidió que fuera al día siguiente para ponerme en una película que ella sentía que podía llegar a funcionar. Y resultó ser ‘Superbad’, el principio de todo, la gran razón porque la que conseguí todos los demás trabajos. Si te fijas, todos los rechazos me llevaron por ese camino. Son piezas de un rompecabezas que se termina completando, cuando miro atrás en la vida.

- ¿Y hoy en día, cómo logras controlar la ansiedad del tiempo que lleva entre el primer encuentro con un director hasta la llamada final donde te contratan para una película?

- Igual que cualquiera que tiene que esperar lo que sea... Pero eso cierto, esperar es horrible (Risas). Hago bastante yoga y meditación. Y por eso trato de encontrar siempre algo interesante para hacer en los tiempos de espera. Fíjate que no trabajo desde el 20 de Mayo porque es cuando terminé mi última película. Y ya me ves: no estoy haciendo lo que amo hacer. Hace seis meses que no actúo y tengo que encontrar otras vías creativas, en la medida que pueda. Eso ayuda.

- ¿Cómo aprovechas entonces tu tiempo cuando no estás trabajando entonces? ¿Hay que imaginarte haciendo yoga en el jardín de tu casa o cuidando tus plantas?

- Me encantaría dedicarme a la jardinería, pero no tengo suficiente espacio en mi departamento de Nueva York (Riendo). Pero hago muchas cosas. Leo y escribo, salgo con amigos, voy al cine... me encanta ir al cine, además de tantas otras cosas que me da vergüenza contar sobre mi mundo, pero no se parece en nada a ‘La La Land’.

- ¿Antes del musical de ‘La La Land’ en cine, no estabas trabajando en el musical ‘Cabaret’ de Broadway?

- Sí, es cierto.

- ¿Resultó el mejor entrenamiento?

- Sí, sí, absolutamente... tenía la energía para cantar y bailar que nunca antes había tenido.

- ¿Pero en realidad, cuánto tiempo tuviste para prepararte con las difíciles coreografías de la película?

- Tuvimos tres meses, casi tres meses. Y para el cine o incluso el teatro, es muchísimo tiempo. Fue genial, porque pude tomar clases de tap y baile de salón con coreografías que también fueron cambiando en base a lo que yo iba mejorando... o no. Por eso fue tan importante poder tener también el tiempo para dedicarlo. No creo que hubiera funcionado bien de otra forma.

- ¿Con Ryan Gosling también es la tercera película que filman juntos después de ‘Crazy Stupid Love’ y ‘Gangster Squad’?

- Sí, sí, es que es tan fácil trabajar con él... fue muy divertido volver a trabajar juntos porque también hacía tiempo que no nos veíamos, creo que fueron cuatro años o algo parecido. Y entre las filmaciones de ‘Crazy Stupid Love’ y ‘Gangster Squad’ tampoco hubo demasiado tiempo. Por eso es maravilloso hacer algo tan ambicioso como la película ‘La La Land’, con alguien que conozco y confío tanto.

- ¿Y pasaron juntos todos los tres meses, ensayando con las clases de baile?

- En realidad, la mayor parte del tiempo nos separaron con Ryan, para aprender cada uno por su lado. Recién después nos juntamos sobre el final, para aprender la coreografía y el baile de salón, al mismo tiempo. Pero básicamente tuvimos que aprender solos porque la inexperiencia nos hubiese retrasado. Y los dos quisimos extender nuestras alas, en forma individual. Fue muy entretenido. La parte del baile, honestamente fue mi parte favorita.

- ¿Y lo más difícil de filmar?

- La última canción de la película, delante de los directores de casting. En cierta forma, fue como ‘Birdman’, cuando solían preguntarme sobre la presión de filmar una sola toma. Pero la verdad, la presión es mucho más grande cuando tengo que filmar una escena con otras personas, porque es brutal filmar una escena larga si algo sale mal y soy la que arruina el trabajo de otros. Pero si estoy sola, no tengo problemas en decir que soy una idiota, para repetir una toma, en vez de arruinarle la mejor escena a Ryan (Gosling).

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