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Frank Ceara, de vuelta al ruedo

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Frank Ceara, de vuelta al ruedo

Después de once años separado de cualquier estudio de grabación, Frank Ceara enciende los motores de su

última producción “Llenarte de besos”. El próximo 27 de diciembre lo celebra con un espectáculo en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua, bajo producción propia y de Christian Victoria. Y con Frank nos reunimos para conocer más de este proyecto, y alguno más, en el que está inmerso.

¿Qué significa “Llenarte de besos” para ti?

Es un retorno contundente a mi vida en el canto. Durante estos once años sin poder grabar me mantuve en la música como productor, compositor, director, participé en muchas obras como actor en musicales y nunca me alejé de los escenarios; pero un cantante sin un disco es como un policía sin armas. Para promoverte es necesario tener una canción en la radio, pero al no permitírmelo a mí y a todos los que firmamos con la disquera de Baninter, han pasado ya once años donde hay una generación totalmente nueva que no me conoce.

¿Qué representaron estos once años en tu carrera?

Yo digo que fue una experiencia maravillosa porque lo que puede convertirse en una tragedia lo puedes voltear como algo beneficioso para tu vida. Estos once años me sirvieron de preparación para algo grande que yo sé que Dios tiene preparado para mí.

Sin embargo, este concierto es el cierre de un gran año...

Sí, y el principio de algo maravilloso que yo sé que Dios tiene para mí. Este año, como compositor, volví a escribir para mí y no para otros, aunque me encanta; vi el éxito alcanzado con canciones que soñé con que pasaran. Tuve una producción completa que yo sé que el público estaba esperando. Además he hecho dos producciones de video que fueron bien recibidas y ahora cierro con un espectáculo. Esto me va a servir para una gran gira promocional y ya se está hablando de llevar el espectáculo a otros países.

¿Qué podemos esperar del show?

El espectáculo tiene cosas maravillosas. Estoy entrenando de seis a nueve de la mañana con Pablo Pérez, el coreógrafo, cosa que nunca había hecho. Todo esto también va de la mano con un equipo profesional de luces, sonido y pantalla en base a lo que estamos haciendo en escena.

¿Escucharemos tus clásicos?

Claro, no los puedo dejar. Yo le decía a Maridalia (que también tuvo una litis de 15 años sin poder grabar) que fuimos bendecidos porque los conciertos que hacíamos durante ese tiempo se llenaban. Por eso, esas canciones no las puedo dejar. Vienen versiones nuevas de algunas, pero sobre todo vienen canciones del disco que yo sé que la gente está esperando.

Estrenaste el videoclip de “¡Ay amor!” ¿Qué tal la recepción del público?

Maravillosa. Antes que eso había pasado algo muy lindo: la gente había subido a las redes sociales videos chulísimos.

¿Cómo se dio eso?

Nada, mis colegas de repente comenzaron a subirlos, otros me llamaban y me decía que iban a subir su video. Y el público comenzó a subir, subir y subir en Instagram y en Facebook. Pero, lo que más me sorprendió es que más de un 30% de los videos eran de niños de todas las edades. Eso provocó que Fausto Rojas, productor y director del video, eligiera que la historia fuera con niños.

¿De qué manera ha evolucionado tu música desde tus inicios?

Hay algo que siempre se queda, pero parte del aprendizaje de esos once años, en los que tuve la oportunidad de colaborar con 15 ó 20 producciones dominicanas, pude hacer un trabajo sociológico en RD para ver lo que la gente andaba buscando aquí y en el mercado internacional. Si oyes la producción hay un trabajo actual, pero hay un sello que siempre se queda. Hay que abrirse al mundo, hay que escuchar a todo el mundo, enriquecerse de todo, hacer una batida y ponerle tu sello.

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Infografía

¿Has alcanzado lo que soñabas en aquel entonces?

No sé lo que Dios me tiene, pero estoy feliz.

¿Qué influencias musicales recibiste durante tu carrera?

Siempre he admirado a Juan Luis Guerra.

¿Cuáles te interesan ahora?

De los nuevos me gusta mucho Pamel, Gabriel, Covi Quintana. Pero me gusta oír a todo el mundo: a Mozart, me encanta Vakeró. Siempre oyes de todo el mundo un poco pero lo que lees, lo que escuchas y lo que te pasa a ti es lo que al final vas a plasmar; y no te voy a negar que en algún momento, mi admiración por Juan, o por alguno de ellos, me haga aprovechar ciertas líneas. Quizás no las letras, pero sí el estilo.

¿Qué consejo le darías a la nueva generación de compositores?

La composición es muy personal, es un riesgo que corres al escribir algo que entiendes puede gustar. De hecho, cuando comencé a escribir no me gustaba nada, hasta que la gente me decía “¡Qué lindo está eso!”. El primer consejo es que deben leer mucho, en la lectura encuentras cosas maravillosas; que cuenten sus historias, las anécdotas vividas de la mano de “echar páginas para atrás”. Cuando Dios te da el talento, no te puedes dormir en que ya te la estás comiendo, también hay que estudiar.

¿Algún adelanto de lo que tienes preparado para el 2017?

Estoy trabajando en un proyecto con Fidel López, un musical acerca de las canciones de Sonia Silvestre, se llama “Yo quiero andar”. Quiero volver a hacer teatro, cine, pero sobre todo la gira promocional, que es lo primero.

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