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Entrevista
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Glenda Umaña, ahora

Su salida inesperada de los brazos de CNN fue una circunstancia que la puso del otro lado de la noticia y que le ha permitido vivir momentos familiares y profesionales muy valiosos.

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Glenda Umaña, ahora
Glenda Umaña (Foto Karla Khouri) (KARLA KHOURI)

Está entusiasmada con el rumbo que ha tomado su vida. Su salida inesperada de los brazos de CNN fue una circunstancia que la puso del otro lado de la noticia y que le ha permitido vivir momentos familiares y profesionales muy valiosos. Glenda ahora experimenta nuevas formas de comunicarse con sus seguidores y hasta le entusiasma esa libertad que le ha permitido fundar su propia empresa de comunicaciones. Desde el punto en el que se encuentra su imagen con una larga trayectoria detrás ella mira con deseos abarcar todos los campos posibles porque sus pasiones siguen siendo el periodismo, las historias y la gente.

No estás en CCN, y entonces te has dedicado a mirar tu carrera desde otras direcciones...

Sí, hace un año y cuatro meses que salí de CNN y formé mi propio negocio que se llama ‘Glenda Umaña Comunications’, pero siempre mi pasión principal es el periodismo. Por eso también soy colaboradora en un canal centroamericano con el programa ‘Mujeres de América’, que se transmite semanalmente y me encanta porque entrevistamos a distintas personalidades pero no solo a personas conocidas sino que contamos historias que son importantes dar a conocer, testimonios... pero también noticias positivas.

¿Cómo es este nuevo rol con la noticia que no es del día a día después de tantos años trabajando con la ‘noticia dura’?

Por un lado me encanta porque creo que cada persona tiene una historia y todos tenemos algo de lo que podemos aprender y esto, si bien no es la vitrina que CNN me daba al mundo, se ha convertido en todo un regalo porque tengo comunicación constante con la gente en diferentes países; desde la persona que conduce hasta el que limpia, la que maquilla... entonces te llevas esa experiencia y esa experiencia te da muchísimo más conocimiento.

¿Y no extrañas lo otro? Porque sabemos que la noticia diaria te da cierta adrenalina...

Sí, de vez en cuando lo extraño. Pero Dios me ha dado oportunidades particulares. También estoy haciendo de freelance con algunos medios que lo solicitan y, por ejemplo, el año pasado estuve en la Cumbre de las Américas y pude entrevistar al presidente Raúl Castro, entre dos mil periodistas. Fue una gran cosa desde el punto de vista profesional. A mí lo que me gustaría es estar en todos lados, cubrir todo tipo de cosas.

¿Y qué no has hecho todavía?

Me falta mucho, quizás estar más vinculada con un medio internacional no tanto como presentadora en un set sino como corresponsal.

En nuestro oficio el trayecto es al revés: primero eres reportero y luego llegas a ser presentador...

Sí, yo sé. Y esto no lo había hablado mucho pero todos esos años que estuve en CCN yo sentía esa espinita de querer estar del otro lado. Pero también decía: “qué malagradecida; cuánta gente quisiera estar donde estoy”, entonces me tranquilizaba. Era como esas ganas de estar ahí y allá. Aunque no estoy afanada, sí me gustaría que fuera ocasional.

¿Qué servicios ofrece tu empresa?

Consultorías, ayudamos a las empresas con las conferencias, asesorías y asuntos corporativos. Es algo que he estado descubriendo, no es algo que me he propuesto sino que el camino me ha llevado por ahí y ha sido interesante. He tenido la bendición de que todos esos años fue como capitalizar una marca que ni sabía que tenía.

Estás descubriendo un concepto de esta era: la marca personal.

Exacto. Así que trato de guardar siempre la credibilidad para mantenerla.

Y ahora que estás más del lado de la comunicadora manejando tantos temas diferentes ¿no se te ha salido la periodista de repente?

¡Ay sí, todo el tiempo! Me digo: “qué ganas de decir esto, pero estoy en otro rol”. Me pasó en la Cumbre de la CELAC en Costa Rica, donde era la maestra de ceremonias, ¡y tenía a todos los presidentes a la par mía!; fue difícil porque si estás ahí adentro definitivamente no estás como prensa. Sin embargo, sí pude hacer algunas relaciones. Pero también disfruto estar de ese lado, es fascinante. Y como lo he contado antes, es difícil salir de una empresa como CCN; te vas quedando y a pesar de que es un trabajo duro y estás cansado es una empresa fascinante y los beneficios son muy buenos, pero creo que Dios me quiso dar el empujoncito...

¿Estabas muy cómoda?

Sí. Fue como que me dijo: sal por ahí a ver lo que te tengo. Hay días, y casualmente no me dio hasta ahora, que lo he extrañado y a veces digo: ¿pero cuándo será que voy a llorar? [Risas]

¿Será porque te ocupaste muy rápido?

Me ocupé no solo por razones de trabajo sino por razones personales, porque mi salida coincidió con la enfermedad de mi hermana menor, que es la única que vive en Atlanta y padece de Julian Barrett, así que está en una silla de ruedas. Entonces pasé de full time en CNN a full time hermana, tía, chofer, enfermera... fue lo más difícil, lo más duro.

¿Y cómo fue ese cambio para tu familia? De no tenerte casi nunca por

el trabajo a disfrutarte más tiempo...

Hay una cosa que siempre decía cuando daba charlas a estudiantes: uno no puede vivir de la fama y el glamour que te da la TV porque hoy estás y mañana no. Entonces lo que uno tiene que hacer es cultivar su fe y su relación con su familia, con sus amigos y la gente que uno quiere. ¿Y qué pasó? Que salí y no se sintió el cambio porque para mi esposo, mis hijos y todos yo era la misma: Glenda. Y ahí estaban todos, no estuve sola. También tuve la oportunidad de estar con mi hija, que se casaba, y sin la presión de que si el tiempo, que si el trabajo... y todo ha sido muy bonito.

Ahora tienes más tiempo, sin embargo el mundo es más exigente, que si las redes, que si periodistas 4G o que lo hacen todo... ¿cómo ves todo eso?

Obviamente hay que adaptarse a los cambios, a veces eso da cierta resistencia al principio o temor por falta de conocimiento, a todos nos ha pasado. Lamentablemente tienes el reto como comunicador y hay que buscar personas que sepan más que uno en esos campos, como la tecnología, y prepararse. Sin embargo, es muy importante la labor periodística de contextualización y profundización. Hoy en día, por más que tengamos esa inmediatez, todavía la gente lee los textos que interesan. Deben existir cuatro elementos: que sea una noticia simple, valiosa, real pero también que despierte emociones. Hay tensión con esas noticias que tienen tanta frivolidad, que son noticias basura porque en realidad no edifican y nuestra misión como periodistas es la del servicio, edificar.

Lo que hago es invitar a preguntarse: ¿Cuál es esa historia que todavía no he hecho, que se sale de la noticia diaria, la que quiero hacer y me apasiona?

Hay que estar atentos porque muchas veces la información que nos da la gente que está más cerca de nosotros o la que conocemos en la calle es la más valiosa.

¿Crees, entonces, que logremos que se vuelva a poner atención a los contenidos, como antes?

Es una lucha. Creo que la audiencia es la que manda, sin embargo hay que buscar esos ganchos para que la gente busque la profundidad. Es mucha competencia y hay mucha participación.

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