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NANA, la realidad de tres niñeras dominicanas

El parto de NANA fue duro. Junto a Sarah Pérez y Juanjo Cid, sus productores asociados, soportó estoicamente las contracciones que la convirtieron en madre de un largometraje documental que aborda la realidad de tres niñeras dominicanas. La ‘criatura’ ya vio la luz internacionalmente, ganó el “Mejor Largometraje de República Dominicana” en la Tercera Edición del Festival RDoc y se convirtió en el ‘hijo de Tatiana Fernández Geara’. ¿El primero de muchos por venir? ¡Seguro!

Como joven que todavía no ha experimentado la maternidad, ¿por qué documentar la vida de un trío de nanas?

La mayoría de mis amigas tienen hijos y cuando iba a los cumpleaños de sus niños, me quedaba mirando y pensando en las nanas.

Si todo inició como un proyecto multimedia de 10 minutos para la tesis de tu Maestría en Fotoperiodismo, ¿qué te llevó a convertir a NANA en un largometraje documental?

Las historias que escuché tenían demasiadas capas sobre otros temas que dicen mucho de la sociedad dominicana, y quería dedicarles más tiempo.

Expuesto no solo en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, sino en el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay y en el Chicago Latino Film Festival, tus expectativas al presentar este trabajo en los cines dominicanos...

Creo que aquí es donde va a tocar más. Todos podemos relacionarnos de alguna manera con estas historias, porque las vemos todos los días; los personajes son dominicanos y reflejan partes de nosotros que muchas veces ignoramos.

Tras varios años de filmaciones e investigaciones, así como de viajes al interior y exterior del país para dirigir este documental, ¿qué opinas sobre las mujeres que dejan a sus hijos para cuidar a los de otros?

No las juzgo. Siento admiración por su fuerza y la entrega total a sus hijos y a los niños que cuidan.

Tu compromiso con este documental fue tal que hasta viviste temporalmente con las féminas que lo protagonizan, ¿qué aprendiste de ellas?

Dormir en sus camas y acompañarlas desde sus campos hasta la Capital por las madrugadas, me hizo entender mejor sus historias para contarlas de manera más humana.

¿Y qué piensas de las condiciones laborales que presentan en territorio nacional?

Es un tema delicado que en cada hogar se maneja diferente. El documental llama a la reflexión al mostrar que estas mujeres tienen otras vidas que dejan atrás para hacer la tuya más fácil. Se debe buscar que tengan condiciones de trabajo justas.

En un terreno un poco más personal, eres fotógrafa publicitaria. ¿Cómo descubres tu pasión por el área documental?

Fui intérprete en un taller internacional de fotoperiodismo en Santo Domingo en 2008. Allí descubrí la fotografía documental y muchas historias de mi ciudad que desconocía.

De hecho, dejaste las sesiones de moda y publicidad en un segundo plano por documentar el día a día de la gente común, ¿ese cambio te resulta rentable?

Poco a poco he logrado que funcione. Trabajo para medios internacionales y clientes locales que hacen proyectos estilo documental.

Para ser un documentalista exitoso en nuestro país, ¿qué se necesita?

¡Pacienciaaaaa!

¡Confiesa! El documental NANA, ¿tu primer ‘hijo fílmico de muchos por venir?

¡Ha sido un parto! Pero a las madres después de dar a luz se les olvida todo y tienen otro, así que quizás a mí también...

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