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Entrevista
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“Perdimos el rumbo cuando la sociedad dejó de privilegiar la educación”

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“Perdimos el rumbo cuando la sociedad dejó de privilegiar la educación”
(Foto: Fuente externa)

Parte de crecer es definir a tiempo cuál será nuestro propósito e identificar el camino que andaremos. Si esto se desconoce entonces será muy fácil caer en un limbo que nos quitará calidad de vida. De esto y más conversamos con el terapeuta argentino Jorge Bucay que ofrecerá en el país la conferencia “Rumbo a una vida mejor”.

Muchos expertos han tocado el tema de cómo la vida moderna está lacerando la calidad de vida. ¿Es tan grave realmente?

Se puede ver desde varios puntos de vista: sí es grave en el sentido de que hace daño, es grave en el sentido de que realmente la vida moderna tiene un cambio profundo que no necesariamente es para bien, y es grave en el sentido de que es realmente importante como futuro. Pero no es grave en el caso de que fuera un diagnóstico médico, de que no fuera reversible ni mortal. Todo esto que está pasando en la vida moderna lo que hace fundamentalmente es retrasar el camino evolutivo de la humanidad hacia una vida mejor, pero no lo anula ni lo evita.

Entonces, ¿podríamos hablar de una era o temporada de involución?

No se evoluciona yendo solo hacia adelante. La evolución de “siempre para adelante”, sin siquiera tomarse el tiempo para reflexiones cortas, no sirve. Ninguna. Y al mundo, me parece, le pasa lo mismo. Es decir, me parece que si de pronto uno ve los tiempos de la humanidad, y ve que ha estado retrocediendo unos pasitos, se pudiera pensar que está involucionando, pero quizá no hay que ver tan puntualmente este momento sino el momento global, y si me preguntas por el momento global puedo decirte que no soy un buen consejero porque yo soy muy optimista.

Usted que se llama optimista, ¿qué piensa de la excesiva promoción de la felicidad a un punto de querer anular la tristeza?

Esto no guarda relación con el optimismo. El optimista no tiene que ser un negador de la realidad o un desconocedor de las consecuencias de sus errores. En todo caso, aquel que tiene esa postura que dices, un poco ligera de cuerpo y falta de sustancia, no es un optimista, es un tonto o está pensando en vender algo con esa postura.

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Infografía

La pregunta es por el bombardeo en redes sociales de publicaciones que incitan a no aceptar el fracaso, es como si hubiera que estar felices siempre...

Estoy de acuerdo contigo en que eso es grave. Yo no lo llamaría optimismo, lo llamaría negación, como se llama desde el punto de vista psicológico. Optimista es aquel que cree que, a pesar de la situación odiosa que vive, hay cosas por hacer y está dispuesto a hacerlas. Y el pesimista es aquel que ha decidido abandonar y se resigna a sufrir sin hacer nada. Y desde ese punto de vista el optimismo es la única postura constructiva porque te permite ponerte en acción, es la actitud de quien está dispuesto a hacer algo para cambiar su situación desagradable, no es la de aquel que cree que todo va a estar bien aunque no haga nada.

¿Cuáles son, entonces, las características que definen al ser humano de hoy?

Me parece que el ser humano es un alguien que está educado en función de buscar el éxito definido especialmente en términos económicos y materiales: es exitoso aquel que ha conseguido más, el que tiene más poder, el que tiene más dinero, el auto más grande, la casa más cara y entonces este es el más aplaudido por los demás. Es decir, alguien que ha comprado sin cuestionar el esquema que propone la sociedad de consumo y esto sí que me parece que tiene cierta gravedad porque te aleja del camino de salir de esta situación tramposa.

¿Cuáles son las señales de alerta de una vida sin calidad?

Hay dos tipos de señales, una que alerta sobre la pérdida de calidad de vida de las personas, y otra que alerta sobre la pérdida de vida de la sociedad como un todo, son cosas diferentes y ambas tienen que ser entendidas. Respecto a las señales personales, éstas aparecen cuando se está al amparo de la pérdida de rumbo y se empieza a tener una vida con más tendencia a enfermedades como la depresión, insatisfacción crónica, incapacidad para disfrutar de las cosas más simples, y se pierde la capacidad de disfrutar la vida.

En cuanto a la sociedad, éstas están ligadas a la tendencia, manifiesta y fuerte de la lejanía, con una sociedad que está avalada en esto por la tecnología; puedes comprar lo que quieras sin salir de tu casa, comunicarte sin necesidad de ir a ver al otro, conocer una novia o un novio en Siberia sin necesidad de viajar... Esto es un deterioro, arruina la calidad de vida. Y en realidad, todas las redes sociales sirven para sumarse a las otras posibilidades de comunicación no para reemplazarlas.

Hay quienes sostienen que ya no hay vuelta atrás, ¿qué opina?

Nunca hay vuelta atrás. El pasado ya pasó. Ahora bien, la pregunta es ¿se pueden corregir algunas de las cosas que hicimos en el pasado o esto es irreversible? Yo digo: no es irreversible. Es como cuando uno está en un laberinto y se encuentra con un camino cerrado o un puente roto; lo que hay que hacer es desandar el camino recorrido para encontrar dónde estuvo la equivocación y escoger uno nuevo. Esto es aprender de lo experimentado. Y, aunque no está en la pregunta, quisiera contestar, ¿dónde perdimos el rumbo? Cuando la sociedad en donde vivimos dejó de privilegiar la educación.

¿Cómo podemos adaptarnos a toda esta vorágine sin perder el norte, sin caer en un limbo?

La primera condición es saber cuál es tu norte, saber cuál es tu rumbo o propósito en la vida. Si no sabes esto, ¿cómo sabes que estás en el camino correcto? Cada uno tiene que identificar lo que quiere para su vida, pero debe ser elegido por uno mismo, no por otros. Y, claro, luego comprometerse con esta decisión, con esa causa.

¿Cuál cree que es la mayor carencia del ser humano hoy?

Nos hemos distraído, nos hemos alejado de nuestros aspectos más esenciales, de la parte espiritual y trascendente, de la divinidad del ser humano. Lo cierto es que vivir en un mundo tangible, compuesto nada más de lo que se cuenta y se pesa es una gran destrucción, es una edificación incompatible con la calidad de vida. Y si me preguntas ¿qué es lo espiritual? Es todo eso que queda de ti y que sacas, todo lo que tienes, todo lo que piensas y todo lo que te define: tu esencia.

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