¿De cara al regreso a clases? ¡Espacios ecoamigables!
A las enfermedades causadas por contaminantes, una pobre o excesiva iluminación, un deficiente diseño de los muebles y falta de ergonomía en el mobiliario, se le conoce como el Síndrome del Edificio Enfermo.
“Back to school” es una expresión muy común para despedir el verano y darle la bienvenida al año escolar. En ese sentido, al volver a clases no solo hay que prestarle atención a los útiles escolares de nuestros hijos (bultos, mochilas, loncheras, mascotas...), sino al espacio donde se realizarán las tareas, donde la iluminación, la postura, los contaminantes y otros aspectos ambientales resultan más que importantes.
Por eso, los espacios interiores fungen un papel preponderante y, aunque muchos lo desconocen, existen ciertos padecimientos al estar expuestos a estos, tales como: el aumento de los porcentajes de rinitis alérgica, asma, dolores en el cuello y en la espalda baja y... ¡enfermedades tóxicas! Estas son las que más se desconocen, pero son causadas por sustancias como los órganos fosforados, los compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros compuestos que expiden las fotocopiadoras e impresoras, entre otras.
El formaldehido, por ejemplo, es el gas incoloro más frecuente en los interiores. Es expedido por pintura de látex, barniz, madera contrachapada, algunas telas y otros productos utilizados en la fabricación de mesas, sillas y libreros, y se ha comprobado que en niños y jóvenes puede empeorar el asma y hasta producir trastornos de la percepción (según algunos estudios).
Una de las soluciones para mejorar las condiciones de los espacios de estudio se remite a seleccionar el mobiliario, los accesorios y la iluminación, con la ausencia de adhesivos, solventes tóxicos y pinturas con metales pesados, entre otros.
• La presencia de plantas sobre los escritorios, o dentro de los espacios de estudio en general, impacta positivamente en los jóvenes.
• Los muebles y accesorios eco-amigables, junto a la integración de plantas, crean espacios de estudio que contribuyen a disminuir la exposición de los menores a tóxicos.
• Es bueno mencionar que existen un sinnúmero de productos escolares ecoamigables como: mochilas con panel solar incluido, ideales para recargar los celulares; iPads y computadoras portátiles, como la de Voltaic Systems. Asimismo, hay cuadernos en papel reciclado, lápices de periódico enrollado, y termos y envases para loncheras libres de BPA, PVC y ftalatos; estuches hechos de plástico reciclado y de telas orgánicas...
• Localmente, hay empresas que ofrecen un sinnúmero de útiles escolares eco-amigables como lápices de fuentes renovables, lapiceros y tijeras elaborados de material reciclado y reciclable; cuadernos y resmas de papel 100% reciclado, y carpetas de tres argollas libres de PVC. De su lado, hay papelerías que también venden lápices de madera de fuentes renovables y grapadoras fabricadas con material reciclable, entre otras.