Los murales del mundo
AFP
El arte callejero ha invadido las paredes de ciudades del mundo entero, de Río de Janeiro a París, pasando por Nepal. Entre esta oferta pletórica, varios artistas han accedido al estatuto de estrellas y algunos lugares se han vuelto emblemáticos.
Las estrellas
Banksy. Si hubiera que quedarse con uno, sería él. Con su estilo fácilmente reconocible, el artista británico (nacido en 1974) adquirió fama internacional entre el público y en el mundo del arte. Una colaboración con su compatriota Damien Hirst (”Keep It Spotless”) se vendió por 1,8 millones de dólares en una subasta organizada en 2008 en Nueva York por Sotheby’s. Sus obras denuncian el consumismo, el imperialismo estadounidense o la situación de los refugiados en Europa. Ha dejado huella en las paredes de Bristol, su ciudad natal, Londres, Calais o Gaza. Sin embargo, su identidad sigue siendo un misterio, lo que aumenta el interés de sus seguidores. Los últimos rumores afirman que sería uno de los integrantes del grupo Massive Attack, también originario de Bristol.
JR. El artista de las dos iniciales se hizo un nombre con sus collages fotográficos XXL desplegados en lugares tan diversos como las favelas de Rio, Shanghái, Nueva York o Nepal. En París, el francés nacido en 1983 hizo entrar a 4.000 anónimos en el Panteón, colgando su retrato en blanco y negro en varios lugares del edificio.
Pero lo que asentó realmente su popularidad fue el monumental trampantojo con el que hizo desaparecer la pirámide del museo del Louvre en mayo pasado. Desde entonces, instaló gigantescas fotos de atletas en Rio durante los Juegos Olímpicos, un proyecto que le obligó a recurrir a escaladores para ayudarle a pegar las fotos.
Invader. Su especialidad son los mosaicos elaborados con baldosas de cuarto de baño, retomando el diseño de los videojuegos de los años 70 y 80 como “Space Invaders”. Su zona de juegos favorita es París, donde lleva a cabo desde 1998 sus “invasiones”, preferentemente de noche para evitar a la policía y a los curiosos. Además de “invaders”, el artista francés hace también retratos pixelados como una reproducción de La Gioconda que se puede ver en una pared del centro de la capital francesa. Ha diseminado más de 3.000 piezas por el mundo e intentó su aventura neoyorquina a finales de 2015, que le valió ser detenido por la policía.
Los lugares
Nueva York, la cuna del movimiento. Desde finales de los años 60, los grafiteros se apoderaron del metro antes de extenderse por el resto de la ciudad y sus muros. El movimiento conoció su verdadero auge en los años 1990. El barrio de Queens albergó durante mucho tiempo un lugar emblemático, 5 Pointz, hoy destruido. Unos 1.500 artistas de todo el mundo dejaron su huella en las paredes exteriores de un viejo almacén, convirtiéndolo en un museo al aire libre muy visitado por los turistas. El propietario del lugar que llegó a ser conocido como “las Naciones Unidas del grafiti”, blanqueó la pared una noche de 2013 para construir apartamentos de lujo.
Berlín. East Side Gallery es un trozo de 1,3 km del muro de Berlín cubierto de murales. Más de 100 artistas de todo el mundo pintaron entre febrero y septiembre de 1990 este segmento es considerado “la mayor galería de arte al aire libre del mundo”. En 2009, en previsión del vigésimo aniversario de la caída del muro, se inició un programa de renovación de este lugar visitado anualmente por tres millones de personas. Entre los murales más conocidos figura el “Beso entre hermanos” de los dirigentes de la Unión Soviética Leonid Breznev y Alemania Oriental Erich Honnecker.
Londres. El barrio de Shoreditch es el centro del arte urbano en la capital británica, y cuenta con obras de Banksy. Situada en el este de Londres, esta zona de casas bajas, viejos almacenes, galerías de arte y tiendas de discos es muy preciado por los turistas, que pueden descubrirlo en visitas guiadas. Menos accesible, el túnel de Leake Street, debajo de las vías de la estación de trenes de Waterloo, es un lugar más alternativo en el que las obras cambian a menudo.
AFP
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