El jovial Papa Francisco revela su disposición de reformar el Vaticano
El pontífice muestra su determinación de renovar la Santa Sede
Diario Libre
No pretendemos sacrilegio al comparar a la Curia Romana bajo el Papa Francisco con el ahora obsoleto partido soviético comunista bajo Mikhail Gorbachev al final de los 1980.
Así como el Sr. Gorbachev sometía a los "apparatchiks" (burócratas comunistas) de Moscú a hirientes críticas por su mentalidad anquilosada, asimismo el Papa está poniendo a sus prelados en alerta de que sus incrustados hábitos no cumplen con los requerimientos modernos. Quiéranlo o no, las reformas de raíz han llegado a la burocracia del Vaticano.
En este contexto, una renovación de las operaciones financieras y mediáticas del Vaticano que se anunció esta semana es sólo la punta del témpano. El objetivo mayor es darle nueva forma a la Curia, como lo delineó el Papa en un discurso que dio este último diciembre en la Sala Clementina, un espacio renacentista del Palacio Apostólico del Vaticano.
"Cuando falta profesionalismo, hay un lento desplazamiento hacia la mediocridad. Los archiveros se llenan de información trivial y banal ... la estructura de la Curia se vuelve una pesada y burocrática aduana," dijo el Papa, utilizando prácticamente un lenguaje estilo Gorbachev.
El esfuerzo por la reforma comenzó en abril 2013, un mes después de la elección del Papa argentino, cuando formó un consejo de ocho cardenales para que le aconsejaran sobre cómo modernizar la Curia. Los cardenales ya concluyeron su estudio de las nueve congregaciones, que tratan con asuntos como doctrina eclesial, canonización de santos y disciplina clerical, que son los principales instrumentos de gobierno del Vaticano.
Ahora están poniendo su atención a los consejos pontificios, tribunales y otros organismos de niveles bajos - aunque aún influyentes - de la Curia. Es una burocracia pequeña según los estándares internacionales, con menos de 3,000 empleados, y el Vaticano ha dejado saber que los cardenales esperan terminar su trabajo el año entrante.
Eso sería un logro impresionante. La última reforma de la Curia, contenida en la constitución apostólica Pastor Bonus (Buen Pastor), tardó unos 10 años en implementarse. El Papa Juan Pablo II la promulgó en 1988 y desde entonces ha servido como el referente esencial para el gobierno de la Santa Sede.
Mientras, el Papa Francisco ha estado muy activo. En términos administrativos, sus pasos más importantes han sido la creación de un secretariado para la economía y una comisión pontificia para la protección de menores.
La primera medida recortó fuertemente los vastos poderes acumulados durante más de cuatro siglos por el Secretario de Estado, el número 2 del Vaticano. Puso en claro que el Papa quería que el Secretario de Estado se enfocara en las responsabilidades diplomáticas globales (de la Santa Sede) y, al igual que en los modernos sistemas de gobierno europeos, dejara los asuntos de personal y finanzas a otros oficiales sénior.
La segunda medida respondió a los escándalos por abuso sexual a niños, que han causado un daño terrible a la imagen global de la Iglesia Católica Romana, tanto por los encubrimientos persistentes como por los crímenes en sí.
El Papa se reunió con un grupo de víctimas el lunes en el Vaticano ofreciendo mano dura contra los clérigos que han hecho daño a niños y prometiendo que los obispos tendrían que rendir cuentas sobre la protección a menores.
Conocido antes de su elección como Jorge Mario Bergoglio, Francisco es claramente un pontífice con prisa. A la edad de 77, puede tener menos tiempo para ejecutar sus reformas que el Sr. Gorbachev, que tenía 54 años - un jovenzuelo para el estándar soviético - cuando fue designado líder del partido en 1985. Por supuesto, el Sr. Gorbachev quedó sin trabajo en menos de siete años, habiendo reformado de tal manera a la Unión Soviética que ni su trabajo ni su país existían para finales de 1991.
Se puede pronosticar con seguridad que Francisco no presidirá la deposición del Vaticano. Ni siquiera los papas que perdieron la mitad de la Iglesia a la reforma protestante en el siglo XVI lo lograron.
Pero cualquiera de la Curia que piense que el talante alegre del Papa Francisco significa que no toma la reforma en serio debería acordarse del perfil de carácter que el Sr. Gromyko, el veterano ministro de relaciones exteriores, presentó del Sr. Gorbachev al Comité Central en 1985.
"Camaradas", dijo, "este hombre tiene una sonrisa agradable, pero dientes de hierro".
(c) 2014 The Financial Times Ltd. All rights reserved
Así como el Sr. Gorbachev sometía a los "apparatchiks" (burócratas comunistas) de Moscú a hirientes críticas por su mentalidad anquilosada, asimismo el Papa está poniendo a sus prelados en alerta de que sus incrustados hábitos no cumplen con los requerimientos modernos. Quiéranlo o no, las reformas de raíz han llegado a la burocracia del Vaticano.
En este contexto, una renovación de las operaciones financieras y mediáticas del Vaticano que se anunció esta semana es sólo la punta del témpano. El objetivo mayor es darle nueva forma a la Curia, como lo delineó el Papa en un discurso que dio este último diciembre en la Sala Clementina, un espacio renacentista del Palacio Apostólico del Vaticano.
"Cuando falta profesionalismo, hay un lento desplazamiento hacia la mediocridad. Los archiveros se llenan de información trivial y banal ... la estructura de la Curia se vuelve una pesada y burocrática aduana," dijo el Papa, utilizando prácticamente un lenguaje estilo Gorbachev.
El esfuerzo por la reforma comenzó en abril 2013, un mes después de la elección del Papa argentino, cuando formó un consejo de ocho cardenales para que le aconsejaran sobre cómo modernizar la Curia. Los cardenales ya concluyeron su estudio de las nueve congregaciones, que tratan con asuntos como doctrina eclesial, canonización de santos y disciplina clerical, que son los principales instrumentos de gobierno del Vaticano.
Ahora están poniendo su atención a los consejos pontificios, tribunales y otros organismos de niveles bajos - aunque aún influyentes - de la Curia. Es una burocracia pequeña según los estándares internacionales, con menos de 3,000 empleados, y el Vaticano ha dejado saber que los cardenales esperan terminar su trabajo el año entrante.
Eso sería un logro impresionante. La última reforma de la Curia, contenida en la constitución apostólica Pastor Bonus (Buen Pastor), tardó unos 10 años en implementarse. El Papa Juan Pablo II la promulgó en 1988 y desde entonces ha servido como el referente esencial para el gobierno de la Santa Sede.
Mientras, el Papa Francisco ha estado muy activo. En términos administrativos, sus pasos más importantes han sido la creación de un secretariado para la economía y una comisión pontificia para la protección de menores.
La primera medida recortó fuertemente los vastos poderes acumulados durante más de cuatro siglos por el Secretario de Estado, el número 2 del Vaticano. Puso en claro que el Papa quería que el Secretario de Estado se enfocara en las responsabilidades diplomáticas globales (de la Santa Sede) y, al igual que en los modernos sistemas de gobierno europeos, dejara los asuntos de personal y finanzas a otros oficiales sénior.
La segunda medida respondió a los escándalos por abuso sexual a niños, que han causado un daño terrible a la imagen global de la Iglesia Católica Romana, tanto por los encubrimientos persistentes como por los crímenes en sí.
El Papa se reunió con un grupo de víctimas el lunes en el Vaticano ofreciendo mano dura contra los clérigos que han hecho daño a niños y prometiendo que los obispos tendrían que rendir cuentas sobre la protección a menores.
Conocido antes de su elección como Jorge Mario Bergoglio, Francisco es claramente un pontífice con prisa. A la edad de 77, puede tener menos tiempo para ejecutar sus reformas que el Sr. Gorbachev, que tenía 54 años - un jovenzuelo para el estándar soviético - cuando fue designado líder del partido en 1985. Por supuesto, el Sr. Gorbachev quedó sin trabajo en menos de siete años, habiendo reformado de tal manera a la Unión Soviética que ni su trabajo ni su país existían para finales de 1991.
Se puede pronosticar con seguridad que Francisco no presidirá la deposición del Vaticano. Ni siquiera los papas que perdieron la mitad de la Iglesia a la reforma protestante en el siglo XVI lo lograron.
Pero cualquiera de la Curia que piense que el talante alegre del Papa Francisco significa que no toma la reforma en serio debería acordarse del perfil de carácter que el Sr. Gromyko, el veterano ministro de relaciones exteriores, presentó del Sr. Gorbachev al Comité Central en 1985.
"Camaradas", dijo, "este hombre tiene una sonrisa agradable, pero dientes de hierro".
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