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Barcelona oprime botón del pánico tras humillante derrota ante pírrico rival

La "U" dio la gran sorpresa del campeonato en evidente cataclismo azulgrana

SANTO DOMINGO- Un batacazo que atolondra gravemente a un gigante.

Y a medida que el torneo avanza se esfuma lo que pintaba como grandes fortalezas. El Barcelona Atlético se aleja como carro sin freno de la cuadrúpeda zona clasificatoria, en uno de los giros más dramáticos.

La azulgrana no tuvo nunca en presupuesto lo que le ha sobrevenido: no sólo ha dejado de sumar puntos, sino cómo comienza a tornarse en crisis lo que pareció simples circunstancias adversas.

Los hechos están ahí. Súbitamente, no funciona el ataque, con muchas opciones que se derriten frente a puerta. La media cancha parece más una poblada pantomímica. La defensa no detiene ya ni al más anodino.

El desastroso momento que vive la enclavada en el Gran Santo Domingo, hoy cobra muy caro: de líder hace dos semanas, ha caído en una sexta plaza que dependiendo de una decisión de la Federación con el San Cristóbal-Moca, podría irse un peldaño más abajo. Algo impensable.

Y nada ha venido del cielo. Porque, lo que se veía como una tripleta de alto poder destructivo, ahora se comporta como hombres que sólo pululan en el campo tal cuales "estatuas andantes". Barcelona en los últimos cuatro cotejos apenas consiguió goles delanteros en dos momentos.

El histórico goleador antiguano Peter Byers, ha dejado a la fanaticada en espera de sus celebraciones, con único gol en siete jornadas; mientras que "Kerby" Rodríguez sólo volvió a tronar las redes cinco fechas después de iniciar cuenta en la Apertura, con dos tantos en siete encuentros. El más efectivo ha sido Christian Turizo, con tres goles -uno de penal- en seis cotejos. Su mayor obra -el ataque- tampoco ha sido cumplida a cabalidad.

En la zaga, los entrenados por Sergio Bermúdez, tienen hombres renombrados también. Hablamos del jamaicano Blake Thompson, el propio Turizo -que por su velocidad también ayuda- e Ismael Díaz, y ni decir de una media que tiene excelentes fichas, como el gran recuperador Mikey (Luis Ramírez). El haitiano Jean Louis y el solvente Francisco Ramírez, "La Pulga".



En la derrota contra el "inocentón" universitario, fueron hombres inesperados los que mandaron el balón a la red: el defensor Ismael Díaz y Widmaes Auborg.

La caída contra la OyM FC fue el mayor reflejo de lo mal que anda el equipo que juega en el Parque del Este. La ambigua y titubeante zaga permitió tres de los cuatro tantos. La media cancha parecía ajena a todo lo que se desdibujaba en su área de dominio.

El entrenador Sergio Bermúdez había planteado que se implementaron los correctivos de lugar para evitar que continuara lo de fechas recientes, y de seguro este desastroso saldo plantea insoslayablemente una pregunta sin respuesta: ¿y ahora qué esperar, si los fracasos se suceden cada vez con mayor estruendo? Sobre todo, porque, por lo pronto, Barcelona tendrá de frente a su alter ego circunstancial: San Cristóbal -un grande que se asfixia en puestos muy profundos-, necesitado con extrema urgencia de oxígeno, y parece que aquél es una excelente opción para conseguirlo.

Entonces, el trabajo del técnico colombiano tendrá que ir en varios frentes: contra la psiquis del fracaso que se aposenta en cada jugador y un rival que si lo despiertan muerde mortalmente.

El atonitante 2-4 sabatino tiene expresiones de mayor preocupación si se ven las estructuras del atrevido maizometileno cruzado, debido a que su única ficha relevante es el urticante centrodelantero uruguayo Leandro Silva; además, un protagonismo de mucho menor cuantía en Carlos Martínez, de la vieja guardia oyemecista.

Esa tropa que humilló a Barcelona con goles de todos los calibres y que le anotó la misma cantidad que había sumado en toda la liga, llegaba al cotejo con nomás tres puntos sumados, como el menos ofensivo (4) y el segundo más anotado (10) en la contienda, cuya única "presea" era un triunfo sobre el inocente Delfines FC.

Esas estadísticas frías, sin dudas, quitan cualquier argumento valedero al Barcelona, sabiéndose el club que en el papel estaría llamado a competir por el título.