Brasil: Campo olímpico de golf mejora área degradada, alega alcalde
Diario Libre
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, dijo que el campo de golf en construcción que será usado en los Juegos Olímpicos de 2016 elevará en siete veces la cobertura forestal de un área actualmente degradada, en respuesta a grupos ecologistas que lo califican como un crimen ambiental.
El alcalde, en declaraciones que concedió ayer durante una visita para supervisar las obras del futuro campo de golf en el barrio de Barra de Tijuca, aseguró que el proyecto supone el mayor programa de recuperación de vegetación de restinga del país.
"Es una tontería, una mentira afirmar que se está cometiendo un crimen ambiental", protestó Paes, quien añadió que el proyecto prevé "sembrar 625.000 plantas y aumentar el área de vegetación de restinga (en la región) de 94 a 650 kilómetros cuadrados".
En su visita al campo que acogerá las primeras pruebas olímpicas de golf en 112 años, el alcalde presentó además un informe sobre el proyecto con el fin de zanjar las polémicas en torno a su construcción.
Durante la visita del funcionario, una decena de manifestantes se concentró en el lugar para mostrar su descontento con el proyecto por haber talado varios árboles e incluso llegó a lanzar huevos a un coche de la comitiva municipal.
El campo olímpico de golf, por diversos motivos, es uno de los principales blancos de las críticas que envuelven los preparativos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, entre los que destacan protestas medioambientales, cuestiones económicas e, incluso, una investigación sobre la licitación del proyecto.
Respecto a los posibles daños ecológicos, Paes aclaró que el proyecto ya había sido aprobado y contaba con la licencia medioambiental necesaria cuando él asumió el cargo, en 2009, y además negó que se vaya a dañar la vegetación de la zona.
Consciente de las protestas de grupos ecologistas, el Comité Olímpico Brasileño anunció en enero que el proyecto se ceñirá a una rigurosa política de sostenibilidad y contará con sus propios recursos hídricos.
En el plano económico, Paes justificó la construcción de las nuevas instalaciones debido a que tanto el Comité Olímpico Internacional (COI) como la Federación Internacional de Golf (IGF por sus siglas en inglés) rechazaron el uso de los campos de golf ya existentes en los barrios de Itanhanga y Gávea.
"El campo de golf no estaba previsto. Eso fue definido una semana después de la elección de Río como ciudad sede (de los Juegos Olímpicos); mi opción era por (el campo de) el Club de Golf de Gávea o el de Itanhanga, pero dijeron que no era posible", afirmó.
El alcalde señaló que los costes de adaptación del campo de Itanhanga apenas suponían un ahorro de 1 millón de reales (317.000 dólares) respecto al actual proyecto lo cual, añadido a la mayor proximidad del nuevo campo a la Villa Olímpica, terminó por convencer al COI y a la IGF de lo conveniente de su construcción.
En cuanto a la concesión del proyecto a la empresa Fiori Empreendimentos, que además del campo de golf construirá más adelante en la zona 23 edificios de 22 plantas cada uno, el alcalde aprovechó para defenderse de quienes critican esta medida por excesiva e injustificada.
Paes declaró que "hay quien está en contra de los beneficios, pero no el alcalde" y añadió que ese es el motivo que justifica las numerosas iniciativas publico-privadas en las que actualmente participa la alcaldía.
El alcalde, en declaraciones que concedió ayer durante una visita para supervisar las obras del futuro campo de golf en el barrio de Barra de Tijuca, aseguró que el proyecto supone el mayor programa de recuperación de vegetación de restinga del país.
"Es una tontería, una mentira afirmar que se está cometiendo un crimen ambiental", protestó Paes, quien añadió que el proyecto prevé "sembrar 625.000 plantas y aumentar el área de vegetación de restinga (en la región) de 94 a 650 kilómetros cuadrados".
En su visita al campo que acogerá las primeras pruebas olímpicas de golf en 112 años, el alcalde presentó además un informe sobre el proyecto con el fin de zanjar las polémicas en torno a su construcción.
Durante la visita del funcionario, una decena de manifestantes se concentró en el lugar para mostrar su descontento con el proyecto por haber talado varios árboles e incluso llegó a lanzar huevos a un coche de la comitiva municipal.
El campo olímpico de golf, por diversos motivos, es uno de los principales blancos de las críticas que envuelven los preparativos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, entre los que destacan protestas medioambientales, cuestiones económicas e, incluso, una investigación sobre la licitación del proyecto.
Respecto a los posibles daños ecológicos, Paes aclaró que el proyecto ya había sido aprobado y contaba con la licencia medioambiental necesaria cuando él asumió el cargo, en 2009, y además negó que se vaya a dañar la vegetación de la zona.
Consciente de las protestas de grupos ecologistas, el Comité Olímpico Brasileño anunció en enero que el proyecto se ceñirá a una rigurosa política de sostenibilidad y contará con sus propios recursos hídricos.
En el plano económico, Paes justificó la construcción de las nuevas instalaciones debido a que tanto el Comité Olímpico Internacional (COI) como la Federación Internacional de Golf (IGF por sus siglas en inglés) rechazaron el uso de los campos de golf ya existentes en los barrios de Itanhanga y Gávea.
"El campo de golf no estaba previsto. Eso fue definido una semana después de la elección de Río como ciudad sede (de los Juegos Olímpicos); mi opción era por (el campo de) el Club de Golf de Gávea o el de Itanhanga, pero dijeron que no era posible", afirmó.
El alcalde señaló que los costes de adaptación del campo de Itanhanga apenas suponían un ahorro de 1 millón de reales (317.000 dólares) respecto al actual proyecto lo cual, añadido a la mayor proximidad del nuevo campo a la Villa Olímpica, terminó por convencer al COI y a la IGF de lo conveniente de su construcción.
En cuanto a la concesión del proyecto a la empresa Fiori Empreendimentos, que además del campo de golf construirá más adelante en la zona 23 edificios de 22 plantas cada uno, el alcalde aprovechó para defenderse de quienes critican esta medida por excesiva e injustificada.
Paes declaró que "hay quien está en contra de los beneficios, pero no el alcalde" y añadió que ese es el motivo que justifica las numerosas iniciativas publico-privadas en las que actualmente participa la alcaldía.
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