Cambio de misión
Gustavo Volmar
¿Cuál debe ser la misión de un banco central?
El Congreso de la Argentina aprobó ayer una reforma a la ley del Banco Central de ese país, luego de una fuerte discusión con la oposición política. El día 15 de este mes, la Cámara de Diputados la había aprobado con 142 votos a favor y 84 en contra, y ayer el Senado la convirtió en ley, 42 votos contra 19.
La reforma, que la presidenta Kirchner anunció el 1ro de marzo, facilita el uso de las reservas del banco por parte del gobierno y altera la misión de ese organismo. Desde hace dos años se han estado utilizando esas reservas para el pago de deudas públicas, a lo que se opuso el entonces gobernador del banco y le costó el puesto. Pero sólo podían usarse las reservas de "libre disponibilidad", que eran las que excedían el monto que respaldaba la cantidad total de pesos argentinos en circulación.
La nueva ley reduce esa limitación, lo que la oposición afirma permitirá al gobierno emitir más pesos, causando así un incremento en la inflación.
El gobierno, por su parte, dice que la reforma persigue que el Banco Central participe en el desarrollo del sector productivo, orientando el crédito para ese fin, según decida su Directorio, el cual volverá a controlar a la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias.
Eleva también, del 10% al 20% por 18 meses, el financiamiento que el banco adelanta al gobierno en base a las recaudaciones de impuestos del año anterior, y facilita el empleo de las reservas para el pago de la deuda externa.
La reforma cambia la misión del Banco Central. Ya no sólo deberá mantener la estabilidad monetaria y financiera, sino promover "el empleo y el desarrollo económico con equidad". Es una misión peligrosa, pues cumplir ambos objetivos puede llevar a medidas contradictorias, restrictivas por un lado, para fines de la estabilidad, y expansivas por el otro, para fomentar el gasto y el crecimiento.
gvolmar@diariolibre.com
El Congreso de la Argentina aprobó ayer una reforma a la ley del Banco Central de ese país, luego de una fuerte discusión con la oposición política. El día 15 de este mes, la Cámara de Diputados la había aprobado con 142 votos a favor y 84 en contra, y ayer el Senado la convirtió en ley, 42 votos contra 19.
La reforma, que la presidenta Kirchner anunció el 1ro de marzo, facilita el uso de las reservas del banco por parte del gobierno y altera la misión de ese organismo. Desde hace dos años se han estado utilizando esas reservas para el pago de deudas públicas, a lo que se opuso el entonces gobernador del banco y le costó el puesto. Pero sólo podían usarse las reservas de "libre disponibilidad", que eran las que excedían el monto que respaldaba la cantidad total de pesos argentinos en circulación.
La nueva ley reduce esa limitación, lo que la oposición afirma permitirá al gobierno emitir más pesos, causando así un incremento en la inflación.
El gobierno, por su parte, dice que la reforma persigue que el Banco Central participe en el desarrollo del sector productivo, orientando el crédito para ese fin, según decida su Directorio, el cual volverá a controlar a la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias.
Eleva también, del 10% al 20% por 18 meses, el financiamiento que el banco adelanta al gobierno en base a las recaudaciones de impuestos del año anterior, y facilita el empleo de las reservas para el pago de la deuda externa.
La reforma cambia la misión del Banco Central. Ya no sólo deberá mantener la estabilidad monetaria y financiera, sino promover "el empleo y el desarrollo económico con equidad". Es una misión peligrosa, pues cumplir ambos objetivos puede llevar a medidas contradictorias, restrictivas por un lado, para fines de la estabilidad, y expansivas por el otro, para fomentar el gasto y el crecimiento.
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