De dueños a arrendatarios

El sector vivienda era considerado a prueba de crisis. Aquí seguimos creyendo lo mismo, pero en EE.UU. y Europa ya no, pues los bancos allá han tenido que ejecutar millones de préstamos hipotecarios, y un gran número de viviendas vale menos que la deuda que tienen.

El procedimiento normal es que cuando el deudor deja de pagar, por haber perdido el empleo o por la razón que sea, el banco ejecuta el préstamo, toma la vivienda ya vacía y la pone en venta. Pero mientras más viviendas vacías hay en un lugar, más difícil es venderlas, se deterioran, son vandalizadas y el valor de las unidades cercanas desciende.

El banco podría refinanciar el crédito, ampliando el plazo de pago, pero eso con frecuencia sólo pospone la ejecución y hace que, al final, el banco pierda más.

Ante esa situación, el Banco de América, el mayor de los EE.UU., decidió hacer un experimento con unos mil deudores, en Arizona, Nevada y Nueva York. El programa, que comenzó la semana pasada, ofrece al deudor traspasar la propiedad de la vivienda y cancelar la deuda, pero quedarse como arrendatarios hasta tres años, pagando una renta igual o menor que la que prevalece en esa zona.

De ese modo el deudor no tiene que mudarse, la renta será menor que la cuota que pagaba, y se ahorra el impuesto sobre la propiedad y las pólizas de seguro. El banco buscará inversionistas interesados en comprar viviendas para alquilarlas, con el atractivo de tener ya un arrendatario, y asumirá una pérdida por la diferencia entre el valor de la venta y el saldo del préstamo.

Como la entrega de la vivienda es voluntaria, el banco se ahorra el proceso de ejecución, que está siendo cada vez más costoso y lento, debido a las demandas judiciales por prácticas abusivas.

Para que una vivienda califique, su valor deberá ser menor que la deuda con el banco y el deudor deberá tener por lo menos dos meses de atraso en sus pagos.


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