Por debajo del rango

El Banco Central informó que el índice de precios al consumidor (IPC) de febrero fue apenas de 0.34% por encima del de enero, con lo que la inflación de los primeros dos meses del año es de sólo 0.58%, mucho menor que la de 1.59% ocurrida en igual período del 2013. En términos anuales, de febrero a febrero, la inflación fue de 2.84%.

Como el BC estableció un rango meta de inflación para el 2014 que va desde un mínimo de 3.5% a un máximo de 5.5%, la inflación registrada hasta ahora está por debajo de la meta. Algunos lectores han preguntado si eso es bueno o malo.

En principio, fijar un rango meta implica que hay un nivel de inflación deseable. Si así no fuera, la meta no hubiera tenido un mínimo, sino que sería de una inflación igual o menor a tal o cual porcentaje. En ese caso, una inflación de 0%, o negativa, cumpliría con el objetivo de las autoridades.

Se dice que un cierto nivel de inflación es conveniente, pues entre otros efectos puede promover la creación de empleos, las inversiones y el gasto de consumo, y ayudar a que no surjan expectativas negativas. Guarda relación también con la inflación prevista en los países con los que se tienen mayores vínculos económicos, por su impacto sobre el tipo de cambio, el costo de las importaciones y la competitividad de la producción nacional.

Pero en países como el nuestro, donde el IPC depende mucho del precio local de las importaciones, el nivel mínimo de inflación puede alcanzarse debido a eventos externos sin que la producción interna de bienes y servicios sea estimulada por dicho mínimo. Por esa razón, y como los eventos externos son difíciles de predecir y controlar, caer por debajo del mínimo al comienzo del año no es perjudicial. Sirve como un colchón o amortiguador que da al Banco Central más flexibilidad para manejar su política de tasas de interés de referencia y sus decisiones para influir sobre el dinero en circulación.

Gustavo Volmar