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Vuelta a la realidad

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Vuelta a la realidad

Durante un mes, Brasil tuvo su fiesta del mundial y, aunque su equipo no resultó ganador, los juegos acapararon la atención de la población. Hasta las protestas por los altos costos del evento desaparecieron, y poco importó que muchas obras no estuvieran terminadas, o que hubiera una gran especulación con el precio de las entradas.

Pero la fiesta terminó, y ahora las realidades económicas cotidianas vuelven a ocupar su lugar habitual, a pesar de que por unas cuantas semanas más la actual campaña electoral, las encuestas y las perspectivas de la reelección seguirán dominando los titulares de los medios de comunicación.

Cifras dadas a conocer ayer respecto del crecimiento económico estimado para este año no son motivo de alegría. A pesar de todo lo que el gobierno predijo acerca del impacto beneficioso del mundial sobre la actividad económica, esas cifras apuntan a un crecimiento de apenas 0.97% para el 2014, siendo ésta la octava ocasión consecutiva en que el pronóstico de expansión ha sido reducido por los analistas involucrados, mayormente técnicos pertenecientes a instituciones financieras.

En particular, se anticipa una reducción del 2.05% en las inversiones y una contracción del 1.15% en la producción industrial, sector que fue clave para que el gobierno anterior pudiera sacar de la pobreza a millones de brasileños y convirtiera al país en una potencia económica mundial.

Atrás han quedado las tasas del 6% y más de esa época, siendo las de hoy en día una sombra de las del pasado reciente. Ha menguado la entrada de capitales financieros, que por su cuantía a raudales obligó a las autoridades en una época a imponerle costos y limitaciones.

China ha venido desplazando a Brasil en sus mercados tradicionales de exportación, incluyendo algunos de sus vecinos latinoamericanos. Y peor aún, las proyecciones de precios del petróleo y las materias primas agrícolas no son halagadoras.