Represalias comerciales

Ya que están llegando tantos turistas rusos a la región este del país, parecería existir una oportunidad para que productos agrícolas dominicanos sean transportados allá con tarifas bajas, utilizando los vuelos de retorno de las aeronaves en que los turistas llegan, parecido a lo que estaba sucediendo hasta ahora con los vegetales embarcados hacia los Estados Unidos en los vuelos de regreso de los aviones que traían artículos adquiridos vía internet.

Pero mientras las mercancías importadas se quedan aquí, los turistas vienen y después se van, lo que permite a una misma aeronave traer un grupo y llevarse otro. Y, además, no es lo mismo aviones de carga que aviones de pasajeros con una sección de carga.

La relevancia del tema se debe a las restricciones puestas en vigor por Rusia sobre la importación de alimentos desde la Unión Europea, Australia, los Estados Unidos, Canadá y Noruega, en represalia por las sanciones de que ha sido objeto por a su alegada participación en la crisis de Ucrania.

No es usual que un país restrinja las importaciones de alimentos por razones políticas, dado el impacto que eso puede tener sobre el costo de la canasta familiar de bienes. Mucho más común es que lo haga como medio de proteger a los productores agrícolas nacionales.

Pero en este caso, aparte de responder a las sanciones, se conjuga el interés ruso de conquistar mercados para sus productos en países como Brasil, Nueva Zelanda, la India y Argentina, a los cuales puede plantear proyectos de inversión y arreglos comerciales recíprocos.

Frutas, vegetales, carnes de res, pollo y cerdo, pescado, leche, nueces y quesos están en la lista restringida por los rusos, con un año de vigencia.

Los países más perjudicados serán Polonia, Lituania y Holanda. Llama la atención que los vinos y demás bebidas alcohólicas no fueran incluidas, lo que puede deberse a que para muchos rusos, ellas son más importantes que la comida.

Gustavo Volmar