Evitaron los errores

El triunfo contundente obtenido por el presidente Evo Morales en las elecciones bolivianas prueba que entre los gobiernos latinoamericanos de izquierda hay grandes diferencias. De un lado están aquellos cuyo manejo de la economía ha sido exitoso, y del otro los que con sus políticas han creado condiciones de inflación con recesión. Los primeros conservan la simpatía de los votantes, mientras el apoyo a los segundos se desvanece en medio de las carencias de la población.

La receta es el pragmatismo.

Bolivia y Ecuador han aplicado medidas nacionalistas en defensa de los recursos del país. De una situación en la que empresas extranjeras se llevaban la mayor parte de las ganancias de las exportaciones de minerales, petróleo y gas, con la complicidad de las autoridades del momento, han logrado modificar los convenios firmados a fin de que a esas empresas se les remunere por sus servicios, pero dejando los beneficios para el Estado.

Han invertido grandes sumas en educación, salud y obras de infraestructura. Crearon programas sociales que redujeron las desigualdades e incrementaron el acceso a las fuentes de ingresos. Y dieron un giro a las expectativas sobre el desarrollo futuro de la economía.

Pero lo que no hicieron es lo más importante. Se abstuvieron de manipular el tipo de cambio de la moneda para fines de apuntalar consumos. No descapitalizaron empresas públicas extrayéndoles sus ganancias sin invertir en su capacidad productiva. No penalizaron al sector privado con ilógicos controles de precios y racionamiento de dólares. Y no malgastaron sus reservas de divisas en programas irracionales de subsidios.

Otros países han tenido menos suerte, Venezuela, Argentina y Brasil entre ellos. Difieren significativamente en los detalles de sus políticas y en las circunstancias en que éstas han sido aplicadas, pero el resultado ha sido el deterioro allá del clima de inversiones y negocios.

Gustavo Volmar