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Causa de la mejoría

El retroceso de los demócratas en las elecciones de medio término en los EE.UU. parece contradecir el criterio de que la popularidad de los partidos que gobiernan va acorde con la situación económica.

Los indicadores más significativos para medir el comportamiento de la economía apuntan hacia una recuperación del crecimiento.

Los datos de empleo, ventas mayoristas, inicio de construcciones, PIB, crédito, transporte de carga y demás cifras relevantes hacen pensar que la economía ha dejado atrás la crisis del 2008, aunque persistan debilidades en algunos sectores.

Pero a pesar de esa mejoría, la popularidad del presidente Obama ronda niveles sólo un poco superiores al 40%, lo cual motivó a muchos candidatos demócratas a mantenerse alejados de él durante la campaña electoral. Fue tanto así que Hillary Clinton tuvo más participación en los eventos proselitistas que el presidente.

La razón de esa aparente paradoja tiene que ver con la causa de la recuperación, pues los votantes no la atribuyeron a las políticas de Obama. Consideraron que después de seis años padeciendo crisis, recesión y estancamiento, la mejoría es el resultado del final natural de un ciclo de deterioro, en el que muchos perdieron sus viviendas, sus empleos y su estabilidad financiera.

Los efectos de las políticas sociales de Obama son de mediano plazo, por lo que su impacto electoral inmediato fue limitado. Y en cuanto a sus medidas económicas, la dependencia de una política monetaria expansiva limitó su alcance a los inversionistas y especuladores del mercado financiero. Una minoría de la población se enriqueció con sus compras de acciones y derivados, a expensas de los depositantes de los bancos y de los propietarios de bonos del Tesoro.

La euforia de los primeros años del gobierno de Obama se ha desvanecido, y con ella la esperanza de que pueda hacer reformas importantes en los últimos dos años de su mandato.

gvolmar@diariolibre.com