Apoyo inesperado

Lo que hasta hace poco tiempo era inimaginable podría ser una realidad en poco tiempo, si se cumplen los vaticinios de algunos analistas.

Ellos afirman que existe la posibilidad de que el precio del barril de petróleo descienda más todavía, quizás hasta tan bajo como a los alrededores de 60 dólares.

Esa perspectiva está condicionada a lo que ocurra durante la reunión que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sostendrá en Viena esta semana.

Alarmada por los efectos que la reducción del precio está teniendo sobre su economía, Venezuela ha venido tratando de persuadir a otros miembros de la OPEP a fin de que acuerden disminuir las cuotas de producción.

Los inversionistas y operadores en el mercado petrolero consideran que si la reunión concluye sin ninguna disminución, de al menos un millón de barriles diarios, habrá quedado en evidencia que la OPEP está dividida, lo que provocará una reducción adicional del precio.

Las perspectivas de un acuerdo son inciertas.

El descenso ocurrido hasta ahora ha sido beneficioso para la economía dominicana, a pesar de que los efectos percibidos han estado limitados mayormente al costo de los combustibles, tanto para transporte como para electricidad.

Faltan todavía efectos adicionales a nivel internacional y local sobre los precios de productos en los que el petróleo y sus derivados figuran como insumos, en sectores como la agricultura, la industria química y la construcción.

La rebaja de precios constituye un apoyo inesperado para la cuenta corriente de nuestra balanza de pagos externa y, por ende, para la acumulación de reservas de dólares por parte del Banco Central.

Aún sobre la porción del costo del petróleo que financia Petrocaribe, el efecto es favorable, pues aunque el gobierno no lo pague los consumidores sí lo pagan, lo que significa que éstos tendrán un mayor ingreso disponible para gastar o invertir en otras cosas.

Gustavo Volmar