Fueron los norcoreanos
Gustavo Volmar
Podía haber sido parte de una de esas películas en las que piratas cibernéticos acceden al sistema informático de una organización, dañando instalaciones, sustrayendo datos, paralizando operaciones y dejando a la entidad en una situación caótica. Lo irónico del caso es que la víctima del evento real fue precisamente una de las compañías productoras de esas películas.
Un ataque cibernético inusual por su intensidad y consecuencias tomó de sorpresa a fines de noviembre a la empresa Sony Pictures. Sus sistemas fueron deshabilitados y destruidas sus bases de datos.
La empresa tuvo que sustituir las computadoras afectadas y gran cantidad de informaciones fueron robadas, incluyendo documentos confidenciales y datos personales de los empleados. Se le considera como el primer caso en los Estados Unidos de una nueva clase de programas maliciosos.
Algunos de los villanos cibernéticos más frecuentes en las películas han sido organizaciones misteriosas, con recursos aparentemente inagotables, dotadas de personal técnico y equipos de vanguardia, a veces dirigidas por un individuo ubicado precariamente entre el genio y la locura.
El culpable que se ha buscado ahora se ajusta perfectamente a esa descripción, pues se ha reportado que el villano puede ser Corea del Norte, país impenetrable dirigido por un líder enigmático.
La prueba está en el código. Se ha reportado que en los programas utilizados para perpetrar la intrusión se descubrieron instrucciones codificadas compiladas en lenguaje coreano.
Y además, fueron detectadas muchas similitudes con ataques que afectaron en marzo del 2013 a bancos y estaciones de televisión en Corea del Sur.
Ayer los atacantes revelaron apodos y teléfonos de artistas y demandaron la cancelación de la película “La Entrevista”, una comedia acerca de un complot para asesinar al líder norcoreano programada para ser exhibida en los cines a partir del próximo 25 de diciembre.
Gustavo Volmar
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