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Capitulación de Sony

Lo que parecía ser sólo un episodio más entre las muchas historias de piratería cibernética está conmoviendo los cimientos de una de las empresas más veneradas de Japón. La corporación Sony, cuyos productos forman parte de las pertenencias de gran número de hogares dominicanos, está siendo seriamente cuestionada en esos momentos.

Están bajo la lupa los procedimientos de seguridad de su división de entretenimiento. Ha sido revelado que existían reportes internos que ponían de manifiesto las debilidades de su sistema informático, y aparentemente los hackers aprovecharon esas informaciones para abrirse paso entre las defensas y barreras establecidas y apoderarse de privilegios de administrador, lo que les dio acceso a todos los documentos confidenciales de la compañía. Datos personales, tarjetas de crédito, planes confidenciales y películas aún no exhibidas fueron parte del increíble volumen de datos descargados por los atacantes, ascendente según algunos estimados a decenas de terabytes de informaciones.

Pero ésa no es la única crítica que se hace a la empresa. Se cuestiona también su buen juicio en filmar una película que ridiculiza al jefe de estado de un país que, aunque díscolo y anacrónico, es vecino de Japón y Corea del Sur, naciones que están haciendo esfuerzos por mejorar las relaciones y alejar la posibilidad de un enfrentamiento militar.

La decisión de no exhibir la película tampoco contribuye a mejorar la imagen de la compañía. No sólo está envuelto lo que costó, cerca de US$50 millones, sino que su retiro es visto como una capitulación a las presiones de los hackers y el gobierno norcoreano, al que el FBI atribuye haber estado detrás de la intrusión cibernética. Y fue un desaire para el presidente Obama, quien al ser preguntado sobre las amenazas contra los establecimientos en que el filme sería exhibido recomendó a los estadounidenses no dejar de ir a los cines.

gvolmar@diariolibre.com