Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
economia

Motivando la expansión

En lo que aparenta ser un comportamiento recurrente cuando se aproximan decisiones de política monetaria, el Fondo Monetario Internacional redujo su pronóstico de crecimiento económico mundial, y ayer hizo un llamado para que los gobiernos y bancos centrales apliquen políticas monetarias flexibles y promuevan reformas estructurales. De esas dos recomendaciones, la de efecto inmediato es la expansión monetaria. La de las reformas estructurales es de mediano plazo, más retórica que efectiva.

El FMI disminuyó en 0.3 puntos porcentuales sus estimados de crecimiento tanto para el 2015 como para el 2016, situándolos en 3.5% y 3.7%, respectivamente.

No son porcentajes bajos en comparación con los de los años precedentes, sobre todo ya que dependen menos del crecimiento de China y otras economías emergentes, pero el hecho de que son inferiores a los calculados anteriormente sirve muy bien a los que propugnan porque el Banco Central Europeo compre valores gubernamentales, la Fed no aumente las tasas de interés a mediados de año, el Banco de Japón siga emitiendo más yenes, y los demás bancos, incluyendo el de China, faciliten más liquidez a sus sistemas financieros.

A pesar de que reconoce la existencia de factores a favor del crecimiento, como el menor precio del petróleo y la depreciación del euro y el yen, el FMI señala que esos factores están siendo más que compensados por fuerzas negativas “persistentes”, secuelas de la crisis económica. Aún así, su pronóstico es más optimista que el del Banco Mundial, que situó el crecimiento global en 3.0% en el 2015 y 3.3% en el 2016.

Era de esperar que los índices del valor de las acciones en los mercados financieros bajaran como reacción ante el informe del Fondo, y así sucedió ayer por unas horas. Pero como en el mundo actual las malas nuevas son bien recibidas ya que crean expectativas de más estímulos monetarios, el efecto no fue significativo.

gvolmar@diariolibre.com