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Responsabilidad indeseada

Podría interpretarse como una señal de insensibilidad, pero en cualquier catástrofe suelen existir aspectos económicos muy presentes en la mente de los involucrados.

En las tragedias de la aviación comercial, partícipes directos e indirectos, como los sindicatos, tripulaciones, gobiernos, controladores aéreos, aseguradoras, supervisores, aerolíneas, fabricantes de motores, sistemas y aeronaves, abogados, personal de mantenimiento, instructores de vuelo y organismos de seguridad, se mantienen pendientes del curso de las investigaciones.

Sería ideal que el siniestro no hubiera ocurrido. Si sucedió, lo segundo mejor es que se debiera a causas climáticas impredecibles. Y si se debió a algún fallo, error u omisión, lo tercero mejor es que la responsabilidad sea de otros.

En juego están dinero, prestigio, negocios, litigios, procedimientos y carreras profesionales. Aún frente a evidencias contundentes, es posible que partes señaladas como responsables nieguen la descripción de los hechos y su papel en ellos.

Los efectos finales de la tragedia del avión de Germanwings, subsidiaria de Lufthansa, aún están por verse. Libres de responsabilidad están los controladores aéreos, el personal de mantenimiento y los fabricantes del avión, pero otros siguen inmersos en el asunto.

El prestigio de la aerolínea ha sufrido un duro golpe. Las aseguradoras pagarán en su totalidad las indemnizaciones de las víctimas, pero un monto reducido por la aeronave, debido a la participación de un tripulante. Comprometida, además, está la labor profesional de los médicos que atendían al copiloto por su aparente fallo en alertar a la empresa sobre su condición mental.

El concepto de privacidad, defendido por los sindicatos, y que ha impedido la instalación de cámaras en las cabinas de mando, será también cuestionado, en un mundo en el que hay cámaras por todos lados, en bancos, oficinas, tiendas, residencias y calles.

gvolmar@diariolibre.com