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Nepal y nosotros

Si ocurriera aquí un terremoto como el que tuvo lugar el sábado a 80 kilómetros de la capital de Nepal, nuestra economía e infraestructura sufriría daños catastróficos de los que nos tomaría un largo tiempo recuperarnos, siendo así que aún tenemos damnificados de varios de los huracanes que nos afectaron en el pasado.

La República Dominicana y Nepal coinciden en que ambas naciones tienen una densidad demográfica similar, cercana a las 200 personas por km2, pues tanto el territorio como la población de Nepal son el triple de los nuestros. También la incidencia de las importaciones de bienes y servicios es parecida, de cerca de una tercera parte del PIB.

Las similitudes terminan ahí, sin embargo.

El Banco Mundial clasifica Nepal como un país de bajo ingreso por persona, mientras que a nosotros nos considera como de ingreso medio alto, con un PIB por persona equivalente a ocho veces el de ellos. La diferencia es menos notoria, sólo cinco veces, si el PIB se mide ajustándolo por la comparación del poder de compra, pero aún así es muy significativa.

La expectativa de vida al nacer es similar, 73 años aquí y 68 allá, pero nuestra tasa de mortalidad para niños hasta los cinco años es inferior, de 28 frente a 40 por cada mil. A pesar de nuestra menor población, nuestro PIB a precios corrientes es tres veces el de ellos.

Dado que Nepal tiene muchas dificultades de acceso, la cuantificación de las pérdidas por causa del siniestro está apenas comenzando y se estima serán muy cuantiosas. Dos atenuantes son que la agricultura, menos vulnerable que la industria, representa un elevado 35% del PIB, y que la concentración de la población en la capital es un tercio de la nuestra.

Una amenaza es la posibilidad de que se desate alguna epidemia. Recordemos que el cólera es endémico en Nepal, de donde fue traído a nuestra isla por soldados nepaleses llevados a Haití por las Naciones Unidas después del terremoto.

gvolmar@diariolibre.com