Salarios y desigualdad

Porque incide sobre el ingreso de un amplio segmento de nuestra población, y por lo tanto sobre el nivel de vida de numerosos votantes, es probable que uno de los tópicos de la campaña electoral será la aparente incapacidad de la economía dominicana para sustentar aumentos progresivos en el salario real y reducir la desigualdad que prevalece en la distribución de la riqueza.

Puede ser que la gravedad del problema sea cuestionada, con argumentos de que el salario no es tan bajo como parece, sea por las compensaciones adicionales que los trabajadores reciben, o debido a que es subestimado como resultado de la informalidad en que operan muchas actividades económicas.

Es difícil, sin embargo, que esos argumentos hagan cambiar la percepción de que el país no está generando los empleos de calidad que su población demanda.

Es de esperar que si se presenta como tema electoral, el asunto no sirva de base para declaraciones proselitistas irreales, ni que derive hacia recriminaciones estériles. Lo conveniente es que se proceda a debatir sus causas.

Causas puede haber muchas, pero lo esencial es que se les considere de forma conjunta, definiendo los vínculos que las unen y los procesos mediante los cuales hacen sentir sus efectos.

Si se desea llegar al fondo del problema, habrá que debatir las consecuencias del acuerdo comercial DR-CAFTA sobre nuestra industria, y las que tendrá la competencia a la que en pocos años será sometido el sector agrícola.

Será preciso juzgar el efecto de la inmigración haitiana sobre la oferta laboral, la tecnología utilizada y las inversiones en maquinarias y equipos.

Tendremos que evaluar el sistema de seguridad social, incluyendo salud y pensiones, a la luz de su aporte actual y sus perspectivas futuras.

Y no deberá dejarse fuera de la discusión el papel que el Estado ha jugado en la desigualdad, los oligopolios privados, la inequidad tributaria y la informalidad.

gvolmar@diariolibre.com

Gustavo Volmar