Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
economia

Desarrollo quisqueyano

Aunque separadas por el idioma, la cultura, la desconfianza mutua y décadas de conflictos esporádicos, la República Dominicana y Haití están, quiéranlo o no, unidas por una realidad difícil de cambiar. Comparten la misma isla, y están ubicadas una al lado de la otra. Se diría que es posible estar juntas pero no reburujadas, pero por más que se haga para mantenerlas segregadas, la fuerza de la economía es demasiado poderosa como para pasarla por alto.

Debajo de la superficie, donde los conceptos de nacionalidad e independencia política son debatidos, se encuentran las causas que motivan a los haitianos a emigrar, y que han afectado el mercado laboral de nuestro país.

Su presencia en nuestro territorio ha tenido importantes consecuencias sobre los salarios, el progreso tecnológico, la formación de capital y la distribución de la riqueza, acentuando las desigualdades e incidiendo sobre la composición de las fuentes de ingresos.

Dada esa situación surgida de fuerzas económicas, la mejor opción para subsanarla consiste en promover el desarrollo y la creación de empleos en la zona más atrasada de ambas naciones.

No se trata, para ese propósito, de los repartos de comida, ropa y otros artículos que las ONGs tanto prefieren, los cuales mitigan carencias sin proveer soluciones reales, pudiendo en algunas circunstancias desalentar la producción local. Se requiere de otro enfoque, menos caritativo y más empresarial.

Con esa finalidad, el hecho de que empresarios de los dos países estén promoviendo proyectos de desarrollo en ambos lados de la frontera es un paso en la dirección correcta, que debe ser apoyado con entusiasmo, y recursos, por los gobiernos extranjeros y los organismos internacionales de financiamiento involucrados en Haití.

Ya que la isla es el vínculo que ata a los dos países, no es casual que al Consejo Binacional que une a esos empresarios se le haya dado el nombre de Quisqueya.

gvolmar@diariolibre.com