Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
Redes Sociales
economia

Visitas al oráculo

Si el oráculo de Delfos estuviera activo en esta época, tendría una gran demanda por sus servicios.

Dominarían la lista de preguntas las referentes a si Grecia reemplazará el euro con una moneda emitida localmente. Esa pregunta llevaría a otras, dependiendo de la respuesta. Habría inquietud, si dice que el euro se seguirá utilizando, acerca de los aumentos de impuestos, los recortes en los subsidios a las pensiones, los empleos públicos, la duración de la recesión, las perspectivas de ventas y cómo cubrir las necesidades familiares. Y si vaticina que el euro dejará de usarse, lloverían las preguntas sobre la nueva moneda y su valor de canje, el destino de los depósitos bancarios, las tasas de interés, la inflación, los servicios públicos, los bancos, las inversiones y las posibilidades de conseguir trabajo.

A diferencia del oráculo, que decía responder viendo el futuro, su equivalente moderno, que son los modelos econométricos corridos en computadoras, contestan las preguntas proyectando las tendencias que el comportamiento pasado hace ser más probables. Pero en el caso griego, tanto el oráculo como los modelos tendrían un problema común, pues la racionalidad económica ha sido sustituida por maniobras políticas aparentemente impredecibles.

Si así no fuera, no habría sucedido que el gobierno griego convocara a un referéndum para decidir sobre algo que en la plataforma electoral por la que fue electo se había comprometido a rechazar. O que lo convocara para luego de incumplir compromisos de pago con el FMI, en medio del desasosiego causado por las restricciones bancarias. Aunque pidió votar en contra de las exigencias del FMI, la Unión Europea, el Banco Central Europeo y los acreedores del país, parecería como si el partido gobernante quisiera salvar su capital político y dejar que sean los propios griegos quienes acepten los sacrificios, a sabiendas de que la mayoría no quiere dejar el euro.

gvolmar@diariolibre.com