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Ghetto2Garden: Expresión local de la arquitectura experimental

El Colectivo Revark, una organización No-Gubernamental a la que se han integrado varios arquitectos y profesionales de otras ramas, busca visibilidad a través de un novedoso proyecto: The Ghetto2Garden. En su traducción literal, lo llaman "Del Barrio al Jardín" y lo definen como una iniciativa benéfica que pretende movilizar desde la ciudad de Santo Domingo a más de 50 animales (caninos y felinos) víctimas de abusos a un albergue autosustentable y ecológico de rehabilitación animal ubicado en una zona más natural.

La idea concebida por Tomás De Santis encontró eco en el Colectivo Revark. Este grupo reúne a profesionales multidisciplinarios interesados en promover el desarrollo arquitectónico experimental, la investigación aplicada y la construcción social sostenible mediante redes de colaboración.

Los arquitectos Abel Castillo, Wilfredo Mena y Joel Mercedes son cofundadores y codirectivos del grupo, en el que otro arquitecto, Luis Raúl, asume como director de proyectos.

UN REFUGIO VERDE PARA SALVAR VIDAS ANIMALES

La idea del albergue autosustentable de rehabilitación animal en una zona rural, se comenzó a gestar en 2008, cuando gente sensible se dio cuenta de que en el país no hay lugares habilitados para adoptar y rescatar animales abusados o desamparados. El reto social se transformó pronto en un desafío para arquitectos.

Había que construir un lugar que fuera casa de acogida confortable, con escasos recursos y buenas ideas. El proyecto se concibió para una población de 50 perros y 10 gatos, que requieren de RERERERE (rehabilitación, recuperación, reposo y retiro).

El colectivo se puso a trabajar con la idea de levantar un albergue propio y autosuficiente, con ubicación, dimensiones y estructura adecuadas para caninos y felinos, construido a base de materiales reciclados como tanques plásticos, pallets de madera, entre otros elementos, y y con sistemas de captación de agua lluvia, generación de energía eólica-solar, biodigestor para reciclaje de desechos orgánicos, y la producción de frutas y vegetales a través del método de permacultura.

Dos casas-contenedores para el propietario y su empleado, formarán parte de la estructura, que dispondrá de techos verdes, y además un área de baño común con un inodoro de composta y una ducha.

En este proyecto los animales serán separados según una previa clasificación por el tamaño, condición física, nivel de agresividad, rango en la manada y por muchas otras condiciones, para evitar las peleas, y por consiguiente, las emergencias médicas y costos veterinarios.

Las áreas pavimentadas al igual que las paredes de separación requieren de una terminación de piso extremadamente liso para un máximo rendimiento de higiene y control de plagas y parásitos. Contará además con área de cuarentena médica, área de recreación, paseo y ejercicio y demás áreas vitales para un albergue de animales funcional.

Los cubitanques que serán utilizados como albergues son de material plástico. Originalmente, eran envases de pintura de empresas importadoras locales.

Para el proyecto se usarán 60 tanques. Ya se tiene el prototipo, en los que se han hecho comprobaciones sobre ambientación.

El calor que se genera se amortiguará con la pintura negra que se colocará dentro de los tubos, explica Castillo. Aunque precisa que se preservará mucho calor, lo cual resulta muy placentero para estos animales.

El joven arquitecto explica que con desechos de bicicletas y tolas de metal, de las que se utilizan en la impresión de periódicos, también construirán el sistema para producir energía eólica. Con el biodigestor se pretende producir la mayor cantidad de energía, garantizando la sustentabilidad total. Han calculado que con los desechos orgánicos que generarán los animales adoptados se producirá gran parte de la energía que demandará el proyecto.

En un solar de seis mil metros cuadrados, se construirán 400 metros.

La construcción de las fuentes de energía estará a cargo de un equipo de ingenieros de medio ambiente, miembros de un grupo de voluntarios que se llama Practivitas, que lidera el ingeniero ambiental Lonny Grafman.

Un proyecto por colaboración
A través de su página en Facebook (https://www.facebook.com/ColectivoRevark/timeline) el colectivo solicita contribuciones para su causa con mensajes que sensibilizan sobre el impacto ambiental del plan: "Lo que sea que quieras aportar para el proyecto", dicen, y agregan que "un elemento de estos puede ser basura en tu casa".

"Quieres ayudar y no tienes mucho $? ¡Pues vamos a ver que conseguimos con amigos, familiares, vecinos, gomeros, chatarreros, empresarios y fabricantes! Todo el mundo tiene algún material en el patio o almacén que podemos usar!", escriben.


El colectivo pretende levantar un albergue autosuficiente, con ubicación, dimensiones y estructura adecuadas para caninos y felinos, construido a base de materiales reciclados, y con sistemas de captación de agua lluvia, generación de energía eólica-solar, biodigestor para reciclaje de desechos orgánicos, y la producción de frutas y vegetales a través del método de permacultura.