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De lo manual a lo digital, la arquitectura gana en lo espectacular

"El lápiz que tanto utilizaba el arquitecto para tirar líneas, sobre todo el 2H, en un período de 15 años ha desaparecido y ha sido sustituido por el gran mause, que se ha robado el show", comenta el arquitecto Moreta Castillo.

La arquitectura ha dado el gran el paso, se ha ido desprendiendo paulatinamente de la tradición milenaria de la técnica manual para entrar en la era digital, y según el arquitecto Richard Moreta Castillo, con el cambio ha ganado en perfección y espectacularidad, aunque reconoce que en cierta forma se pierde el sentido artístico de la profesión.

El experimentado profesional y profesor de la prestigiosa Escuela Bauhaus de Alemania, asegura que el mundo digital pone a disposición de los arquitectos herramientas que les permiten expresarse sin limitaciones, y está convencido de que casi todo lo que se produce de esta forma es realizable; sobre todo, por la disponibilidad de nuevos materiales de construcción, que permiten ejecutar proyecto más audaces que los que se podían lograr antes.

Moreta Castillo, abanderado de la arquitectura verde y señalado como pionero de la arquitectura digital latinoamericana, muestra al público dominicano una serie de proyectos, diseños, instalaciones y vídeos que resumen su trayectoria profesional entre el 1989 y 2014, donde destacan sus trabajos como artista y arquitecto en las etapas manual y digital de su carrera.

La muestra retrospectiva, abierta en la Galería Nacional de Bellas Artes hasta el 10 de septiembre, exhibe bocetos originales y renderings finales de Moreta Castillo, los cuales a su entender documentan "este período único e histórico de transición, que define un nuevo paradigma hacia una nueva arquitectura".



Un paso a lo trascendental

Para el autor de la exposición, la arquitectura evoluciona respondiendo y adaptándose a las necesidades del momento, y considera que actualmente se reinventa en el mundo digital y genera una nueva arquitectura de vanguardia, gracias a los nuevos sofwares y a la evolución de los mismos.

"Estamos en la transición de lo que son los paradigmas de la arquitectura milenaria, que viene desde los tiempos de los babilónicos que utilizaban triángulos, cartabones y la regla T, a lo que es actualmente la arquitectura digital, en la que se ha delegado a la máquina el factor artístico que poseía el arquitecto anteriormente", señala Moreta Castillo.

Considera que este momento histórico no se está describiendo como se debe, "ya que nos encontramos sumergidos en la transición, que va a una velocidad intensa, y no hay tiempo de mirar hacia atrás, por eso quiero dejar esta muestra como si fuera una especie de capítulo que estudia esta situación".

Explicó que la arquitectura que hace rompe con el paradigma de lo que sería el mantra de la arquitectura moderna, de que la forma sigue a la función, y de la arquitectura posmodernista, de que la forma sigue el símbolo, para entrar en una nueva etapa en cuanto a los aspectos funcionales, ambientales y culturales de la ecuación de diseño, donde en realidad la arquitectura refleja que la forma sigue al performance.

Esto así, aseguró, porque responde a una serie de vectores que son constantes actualmente, como crisis energéticas, nuevas tecnologías, calentamiento global, por lo que considera es una arquitectura más adaptada, que no sólo refleja el estatus sociopolítico del elemento arquitectónico sino que refleja una preocupación acerca de cómo responder ante esas situaciones y demandas.



De su trayectoria profesional

Moreta Castillo nació en Nueva York, pero es hijo de padres dominicanos. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, y luego hizo estudios de especialización en Estados Unidos e Italia, y más tarde en Alemania. Cuenta que en ese período "tuve la oportunidad de conocer gente interesantísima, pero quiero destacar, especialmente en Italia, a Alessandro Guerriero, que tuvo mucha influencia en mí. Fue un privilegio muy grande trabajar con él y poder compartir en el estudio con los maestros del modernismo".

Como miembro del cuerpo de ingenieros de los Estados Unidos, tuvo la oportunidad de formar parte del equipo de la ONU que hizo la primera entrada a Bosnia para su reconstrucción, situación que describe como una experiencia escalofriante, que lo puso en contacto con la calamidad humana.

Aseguró que en esos momentos accidentados de su vida, en los que ha tenido la oportunidad de trabajar como arquitecto, ha encontrado el motivo por el cual luchar y promover las causas sociales en arquitectura, "y a pesar de que he tenido la oportunidad de diseñarle a una serie de jeques del Medio Oriente, tanto en Dubái como en Riyadh, en Arabia Saudita, he tenido también la oportunidad y la gran satisfacción de diseñarles a los más desposeídos".

El profesional de la arquitectura sostuvo que ha diseñado para personas afectadas por catástrofes naturales en Turquía, así como en Haití, donde tuvo la oportunidad de participar en un proyecto de reconstrucción, luego del terremoto del 2010.

Explicó que después de Bosnia se unió a la firma Arquitectónica Internacional (2004), dirigida por Bernardo Fort-Brescia, en Miami, donde participó en proyectos de gran envergadura, como lo fue el Marquis, edificio residencial considerado como el más alto del sureste de los Estados Unidos.

Luego laboró como director de diseño para estudios de arquitectura en Boca Ratón y Orlando, en las que logró desarrollarse más como profesional, sobre todo porque entre los años 2004-2006 hubo un auge de la construcción en la Florida.

"Lamentablemente estamos viviendo una época de depresión, de crisis económica, la cual no permite a los arquitectos expresarse con el número de trabajos con el que quisieran", aseguró el profesional de la arquitectura.



La arquitectura en la República Dominicana

Moreta Castillo recordó que hace dos años un grupo de arquitectos se unió para formar el Colegio de Arquitectos Dominicanos, con la intención de independizarse del CODIA, pero aseguró que aún no se han obtenido resultados concretos por la falta de apoyo de la mayoría de los profesionales de área.

"Me pregunto cómo podemos los arquitecto sobrevivir si no nos organizamos, si no le damos respeto a nuestro Colegio, para lograr que el arquitecto sea la mano derecha del cliente, no que trabaje para el ingeniero, porque aunque son profesiones que empezaron juntas, por su naturaleza y especialización se han separado, y no pueden seguir juntas", puntualizó.

Sostuvo que en países como Estados Unidos y Alemania los clientes buscan un arquitecto para que les organice el equipo de trabajo, entre lo que se incluyen los ingenieros estructurales, ingenieros mecánicos, eléctricos, entre otros, "pero el que tiene la responsabilidad de llevar el proyecto, el cual está educado y capacitado, es el arquitecto".

La opinión de Marianne de Tolentino

La crítico de arte Marianne de Tolentino, directora de la Galería de Arte de Bellas Artes, calificó a Richard Moreta Castillo como un arquitecto visionario y gestor de diseños futuristas, quién desde su formación de post-grado hasta el ejercicio de la profesión, ha exhibido una característica multinacional en sus diseños, "con una dinámica creativa no convencional, totalizante y retadora".

Tolentino consideró que la inspiración del arquitecto se fundamenta esencialmente en las relaciones y necesidades humanas y que su expresión concierne a sociedades en transformación constante. Lo que impresiona especialmente de su estilo, afirma, es el carácter atrevido de sus proyectos.

Señaló que a quien apodan el "el gurú de los espacios verdes", por sus preocupaciones ecológicas, genera su arquitectura a partir de lo que diseña en tres dimensiones. "Son simulaciones, resultando de la tecnología digital, que abren el arte de construir a posibilidades nuevas -herramientas y materiales incluidos-, y tendremos el privilegio de acoger una visualización tridimensional, que busca lo absoluto en un enfoque retrospectivo".

Estos patrones arquitectónicos han sido concebidos para latitudes de desarrollo contrastante, como los Emiratos Unidos, Míami, México o Haití, entre otros. Ahora bien, no son utópicos, como una primera mirada podría considerarlos, sino que pertenecen a una vanguardia del siglo XXI.