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Mayoría de católicos ignora y rechaza enseñanzas sobre sexualidad y anticoncepción

Papa quiere debate "sincero" sobre la familia

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Mayoría de católicos ignora y rechaza enseñanzas sobre sexualidad y anticoncepción
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco dijo esperar que un debate el domingo sobre asuntos controversiales de la familia sea "sincero, abierto y fraternal", en momentos en que los progresistas esperan que haya cambios y los conservadores intentan mantener el status quo.

El pontífice se presentó el sábado a una vigilia de oración en la Plaza de San Pedro en vísperas de una reunión episcopal de dos semanas, la cual buscará lograr que las enseñanzas de la Iglesia sobre relaciones sexuales, matrimonio, divorcio y homosexualidad sean relevantes para los católicos contemporáneos.

Francisco dijo que quiere que los obispos escuchen, que realmente escuchen lo que dice la gente, y luego se enfrasquen en un debate "sincero, abierto y fraternal" que responda a los "cambios trascendentales" que las familias viven en la actualidad.

El papa preparó el escenario para un amplio debate cuando el año pasado decidió enviar un cuestionario de 39 puntos a conferencias episcopales en todo el mundo, buscando las opiniones de católicos ordinarios sobre su aceptación de las enseñanzas de la Iglesia en torno a una serie de asuntos relacionados con la vida familiar católica.

Los sondeos confirmaron que la vasta mayoría de los católicos ignoran y rechazan las enseñanzas de la Iglesia sobre relaciones sexuales y anticoncepción. Las respuestas indicaron también que la Iglesia debe desarrollar un plan pastoral para atender las necesidades de los homosexuales en uniones civiles y de los niños criados en esas familias, lo que hace del sínodo que comienza el domingo la primera vez que el Vaticano atiende a la homosexualidad a nivel pastoral.

Grupos reformistas de la Iglesia dijeron que esas respuestas honestas eran la razón para tener esperanzas de que, bajo Francisco, una reunión episcopal pudiera arrojar cambios, aunque sea solamente por el hecho de que el papa les pidió a los obispos que se expresasen honestamente.

"Si todo lo que consigue Francisco es alentar a los obispos a expresarse y decir lo que piensan realmente, entonces iniciará una revolución casi por accidente", dijo Miriam Duignan, del Instituto Wijngaards de Estudios Católicos, un centro británico de investigación de tendencia progresista.

Duignan insistió en que la mayoría de los obispos no quieren realmente predicar que la anticoncepción artificial es inmoral ni que los actos homosexuales son "intrínsecamente desordenados", como dicen las enseñanzas eclesiales.

"Ya sea que comience con el celibato de los sacerdotes o las actitudes hacia la homosexualidad o el control de natalidad: una vez que admites que tus enseñanzas eran fallidas, que están basadas en premisas débiles y que estabas equivocado, podemos comenzar una conversación", afirmó.

Aunque grupos conservadores dicen que realmente existe un riesgo de que el sínodo sólo dé como resultado el crear confusión sobre las enseñanzas de la Iglesia en torno al sexo y el matrimonio, prelados participantes dicen que solamente buscan reforzar la doctrina, no cambiarla.

"El sínodo no se reúne para crear nuevas enseñanzas en la Iglesia ni romper con la tradición", les dijo el cardenal conservador estadounidense Raymond Burke a reporteros en Roma. En lugar de ello, dijo, la reunión busca "mantenerse fiel a las enseñanzas, resaltar su importancia en nuestros tiempos, y espero que eso es lo que sucederá".