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Minas, estado clave en las elecciones brasileñas

El estado es considerado un microcosmos de la diversidad de Brasil, capaz de decidir una elección

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Minas, estado clave en las elecciones brasileñas
BELO HORIZONTE, Brasil. María Lindaura Dos Santos, de 64 años, barre el piso de su casa en una localidad rural pobre en las afueras de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. (AP)
BELO HORIZONTE, Brasil.Los brasileños se aprestan a votar en la elección presidencial más reñida desde el retorno de la democracia y en ningún sitio la contienda es más candente que en el montañoso estado de Minas Gerais, donde nacieron los dos candidatos.

El estado que más políticos ha enviado al sillón presidencial asoma como clave para determinar si Dilma Rousseff continúa otros cuatros años en la presidencia o si el ex gobernador de ese estado Aécio Neves recupera el cargo para la oposición después de más de una década de gobierno del Partido de los Trabajadores.

Minas Gerais no solo es el segundo estado más poblado del país, con 20,5 de los 203,3 millones de habitantes de la nación, sino que "Brasil nunca ha elegido a un presidente que no haya ganado en Minas Gerais", dijo Mauricio Moura, un encuestador brasileño y profesor de estrategia política en la Universidad George Washington en Estados Unidos, al referirse a las elecciones llevadas a cabo desde que la democracia fue restaurada tras la dictadura militar en 1985.

El estado es considerado un microcosmos de la diversidad del gigante sudamericano capaz de decidir una elección. El comportamiento de los electores refleja las discrepancias que aún se acentúan en Brasil, con una concentración de habitantes de bajos recursos en el norte, que prefieren al Partido de los Trabajadores, y los de clase media alta y con un grado de escolaridad mayor en la capital de Belo Horizonte y hacia el sur, que apoyan al principal partido de la oposición.

En la primera ronda, el 5 de octubre, Rousseff obtuvo poco más de 43% de los votos del estado. Neves se llegó al 40% a pesar de que gobernó en Minas Gerais por dos mandatos y concluyó en 2010 con un índice de aprobación del 92%.

Ambas campañas se han centrado fuertemente en el estado desatando insultos escandalosos. En las calles de Minas Gerais, conocida por sus ciudadanos corteses, la batalla se ha vuelto hostil.

Partidarios de Rousseff revivieron acusaciones de hace casi cinco años, que nunca fueron probadas, de que Neves empujó y golpeó a su entonces novia y ahora esposa, Leticia. La pareja niega que eso haya sucedido. Detractores de Neves también critican el proyecto de un aeropuerto regional de 7 millones de dólares que fue construido en una propiedad de un tío suyo en Minas Gerais. El candidato dice que todos los procedimientos se siguieron correctamente y que los auditores no encontraron nada malo con la elección de la tierra.

El mentor político de Rousseff, el ex presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva, hizo una leve insinuación al incidente entre Neves y su esposa mientras lideraba un mitin en Belo Horizonte el pasado fin de semana y habló de lo agresivo que Neves se mostraba con la presidenta Rousseff en los debates por ser mujer. También lo llamó "hijo de papi", al referirse a la dinastía política de la familia Neves, cuyo abuelo Tancredo Neves fue elegido en 1985 para ser el primer presidente de Brasil después de la dictadura militar de 21 años, pero murió un día antes de asumir el cargo.

En las calles de Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, la voz de un hombre retumbaba por los altoparlantes de un camión de campaña de Rousseff en una tarde reciente. "Usted decide por quién votar. Pero ¿Quiere a un hombre que golpea a su esposa y construyó un aeropuerto para su tío?". Conforme el camión atravesaba una calle del centro lentamente y ondeaba banderas de Rousseff en la parte trasera, peatones miraban y la gente salía de salones de belleza y otros negocios de manos cruzadas, algunos lanzando gestos obscenos.

"Están desesperados. No quieren perder el poder y tienen miedo", expresó Rafael Oliveira, un partidario de Neves que distribuía volantes en la calle.

Pero los partidarios del adversario no se quedan atrás. Intentan atraer a los electores indecisos y al 14% que votó en la primera ronda por Marina Silva, la ex ministra de Medio Ambiente que en algún momento encabezó las encuestas pero finalmente quedó tercera en la votación del 5 de octubre. Silva ahora respalda a Neves.

En una concentración de apoyo a Neves en el centro de Belo Horizonte la semana pasada, los oradores llamaron a Rousseff "fascista" y "terrorista", en alusión a su juventud como una guerrillera marxista en una organización armada que luchó contra el régimen militar de Brasil. Rousseff mantiene que ella personalmente nunca participó en actos violentos.

También aliados de Neves cuestionan los vínculos de Rousseff con Minas Gerais, al señalar que ella comenzó su carrera política en otro estado y no es una verdadera "minera", como se les conoce a los habitantes. Rousseff ha dicho que sólo salió de su estado natal para empezar de nuevo después de haber huido de la dictadura y sido encarcelada y torturada durante tres años.

La campaña es feroz y demuestra las profundas divisiones entre los votantes.

En una cafetería de Belo Horizonte, el ingeniero civil Eduardo Casasanta hablaba con dos compañeros de trabajo acerca de un dato revelador que repite la campaña de Rousseff: el hecho de que la mandataria haya sacado más votos que su rival en la primera ronda en Minas.

"Están diciendo a todos que las personas que lo conocen (a Neves) no lo quieren, pero la verdad es que sí lo queremos", dijo Casasanta. "Votamos por él. Yo quiero que él sea presidente".

André de Paiva Toledo, profesor en la facultad de derecho de Dom Helder Camara y partidario de Rousseff, no estuvo de acuerdo mencionó episodios en los que Neves favoreció a familiares al designar funcionarios.

"Trataba a Minas Gerais como si fuera un feudo", dijo Toledo. "No inspira mucha confianza de que respeta la democracia".

Las acusaciones de elitismo contra Neves resuenan también en las zonas más pobres del estado, donde Rousseff ganó la primera vuelta debido a los programas sociales encabezados por su Partido de los Trabajadores que ayudaron a sacar a millones de la pobreza y a formar una clase media robusta en el país de más de 200 millones de habitantes.

Fuera de Belo Horizonte y de otras zonas urbanas, montañas verdes caracterizan al estado que alberga minas de hierro y plantaciones de café.

En un pueblo pobre a las afueras de la capital, María Lindaura Dos Santos colgaba la ropa a secar fuera de la casa donde su hija y tres nietos que viven una zona nueva donde el gobierno ofrece préstamos para las familias de bajos ingresos que quieren comprar casas de dos o tres habitaciones.

En el pueblo ya tienen agua y electricidad, y aunque aún no consiguen drenaje, Dos Santos dice que la vida ha mejorado para su familia.

"Nadie hacía caso a la gente en los pueblos. Pero tenemos una pequeña casa, y una parada de autobús cercana", dijo Dos Santos, un partidario Rousseff. "Ellos son los únicos que se acuerdan que existimos".
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