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Amy Tan: Fue un "shock" descubrir que mi abuela había sido una cortesana

Han pasado siete años desde que publicara su última novela

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Amy Tan: Fue un shock descubrir que mi abuela había sido una cortesana
MADRID. Cuando la escritora Amy Tan estaba trabajando en otra novela, una fotografía en una exposición le hizo sospechar que su abuela había sido cortesana en China, un "shock" que le llevó a investigar para reconstruir su historia y que dio como resultado su última obra, "El valle del asombro".

Esta es una de la razones por las que, según explica Tan en una entrevista con Efe, han pasado siete años desde que publicara su última novela, ya que dejó apartado el libro en el que trabajaba y se dedicó a escribir "El valle del asombro", editado por Planeta, al que ha dedicado tres años.

En una visita al Museo de Arte Asiático de Shangai, Amy Tan, nacida en California en 1952 de un matrimonio chino emigrado a Estados Unidos, vio una fotografía en la que aparecían unas mujeres con la misma ropa que llevaba su abuela, en una imagen que tenía la familia.

La sorpresa era que las jóvenes eran cortesanas, explica Tan, mientras muestra una foto que lleva de su abuela, que se quitó la vida cuando la madre de la escritora tenía solo nueve años.

Una de las fotografías que lleva en su álbum es la clave de su descubrimiento: "La ropa que viste es como la de las cortesanas, pero lo más importante, según los expertos, es que la fotografía fue hecha en un estudio, a los que entonces sólo iban las cortesanas".

"Entonces empecé a preguntarme si habría heredado su porte, su actitud, esta tristeza por las circunstancias que hay detrás de esta foto, e incluso me planteé si sería una broma. Seguí investigando y encontré más. Las fotos, tomadas en diferentes épocas, me demostraron que efectivamente había sido una cortesana", dice.

Lo único que su madre le había contado de su abuela es que había sido forzada a ser la cuarta esposa de un hombre y que su tristeza y enfado la llevaron a suicidarse, recuerda Amy Tan, que asegura que tenía un temperamento muy fuerte.

Un temperamento que refleja en las protagonistas de su novela, unas mujeres que, a caballo entre California y Shangai, intentan rebelarse contra su destino.

Amy Tan recrea así el ambiente del mundo de las cortesanas de lujo en Shangai con dos protagonistas: una norteamericana, Lulú, que deja Estados Unidos y tiene que volver a encontrar su identidad en China a finales del siglo XIX, y su hija Violeta, una joven que se cree norteamericana y que tiene que reencontrar su identidad cuando descubre que su padre es chino.

"Al igual que Violeta en el libro intenta reconstruir su historia, yo he intentado de la misma forma reconstruir la de mi abuela", dice.

Tanto Lulú, como dueña de una casa de cortesanas de lujo, y Violeta, la cual, víctima de una traición, se ve condenada a repetir esa historia, vivirán para luchar por recuperar el respeto, la dignidad y el amor de los suyos, debatiéndose entre la cultura china y la norteamericana.

Las relaciones entre madres e hijas y el sentimiento de ser diferente y no saber a dónde se pertenece son temas habituales en la obra de Amy Tan, ya que, asegura, tienen que ver con su propia identidad.

Completamente fascinada por el mundo de las cortesanas, Amy Tan investigó exhaustivamente sobre su forma de vestir, sus roles, cómo se relacionaban con los clientes, cómo hablaban y su lenguaje corporal, hasta que pudo reconstruir su vida real. "También me documenté mucho sobre sexo; nada de lo que sale es gratuito, todo está basado en la investigación".

Las cortesanas "eran en esa época como nuestras estrellas de cine, iconos que eran admirados, pero se encontraban al mismo tiempo en la posición más baja de la sociedad", explica la escritora, que asegura que esta figura está resurgiendo en las clases más altas de China: "Un hombre puede tener una cortesana, salir con ella, regalarle joyas, pero la diferencia es que ahora ya no se casan y se convierten en terceras o cuartas esposas. Va contra la ley".