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El manicomio sin apoyo

Supongo que al Ministerio de Salud le corresponde amparar al manicomio y también las personas que tienen problemas de los indigentes. La última vez que pasé por ahí, mi corazón tembló al ver cómo vivían mujeres y hombres desnudos, encerrados, con falta de comida, de medicina y de otras muchas cosas que necesitan “los locos”. Escribo este artículo sabatino porque he vuelto a leer las Obras Selectas de Antonio Zaglul, excelente psiquiatra inclinado siempre ante los seres que en su tiempo padecían trastornos mentales. Es una pena que este gran psiquiatra ya no esté con nosotros, porque todavía hay miles de personas que padecen trastornos mentales. Sé que ahora hay lugares excelentes y de bien ambientados para las familias que tienen dinero para pagar la sanación de sus trastornados. Los escritos de Antonio Zaglul despiertan caridad. Si les interesan a mis lectores, les diré que los pueden conseguir en Banreservas.

Entre sus tantas historia, cuenta “que una mañana soleada y hermosa del mes de agosto del año 1950, junto a un grupo de médicos fue al Manicomio Padre Billini donde desempeñaría el cargo de Director. Nos dice que al la entrada del centro, deprimente, tenía una casita de madera casi destruida, un redondel de alambres de púas de casi una docena de cuerdas que abarcaban alrededor de cientos de tareas de terreno. Un negro gigantesco y de rostro desagradable les abrió la puerta y por un extremo de tierra calichosa los condujo al pabellón central, de aspecto ruinoso, donde estaban las oficinas de la Dirección Administrativa, Despensa y todo un mobiliario polvoriento y desastroso, las paredes carcomidas y un mugriento reloj de péndulo que marcaba las doce del día desde hacían 50 años. Allí había 500 locos”.

Las cosas no han cambiado en el manicomio. He pasado por su frente, camino al Cibao, y mi corazón vuelve a temblar. Vi en uno de los programas de Nuria cómo está aquello ¡Dios mío…! ¿Es que al Ministerio de Salud no le toca trabajar en sus arreglos, sus medicinas, sus comidas y no lo tiene en la mente? Sé que el manicomio no es solo una porquería, también hay muchos hospitales públicos que carecen de lo imprescindible. Por eso me alegraría que el Presidente Danilo Medina, como lo ha hecho con tantos agricultores, pusiera sus manos sobre los locos del Manicomio Padre Billini, en ese lugar que solo está a 30km. Eso mismo para Altagracia Guzmán Marcelino, mocana muy querida, ¿y la Lotería Nacional, que fue creada para arropar con su dinero al manicomio, qué ha hecho? Nada, absolutamente, nada. Cuentan que en la dictadura de Trujillo ahí estuvieron encerrados cientos de personas que luchaban contra el régimen. Es importante leer lo escrito por el Dr. Zaglul, pues además de conocer lo que pasó y lo que todavía pasa en el manicomio, nos llevaría a ayudar esa institución.

Yo por mi parte juego cada semana la Lotería de Denver, para que si me saco los millones y millones que se ganan, llevar por lo menos un par de ellos al manicomio para ver si mi corazón deja de temblar.