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El atentado de Ankara hace crecer la tensión entre islamistas y kurdos

Desde las elecciones de junio, el escenario político y militar en Turquía ha cambiado, con la ruptura del alto el fuego unilateral de la guerrilla kurda PKK que ha causado una escalada de la violencia sin precedentes en los últimos años

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El atentado de Ankara hace crecer la tensión entre islamistas y kurdos
Familiares de Korkmaz Tedik, quien fue asesinado el sábado en la explosión doble en Ankara, lloran sobre su ataúd durante una ceremonia fúnebre en Ankara, Turquía. (EFE/EPA/SEDAT SUNA)

ANKARA.- A solo tres semanas de las elecciones generales anticipadas, crece en Turquía la tensión entre el Gobierno islamista y la izquierda prokurda tras el sangriento atentado de Ankara este sábado.

La ciudadanía está fuertemente impactada por el peor ataque terrorista en la historia del país, que dejó probablemente más de cien muertos -95 según las cifras oficiales, 128 según la oposición- y más de 500 heridos en el centro de la capital.

Muchos acusan al Gobierno de los hechos, sobre todo por no asumir parte de la responsabilidad ante la más reciente espiral de la violencia que sacude el país desde julio.

Decenas de miles de personas salieron a las calles después del atentado para expresar su malestar, no solo en Estambul sino también en otras ciudades, como Esmirna.

Pero el ministro del Interior turco, Selami Altinok, lejos de dimitir tras el ataque de ayer, ni siquiera reconoció un problema de seguridad en el país.

Desde la oposición recuerdan que el atentado parece ser el tercero en una serie que empezó con bombas en un mitin del partido de la izquierda prokurda, el HDP, en Diyarbakir, donde murieron cuatro personas dos días antes de las elecciones del 7 de junio pasado.

El segundo incidente fue la masacre de Suruç, en el sur de Turquía, cometida por un suicida contra una asamblea de jóvenes activistas prokurdos, y que dejó 34 muertos.

En ambos casos, los responsables parecen ser yihadistas turcos entrenados por el Estado Islámico (EI), y el método empleado en Ankara, cargas de TNT reforzadas con bolas de acero, que coincide con el de Suruç, hace pensar que es el tercer caso de una guerra de yihadistas turcos contra la izquierda prokurda.

A ojos de la oposición, el Gobierno dirige muchos más esfuerzos a acosar, detener y encarcelar a activistas de la izquierda que a perseguir las redes yihadistas.

El diario opositor Cumhuriyet asegura hoy que el presidente, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha convertido el país en “un baño de sangre”, solo para poder construir un sistema presidencial.

Los opositores denuncian que Erdogan impulsa las elecciones en noviembre para que el AKP pueda reconquistar la mayoría absoluta perdida en junio, sobre todo por el éxito electoral del HDP.

Algunos incluso acusan a Erdogan y al AKP de fomentar la crispación, con el objetivo de hacerse con el voto más nacionalista.

Así, los islamistas esperan alcanzar la mayoría que les permita cambiar la Constitución y darle a Erdogan una presidencia con atribuciones ejecutivas y no solo protocolarias como hasta ahora.

Desde las elecciones de junio, el escenario político y militar en Turquía ha cambiado, con la ruptura del alto el fuego unilateral de la guerrilla kurda PKK que ha causado una escalada de la violencia sin precedentes en los últimos años.

Cientos de personas han fallecido desde julio en enfrentamientos entre rebeldes y las fuerzas del orden.

Pero el ataque de ayer tuvo una nueva dimensión. “Una bomba contra nuestro corazón”, tituló hoy el periódico Hürriyet, también crítico con el gobernante partido islamista AKP.

Muchos se preguntan ahora cómo se podrán celebrar elecciones en el actual ambiente de tensión, en medio de amenazas terroristas y toques de queda en numerosas ciudades kurdas en el sureste del país.

El HDP dice que los ataques en su contra tienen como objetivo intimidar a sus simpatizantes para que no acudan a las urnas.

No obstante, el colíder del HDP, Selahattin Demirtas, instó hoy a sus seguidores a no buscar venganza.

“Aquellos que hicieron esto con la mentalidad del “el Estado es nuestro” van a pagar. No vamos a buscar venganza. El primer paso (para que paguen) será el 1 de noviembre”, en referencia a las elecciones generales del mes que viene.

En relación con el AKP, Demirtas dijo: “sois unos asesinos, en vuestras manos hay sangre”.

Los islamistas, por su parte, aseguran lo contrario, que el HDP se beneficia electoralmente por los ataques que sufre en su contra, por lo que fomenta más estas tensiones.

El primer ministro, Ahmet Davutoglu, acusó a Demirtas y al HDP de “provocación” y de incitar al pueblo contra el Estado.

Demirtas “se olvida de los soldados y civiles que han sido asesinados en los últimos tres meses”, dijo Davutoglu.

Dogan Tiliç/EFE

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