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Inmigrantes
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Las cicatrices de los inmigrantes revelan la crueldad de las mafias

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Las cicatrices de los inmigrantes revelan la crueldad de las mafias
ROSZKE ,Hungría. Inmigrantes cruzan la alambrada en la frontera entre Hungría y Serbia cerca de Roszke (Hungría) hoy, 26 de agosto de 2015. (EFE)

ROMA. Profundos cortes de arma blanca, heridas de bala y señales de violencia sexual son algunas de las marcas con las que los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo desembarcan en Italia y que revelan cómo son tratados por las mafias.

Cicatrices que los médicos que atienden a los inmigrantes descubren con mayor crudeza en el cuerpo de mujeres y menores y sobre las que apenas obtienen información porque las mafias continúan con las amenazas y los heridos se avergüenzan de hablar de los abusos.

“Encontramos muchos casos de torturas, fracturas de huesos, heridas de cuchillos, golpes de fusiles y daños neurológicos por fuertes impactos en la cabeza”, describió la doctora de Médicos Sin Fronteras Anna Crepet en declaraciones a EFE.

“Las mujeres y los niños son los más vulnerables, los que sufren con más violencia las torturas y son muchas veces víctimas de la explotación sexual”, explicó la doctora, aunque lamentó que “no lo dicen abiertamente porque la red les persigue y también porque se avergüenzan de haber sido violados y agredidos”.

Muchas mujeres, gran parte de ellas menores, sobre todo las procedentes del Cuerno de África y en concreto de Nigeria “han sido prostituidas en Libia durante mucho tiempo, hasta reunir el dinero que les exigen para emprender el viaje” por el Mediterráneo.

“Muchas de ellas llegan embarazadas sin siquiera saberlo. Les hacemos una prueba y dan positivo sin esperarlo. Después nos dicen que han sido violadas”, relató Crepet, quien además atiende a jóvenes que llegan con un embarazo muy avanzado, en ocasiones “en el último mes de gestación”.

“También hay muchos niños que han sufrido violencia”, subrayó la doctora, que ha visto “casos muy graves” en los que “no importa si es niño o niña para que apliquen violencia sobre ellos”.

“Casi todos los menores y especialmente los que viajan solos llegan con cicatrices en el tronco y marcas de tortura en la cabeza y en la cara” que proceden de “extorsiones, violaciones, secuestros y explotación en campos de trabajo”.

La doctora relató algunos de los casos más duros a los que se ha enfrentado, como el de “un menor al que le habían golpeado tan fuerte que le habían perforado el tímpano” o una chica de unos 15 años que llegó con un traumatismo en la cabeza y daños neurológicos.

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Infografía
GEVGELIJA ,Macedonia.- Inmigrantes controlados por la policía macedonia cruzan la frontera entre Macedonia y Grecia, cerca de Gevgelija (Macedonia) hoy 26 de agosto de 2015. (EFE)

“Tenemos un repertorio de historias desafortunadamente horribles”, lamentó.

Horribles como las muertes en las últimas 24 horas de dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, a causa del maltrato de las mafias: uno de ellos era somalí de 15 años y murió a bordo del barco Dignity I de MSF tras haber sido rescatado frente a las costas de Italia.

La segunda víctima era un joven sudanés que falleció a causa de una diabetes agravada por las difíciles condiciones del viaje, informó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Para la directora del programa Italia-Europa de “Save The Children”, Raffaela Milano, estos dramas confirman “la violencia que se ejerce sobre millares de menores” en sus viajes hacia Italia y durante su permanencia en Libia, desde donde parten las embarcaciones.

Desde principios de año, “han llegado al menos 7.600 menores no acompañados, la mayoría eritreos, somalíes y de otros países de África subsahariana y occidental en condiciones casi siempre críticas a causa de la violencia y de los abusos”, añadió.

Niños como ellos, de 11, 12 y 13 años, han contado a la ONG cómo a lo largo de sus viajes -tanto en los países que recorren como en Libia- se ven obligados a trabajar para reunir el dinero y lograr entrar en una de las barcas que parten hacia Europa.

Son historias como la de un joven de 16 años forzado a recoger frutas de plantas espinosas que le herían las manos y los brazos y al que los mafiosos rompieron un brazo a golpes, o la de otro de 15 años al que le rompieron dos dedos a martillazos.

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