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Cambios en Cuba
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“Cuba sí, Yanquis no!”, manifestación en La Habana

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“Cuba sí, Yanquis no!”, manifestación en La Habana
La palabra “Fidel” formada con pétalos de flores luce frente a la embajada de Cuba en México, donde las personas que se reunieron para guardar luto por la muerte del expresidente cubano Fidel Castro también colocaron carteles, el domingo 27 de noviembre de 2016, en la Ciudad de México. (AP)

HABANA. Aproximadamente 300 personas se reunieron afuera de la embajada de Cuba en México para guardar luto por el fallecimiento de Fidel Castro.

Mientras coreaba “¡Cuba sí, Yanquis no!”, la multitud portaba flores blancas y banderas cubanas. Unas personas colocaron flores afuera de la entrada de la sede diplomática.

Algunos contuvieron las lágrimas mientras escuchaban a altavoces y a músicos que interpretaban canciones como “Playa Girón”.

La autora brasileña de una biografía de Fidel Castro con la que él cooperaba recordó algunos de los momentos difíciles que enfrentó el líder cubano cuando encabezaba el gobierno de la isla. El exmandatario falleció el viernes a los 90 años.

Claudia Furiati afirmó que “siempre pensé que me impactaría” el anuncio de su muerte cuando se hiciera, pero no fue así. Desde que Castro entregó la presidencia de Cuba a su hermano menor hace más de una década “él se estuvo preparando para los momentos finales”, agregó.

“En varias de sus reflexiones, sus pensamientos, él da indicios aquí y allá de este momento final”, apuntó.

En una entrevista en la casa de la autora en Río de Janeiro, ella recordó los momentos desafiantes que afrontó Castro durante su gobierno y que lo sacudieron totalmente.

Uno de esos fue en 1994. Tras una cadena de secuestros de embarcaciones, disturbios sin precedentes y el asesinato de un teniente de la marina cubana, Castro dejó entrever que podían irse de la isla quienes quisieran hacerlo.

Durante unas cinco semanas, más de 35.000 cubanos le tomaron la palabra y emprendieron una travesía por mar en frágiles embarcaciones sin la intervención de las autoridades. Muchos de esos migrantes balseros no lograron llegar a su objetivo.

Furiati narró que Castro acudió a la bahía de La Habana después de un naufragio y llegó muy airado. En palabras de la autora: “Lo vi arribar casi al punto de pelear y adoptar una postura severa”. Sin embargo, agregó: “Su objetivo era evitar una explosión social en ese momento”.

Furiati era simpatizante de Castro y tenía vínculos cercanos con la familia del gobernante. La autora estaba autorizada para acompañarlo a menudo antes de que escribiera su libro sobre la vida de él: “Fidel Castro — Una biografía consentida”.

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