Gobierno y FARC cruzan acusaciones por enfrentamiento en centro de Colombia

BOGOTÁ. El Gobierno colombiano y las FARC entraron ayer en un cruce de acusaciones por un choque armado ocurrido en la localidad de La Uribe, en el centro del país, donde según la guerrilla militares atacaron a sus delegados de paz, en tanto que el Ejecutivo asegura que se debió a un error de los subversivos.

Las diferentes versiones, que llegan menos de un mes después de que las partes firmaran el acuerdo para el futuro alto el fuego bilateral y definitivo, antesala de la ansiada paz, fueron expuestas por los jefes negociadores del Gobierno y las FARC, Humberto de la Calle y Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, respectivamente.

Según De la Calle, que habló primero en la Casa de Nariño, sede de la Presidencia colombiana, lo ocurrido el pasado viernes en Candilejas, zona rural de La Uribe, en el departamento del Meta (centro), fue un “incidente” provocado porque los subversivos fijaron “coordenadas equivocadas”.

La versión oficial sostiene que un grupo de las FARC que había ido a hacer “visitas técnicas” a las áreas en las que se reunirán los guerrilleros antes de dejar las armas, “se ubicó en una zona diferente a la prevista” y en “esas circunstancias se presenta el incidente”.

Además, De la Calle dijo que tras lo ocurrido habló con “Iván Márquez”, quien le reconoció que los subversivos habían cometido un error, le dio “su versión” y le pidió “ayuda humanitaria para atender a varias personas que, según él, habían sido heridas en el combate”.

A tal efecto se dispuso un helicóptero militar para recogerlos, pero el día convenido para el rescate, el pasado sábado, los miembros de las FARC no se presentaron a la cita.

Poco tiempo después, “Márquez” respondió en su cuenta de Twitter que lo ocurrido “no fue un error porque el ataque se produjo con la certeza (de) que las FARC se encontraban en el sitio con una bandera blanca como señalización”.

Además, aseguró que el enfrentamiento, que la guerrilla califica de “ataque”, involucró a una unidad de ese grupo armado “que acompañaba a integrantes del mecanismo tripartito de verificación que debían viajar a La Habana”, sede de los diálogos de paz.

El mecanismo tripartito, que debe verificar el futuro alto el fuego bilateral y definitivo, está compuesto por representantes elegidos por el Gobierno, por la guerrilla y por una misión política internacional coordinada por la ONU que estará integrada por expertos civiles no armados de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

En medio del cruce de declaraciones intervino el máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, quien dio parte de razón a ambas versiones al admitir que la guerrilla “se estableció por fuera del sitio”, si bien precisó que la actuación del Ejército “demuestra que fue algo pensado” y requirió autorización de un superior.

“En lo que sabemos nosotros ninguna (brigada militar) entra en acción sin previa autorización de su mando superior, y estoy seguro en este caso por la delicadeza de la situación (que) eso debió haber ido al Comando General de las Fuerzas Armadas de donde supongo, a no ser que se demuestre lo contrario, se dio la orden de asaltar esa comisión”, subrayó a un medio vinculado a esa guerrilla.

Por otro lado, las diferentes versiones sobre los supuestos heridos, llenas de cabos sueltos, coinciden en que un helicóptero se preparó para buscarlos, pero según “Timochenko” las FARC cancelaron la operación cuando supieron que irían a bordo hombres armados, algo contrario a la misión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que solicitaron.

A juicio del analista Ariel Ávila, experto en el proceso de paz, lo ocurrido “daña mucho la confianza” entre las partes, que corren el riesgo de polarizarse.

“El gran problema con esto es que hay un cruce de versiones y una guerra de micrófonos que hace que cada parte se radicalice”, dijo a Efe Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.

Para el experto, sería conveniente que una tercera parte, que podrían ser las Naciones Unidas, ejerza como verificador para que hechos como este, que “son normales aunque no deseables” en el actual contexto, queden esclarecidos y no se produzca una guerra de versiones.

Como sucedió tras anteriores incidentes, Ávila pronostica que el choque de La Uribe “afectará a la mesa” de negociaciones de paz, que se centrará en abordar este asunto y retrasará el resto de la agenda pendiente “por lo menos una semana”.

Cynthia de Benito

EFE