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La crisis entre Venezuela y Colombia entra en agenda de la ONU, la OEA y Unasur

La OEA programó una reunión para el lunes, en la que decidirá si se convoca una cita de cancilleres por el tema

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La crisis entre Venezuela y Colombia entra en agenda de la ONU, la OEA y Unasur
Colombianos cruzan el río Táchira con sus pertenencias, ayudados por la policía nacional. (EFE)

BOGOTÁ. La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela entró hoy en la agenda internacional con el llamado de la ONU a mantener un “diálogo constructivo” y a la espera de que la OEA y la Unasur decidan si convocan citas de cancilleres, después de que los dos gobiernos llamaran el jueves a consultas a sus embajadores.

En medio de la tensión diplomática y de la crisis humanitaria por la deportación de más de mil colombianos y el desplazamiento de otros 4.000, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) programó, a petición de Colombia, una reunión este lunes para decidir si se convoca una cita de cancilleres para tratar el tema.

Las declaraciones del titular de ese organismo, Luis Almagro, sin embargo, fueron discretas al llamar hoy “a profundizar relaciones bilaterales con el propósito de encontrar soluciones a temas de dinámicas fronterizas”, sin mencionar explícitamente esta crisis.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y su canciller, María Ángela Holguín, habían pedido además una reunión de cancilleres de la Unasur y el envío de misiones de ese bloque y de la OEA a la frontera.

“Comparto totalmente la petición del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Creo que la crisis ha escalado a unos niveles que requiere una intervención mayor”, dijo a Efe el titular de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper.

Sin embargo, Rodolfo Nin Novoa, canciller de Uruguay, país que ocupa la presidencia pro témpore de dicho bloque, afirmó hoy que será difícil convocar para la próxima semana una reunión debido a las agendas apretadas de los cancilleres.

La frontera está cerrada desde el 19 de agosto en el puente Simón Bolívar, que comunica a Cúcuta (Colombia) con San Antonio (Venezuela), por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro, como parte de una campaña contra el contrabando y supuestos paramilitares, que incluyó la declaración del estado de excepción en seis municipios y la deportación de más de mil colombianos.

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Infografía
Colombianos deportados desde Venezuela descansan en el albergue El Morichal, en Cúcuta (Colombia). (EFE)

Maduro, que amplió este viernes a otros cuatro municipios la clausura indefinida y afirmó estar dispuesto a reunirse con Santos, “donde él quiera, cuando quiera y como quiera”, para buscar una solución, ha dicho que no reabrirá el paso hasta que Colombia prohíba la venta de productos venezolanos de contrabando.

“Es la primera vez que escucho que se deporta a la gente para que no haya contrabando, las medidas de contrabando tienen origen económico y hay que tratarlas como tal”, comentó el canciller uruguayo.

A raíz de la situación y luego de que la ONU expresara su preocupación por informaciones “sobre violaciones de derechos humanos ocurridas en el proceso de deportación de colombianos”, el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, pidió hoy a los dos Gobiernos seguir manteniendo un “diálogo constructivo”.

En la misma línea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió hoy a Venezuela a detener de manera inmediata “cualquier expulsión colectiva, arbitraria o sumaria” de colombianos y “abstenerse de adoptar cualquier medida tendiente a destruir” sus propiedades.

Santos exigió hoy también al Gobierno venezolano que facilite la reunificación de las familias colombianas separadas por el éxodo e insistió en que quienes cruzan las trochas con sus electrodomésticos y camas a cuestas “son colombianos humildes, no paramilitares”.

Precisamente, el alcalde de la ciudad colombiana fronteriza de Cúcuta, Donamaris Ramírez Lobo, anunció hoy que interpondrá una denuncia ante la CIDH contra Maduro por delitos de lesa humanidad.

Esa decisión se suma a la del gobernante Partido de la U de “demandar” a Maduro ante la misma comisión y a la del opositor el Centro Democrático, liderado por el exmandatario Álvaro Uribe, que solicitó “medidas cautelares” ante la CIDH para proteger a los deportados.

Uribe anunció hoy, además, su apoyo a “todas las medidas enérgicas” que el Gobierno emprenda frente a la crisis, “sin importar lo que ocurra con FARC en La Habana”, donde el Ejecutivo de Santos y esa guerrilla mantienen unas negociaciones de paz en las que Venezuela participa en calidad de acompañante.

En tanto, desde La Habana, las FARC llamaron a un “diálogo constructivo” e insistieron en que “Venezuela es y seguirá siendo fundamental para la paz en Colombia”.

En Venezuela, entre tanto, varias decenas de chavistas se movilizaron hoy desde temprano en diferentes puntos de la capital en apoyo al cierre fronterizo y al decreto del estado de excepción.

Por su parte, el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, aseguró hoy que Colombia es la “hermana más complicada” que existe en el continente o quizá en el mundo y el titular del Parlamento venezolano, Diosdado Cabello, indicó que la posición del vecino país es “inmoral”.

En 2010, los dos países vivieron otra crisis, cuando el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, rompió relaciones con Colombia tras las denuncias de la presencia de guerrilleros en su país presentadas por el Gobierno colombiano, encabezado por Uribe. Pero, tras la llegada de Santos al poder, los dos Gobiernos normalizaron las relaciones y sellaron varios acuerdos.

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