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Las pastillas que no sustituyen a la libido

El uso descontrolado e incorrecto de los llamados los estimulantes sexuales, puede poner la salud de quien los tome en serio peligro.

Los estimulantes sexuales, ¿realmente estimulan? Muchos dominicanos están familiarizados con nombres como "La pela", "Elevex", "Vergadur", "Erec-F" y por supuesto, "Viagra". Las famosísimas pastillas que prometen potenciar las facultades sexuales del hombre y que disfrazadas bajo el nombre de estimulantes sexuales son la sensación del momento (Vardenafil, Sildenafil y Tadalafil son los genéricos más populares).

La verdad es que ninguno de esos fármacos son estimulantes sexuales. Ni estimulan ni aumentan la libido, sino que se usan en el tratamiento de la disfunción eréctil, que es distinto.

La pastillitas están de moda, es innegable. Desde la aparición de la Viagra, la primera píldora de esa categoría, son muchos los hombres (y sus parejas) que han recuperado la salud de su vida sexual. Pero, por otro lado, el boom de estos medicamentos ha llegado tan lejos que su uso se ha desvirtuado. Ya no sólo se están usando para tratar problemas de erección, sino para "maximizar" el desempeño sexual en personas sin ningún tipo de disfunción, pero con muchas ganas de impresionar.

Y justo ahí radica el peligro. Se trata de un medicamento y no se está manejando como tal.

¿Cómo funcionan?

Los medicamentos que se utilizan para tratar la disfunción eréctil son vasodilatadores, inhibidores de la fosfodiesterasa y funcionan porque producen una relajación en las venas. "El mecanismo normal de la erección masculina consiste en unas venas en el pene que se relajan y con el llenado de sangre de estas venas vasodilatadas ocurre la erección, los medicamentos también la propician", explica el doctor Freddy Madera, cardiólogo. Estos fármacos funcionan durante la estimulación sexual, así que, contrario a lo que muchos creen, no son una varita mágica. Según el urólogo Juan Caraballo, no sirven de nada si el hombre que haya tomado la pastilla no es estimulado sexualmente.

¡Cuidado!

"Las pastillas para la erección son medicamentos que por sus peligrosos efectos potenciales, sólo deben venderse con prescripción médica", asegura Madera. Sin embargo, en los últimos meses los medios de comunicación se hicieron eco de la preocupación de especialistas ante el hecho de que las pastillas para la disfunción eréctil se estaban vendiendo y hasta regalando sin control alguno. Se encuentran hasta en colmados, a precios bastante bajos y sin receta médica. Además, como se venden detalladas, quien las compra no recibe el papelito con la descripción farmacológica de la pastilla, lo que es un riesgo mayor.

Madera asegura que se trata de un vasodilatador tan fuerte que incluso en los pacientes que reúnen todas las condiciones para tomarlo puede tener serios efectos secundarios. "Si revisas en la descripción del medicamento, la lista de posibles efectos secundarios es interminable. Por cada órgano del cuerpo hay varios posibles efectos". Dolores de cabeza severos, enrojecimiento de la cara, congestión nasal, taquicardia, indigestión, problemas de retención urinaria, visión anormal, diarreas, mareos, son algunos de los más frecuentes.

Pero lo peor es que cuando decíamos que al usar esas pastillas de manera incorrecta un hombre podría estar poniendo en peligro su vida no era una exageración.

El doctor Caraballo explica que la principal contraindicación de estos medicamentos se produce en personas que estén tomando nitratos (generalmente pacientes con problemas cardíacos), pues al combinar unos con otros puedes aumentar la acción, "provocar una dilatación severa, caer en shock de hipotensión, infarto, arritmia y morir".

"La persona muchas veces no conoce el riesgo, adquiere el medicamento por ahí y en vez de conseguir una mejor función, encuentra la muerte", dice.

Pero el peligro no se da sólo en personas que estén bajo tratamiento con nitratos. El doctor Madera dice que hay otros medicamentos con los que las pastillas para la erección pueden tener interacción y causar daño. Algunas de las marcas más conocidas son muy peligrosas combinadas con fármacos tan inofensivos en apariencia como los antibióticos comunes. "El simple hecho de que el mecanismo de acción de la medicina sea vasodilatar y bajar la presión te dice que se trata de una medicina que tiene que ser controlada", asegura.

Por eso, si tu pareja o alguien que conoces siente que necesita un medicamento de este tipo o, sencillamente, tiene intenciones de experimentar con estas pastillas, pídele que consulte a un médico antes. Este es uno de esos tantos casos en el que ser prudentes haría una gran diferencia.

Quiénes sí y quiénes no

La mayor preocupación de los médicos es que estas medicinas se están utilizando de manera incorrecta, pues aunque sólo deben prescribirse a personas que presentan déficit en la erección, muchas de las personas que los compran son jóvenes sin ninguna disfunción sexual que, por experimentar, pueden estar poniendo en peligro su vida. "No los están utilizando pacientes con impotencia sexual, sino que es un can sin ningún control", comenta el doctor Madera.

De hecho, aunque un joven puede verse afectado, según Caraballo los principales candidatos a padecer problemas de erección son "los hombres que ya están en el climaterio masculino y su capacidad de erección ha disminuído; pacientes diabéticos u otros que por una u otra causa sus erecciones y la vascularidad de su pene no es buena".

El doctor Madera agrega que esa disfunción también puede estar causada por problemas de carácter psicológico u orgánico, como una operación de la próstata que haya dejado los nervios lesionados.

¿Más claramente? Estás pastillas no fueron creadas para un jovencito o un señor que simplemente quiera quedar como un semental frente a su pareja, y tener erecciones de "horas y horas", como prometen algunas campañas, para alardear de su hombría.