Mineros en riesgo constante en la búsqueda del Larimar

BARAHONA. en el camino que lleva a la mina de larimar un joven se afana haciendo señas al vehículo que se preparaba para subir la empinada y curvada vía. Por el sonido del motor, logró percibir al camión que bajaba en sentido contrario.

"Le está diciendo que se pare, porque viene otro vehículo y si siguen no podrán pasar ninguno de los dos", explica Darisa Betances, una trabajadora de la mina, y quien a diario debe recorrer varios kilómetros del estrecho y empedrado camino para llegar a su trabajo. Las malas condiciones de la carretera constituye una de las principales quejas que expresan los mineros al momento de hablar del abandono en que, dicen, los tiene el Gobierno.

A esto se suman la falta de asesoría técnica para ejercer sus actividades y el no poder contar con los mecanismos para vender sus producciones en el mercado internacional sin la necesidad de un intermediario.

"Esa carretera debía ser turística, porque esto se vende como una atracción turística, y mírela como está. Los funcionarios debieran venir a hacer una carretera en condiciones", estima Francisco Montero Sánchez, secretario general de la Cooperativa de Servicios Múltiples de Larimar La Filipina, en el distrito municipal de Bahoruco, de Barahona.

César Reginaldo Arboleda, minero y miembro de la Cooperativa de Larimar de Bahoruco, otra de las tres agrupaciones que excavan en busca de la piedra en las lomas de Barahona, entiende que "el Gobierno debiera estar orgulloso de esto (la mina) que es único en el mundo, pero no sé por qué no le da el valor requerido", exclama. Arboleda tiene una queja mayor. Asegura que fueron estafados por los ingenieros que trabajan en un túnel que está en ejecución en la actualidad en el lugar y, que según él, apenas mide 500 metros cuando se pagó para que tuviera 800 metros de largo.

Se refiere al túnel que construye el Gobierno con fondos de la Unión Europea, y que tiene la finalidad de facilitar la extracción de la piedra de larimar que se utiliza en la fabricación de joyas, apreciadas tanto por la población nacional como extranjera. El aporte de la Unión Europea fue de alrededor de tres millones de euros, y además del túnel incluía el acondicionamiento del camino, y unos siete kilómetros de electrificación.

El subdirector de la Dirección General de Minería, Ramón Morrobel, explica que la reducción de la extensión del túnel se debe a que se adicionó al presupuesto un revestimiento que no estaba previsto en el diseño original. "Se diseñó para que fuera de más de ochocientos metros, pero por las condiciones geológicas del terreno fue necesario que los refuerzos de unidad se duplicaran, y como el fondo es cerrado, el presupuesto no alcanzó para la cantidad de metro inicial, sino para 560 metros", detalla.

Morrobel indica que aunque el túnel, que se empezó a construir en el 2008, debía estar listo en siete meses, los problemas con los contratistas y los propios del terreno, han extendido los trabajos hasta la fecha, pero estima que deben terminar antes de finales de mayo, fecha límite para la erogación de los fondos de la Unión Europea.

Ya la galería del túnel está lista y sólo se trabaja en la terminación de un pozo vertical de 56 metros que servirá para la ventilación y salida de escape rápido a los mineros, y que sustituye una de las dos entradas que se previó en el diseño original.

A 190 pies bajo tierra

En la extracción de larimar trabajan a diario alrededor de 600 hombres, a través de las cooperativas Las Filipinas, Las Mercedes y Los Checheses.

La primera actividad que realizan sus mineros para empezar el día es el encomendarse a Dios por medio de una oración, para que el Todopoderoso los proteja del riesgo que supone bajar a profundidades de más de 190 pies, por estrechos túneles de no más de medio metro de ancho y cubiertos de trozos de madera rústica. La madera procura evitar los derrumbes.

Pequeños compresores se encargan de llevar aire fresco a los hombres, no más de dos por turno, que trabajan en la veta de la piedra y a donde algunos bajan sin máscaras, ni botas ni cinturones de seguridad. El riesgo no los detiene, pero estos hombres saben que ponen sus vidas en peligro. "Algunos se marean, se pueden electrocutar por pegarse de los alambres (extensiones eléctricas) y se asfixian", comenta uno de los mineros. El más reciente de los accidentes fatales que mencionan se refiere a la muerte de un minero que llamaban Chichi, y que entró a uno de los hoyos a verificar si ya estaba frío y se asfixió. En enero del 2008, la Dirección de Minería informó la muerte de dos mineros que extraían el larimar. Según reportes de la fecha, en el 2004 también murieron asfixiados tres jóvenes en uno de los hoyos.

Los encargados de seguridad de las distintas cooperativas son explícitos en señalar que nadie puede entrar a un túnel sin que antes se de a éste por lo menos dos horas de aire. Reginaldo Arboleda, que hasta hace poco se desempeñó como jefe de seguridad, sostiene que los accidentes son mínimos, y que la mayoría de los que se mueren en el lugar, es porque entran a escondidas a tratar de robar o de aventajar a sus compañeros.

La Producción

Los mineros se distribuyen por grupos de 10 a 13 personas para iniciar la excavación de cada hoyo, que puede durar desde tres meses, en el menor de los casos, hasta ocho antes de dar con la piedra preciada.

Durante el tiempo de búsqueda estos hombres incurren en gasto por alrededor de RD$400 mil a RD$800 mil, que según informan, cubre un inversionista. El monto incluye la comida, compra de madera para los túneles, martillo y combustible para la planta de electricidad. El inversionista cubre esos gastos con la condición de que, una vez se haga la extracción, le sea vendido el larimar a un precio menor al del mercado.

Entre las tres cooperativas extrajeron 46 mil libras de larimar en el año 2009, según los datos que reportan a la Dirección General de Minería. Para el 2010 la producción bajó a 27,500 libras. El precio promedio que maneja esa dirección es de unos RD$500 la libra, aunque aclara que éste siempre dependerá de la calidad de la piedra, que se mide en función del color y la dureza de la piedra.

Una libra de larimar de tipo 3A vale RD$1,000, la de tipo 2A RD$600 y la inferior RD$200. Estos valores suelen ser distintos en la mina, donde la libra de larimar puede costar desde RD$50 pesos hasta RD$1,500.

El secretario general de la Cooperativa La Filipina, Francisco Montero Sánchez, sostiene que en estos momentos la producción no es buena y que está por debajo del 30% de lo estimado. "El larimar ha estado muy profundo y eso no nos facilita la labor para tener una mayor producción. Ahora mismo son pocos los hoyos que están produciendo", dice Montero Sánchez. Se lamenta de que entre los mineros no se haya logrado una real organización que les permita, unidos en un solo organismo, retener toda la mercancía y salir a pelear los precios en el mercado nacional e internacional.

Manolo Guevara lleva tres meses cavando un túnel sin resultados todavía. "Esto es un riesgo, tanto que uno hace un hoyo, gasta muchísimo dinero y no hay piedra abajo. Pero también uno puede encontrar un hoyo que no rinde y entonces tiene que gastar todo el dinero que se había ganado en otro".

Para Demetrio Vargas el mejor tiempo de los mineros transcurrió entre 2003 y 2005, cuando el larimar alcanzó precios no antes vistos de RD$3,000 por libra bruta. "En ese tiempo los mineros hicimos las cosas que íbamos a hacer. Yo en esa época me quedé con cinco mil pesos en un momento y tres meses después hice una casa de más de trescientos mil pesos, sólo de este negocio", comenta Vargas, y que espera que las cosas vuelvan a mejorar para comprar el carro que le hace falta.