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En EE.UU. protestan por medida que prohíbe envío de ropa usada hacia RD

Hasta el 2005, llegaban al país 1,887 toneladas de productos, que aumentaron a 22,515 el 2012

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En EE.UU. protestan por medida que prohíbe envío de ropa usada hacia RD
NUEVA YORK._ Propietarios de numerosas embarcadoras protestaron la medida de la Dirección General de Aduanas (DGA) de prohibir a partir de hoy primero de agosto, el envío de ropas usadas a la República Dominicana, una práctica que es común y cotidiana entre los inmigrantes criollos desde la década de los años sesenta, cuando comenzó el flujo migratorio a los Estados Unidos.

La información la confirmaron dueños de varias empresas embarcadoras, mudanceras y de envíos de artículos al país caribeño, quienes se muestran totalmente opuestos a la decisión.


El mandar ese tipo de ropa, que incluso es acogida por familiares, vecinos y amigos de los dominicanos residentes en Estados Unidos y Europa, no es sólo una vieja forma que por décadas ha prevalecido, sino también una manera de miles de criollos en la diáspora establecer pequeños negocios en su tierra nativa, desde pequeñas tiendas de ropas y artículos de "medio uso" hasta los populares y llamados "pulgueros" que pululan de punta a punta en toda República Dominicana.

La mercancía también es ofertada en centros de ventas de Nueva York que pertenecen a reconocidas instituciones benéficas como el Ejército de Salvación (Salvation Army), Goodwill Stores (Tiendas de Buena Voluntad), ferias, mercados callejeros y hasta en establecimientos de cierto nivel, donde las ropas se adquieren a bajísimos precios y es donada a esas entidades para recaudar fondos que son destinados a causas sociales.

Miles de tanques, cajas y otros equipajes conteniendo ese tipo de ropa, zapatos, tenis, sandalias, artículos para el hogar como electrodomésticos y muebles, son también enviados por la diáspora, ayudando a la estabilidad económica del país.

La prohibición se basa en una ley que data de hace 39 años y que estaba "muerta", según funcionarios de aduanas que enviaron comunicaciones a las empresas embarcadoras establecidas en Nuevas York y otras ciudades norteamericanas. Carlos Blanco Fernández, director corporativo de la Dirección General de Aduanas (DGA), firmó la misiva.

Charles Canaán, presidente de Salcedo Cargo Express, una de las embarcadoras más cotizadas en el estado, confirmó la carta rechazando la medida e informando que muchos propietarios de compañías similares viajaron esta semana a Santo Domingo para tratar de que aduanas revierta la medida.

Más de 1,000 furgones en los que se transportan alrededor de 25,000 toneladas de productos textiles, son enviados a la República Dominicana, apuntan los representantes de las embarcadoras.

Hasta el 2005, llegaban al país 1,887 toneladas, que aumentaron hasta el 2012 a 22,515. Se dijo que la "resucitación" de la ley 458 se hizo por presiones de empresarios dominicanos radicados en el país caribeño y entidades como la Organización Nacional de Empresas Comerciales, Unión Nacional de Empresarios y Asociación Dominicana de la Industria Textil, entre otras, quienes alegan que la ropa usada que se envía desde Estados Unidos y otros países, pudiera ser una amenaza a la salud pública del país, porque en esas prendas se pueden transferir enfermedades contagiosas y plagas como las chinches e insectos como piojos, pulgas, ácaros, garrapatas y otros.

La ley 458 establecida en 1973 por el entonces presidente Joaquín Balaguer permitió el envío de diversos artículos, pero restringió el envío de ropas usadas, porque muchos dominicanos las enviaban después de ser botadas por clínicas, hospitales y otros centros que las ponían en desuso con el riesgo de que pudieran transmitir enfermedades contagiosas.

Esa misma legislación excluía prendas de vestir, objetos de tocador, ropas de cama o mesa, muebles caseros, lozas y cubiertos de cocina usados.

En su mayoría, la ropa y los calzados usados enviadas desde Estados Unidos, son de reconocidas marcas de prestigio mundial e inclusive, muchas son sacadas del closet en excelentes condiciones o tal vez después del "estreno".

Cuando fenómenos naturales han impactado zonas de la media isla como huracanes y tormentas tropicales, dejando a millares damnificados, los gobiernos dominicanos han encontrado a su mejor aliado en las donaciones que hace la diáspora en docenas de furgones que se aparcan en las esquinas y frente a instituciones comunitarias, regalando esas ropas, así como comida enlatada, leche en polvo y medicinas genéricas.

La frase de "déjamela cuando te vayas" ya se ha hecho tradicional entre parientes, vecinos y conocidos de los que "viajan".

A muy pocos les importa si los accesorios son usados o no. Siguen siendo tan codiciados como si fueran acabados de comprar en grandes tiendas, especialmente los pobres que no tienen ninguna posibilidad de usar productos de reconocidas marcas.