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Carencias y caos afectaron al Gran Santo Domingo

Reincorporación tráfico causó largos tapones en la capital

SANTO DOMINGO. Un juego de dominó al borde de la crecida del río Ozama camufla la situación de precariedad en la que se encuentran centenares de personas residentes próximo a la orilla del río Ozama.

La Barquita es la punta del iceberg de una serie de sectores que se encontraban anegados por las aguas en Santo Domingo Este, pero que también incluye El Tamarindo, El Margara, El Perla, Cancino y los Tres Brazos.

La emergencia convocaba la solicitud, por parte de la Defensa Civil, al Ministerio de Educación de dos escuelas cercanas para trasladar a los desplazados. "Estamos hablando de 1,100 familias en La Lata, la Lechuga, y otros sectores dentro de La Barquita", declaró ayer al mediodía Delfin Antonio Rodríguez, encargado de operaciones de la Defensa Civil. "El pronóstico es que el agua siga subiendo, por suerte no es una crecida de un solo golpe".

"Aquí están durmiendo hasta cuatro personas por colchón. Los colchones son lo que una vez donó el Inavi, y son muy pocos", declaró la dirigente comunitaria de La Barquita, Juana Hernández, en la capilla San José, uno de los albergues junto a una escuela privada de la Barquita.

A la Defensa Civil le preocupaba también El Margara, en Santo Domingo Este, donde se encontraban unas 150 personas desplazadas que no habían recibido ayuda; Cancino y Los Tres Brazos.

En tanto que en el municipio Santo Domingo Este familiares de Manuel García Polanco, 52 años, continúan su búsqueda, luego de que fuera arrastrado por la corriente de la cañada de Guajimía donde buscaba metales.

Tránsito difícil

La actividad económica en la capital se reincorporó creando largos tapones, mientras que el viento provocó la caída de árboles, ramas, y letreros, causando la destrucción de vehículos, casas y creando tampones. En la avenida Sarasota la caída de un árbol detuvo el tránsito de vehículos; mientras que en la Plaza Universitaria de la PUCMM un letrero destruyó una yipeta y en el parqueo de Jumbo de la carretera Mella los vientos tumbaron un letrero.

La continuación de los aguaceros inundó incluso varias intersecciones de la avenida John F. Kennedy, con la avenida Ortega y Gasset y la Tiradentes, todo el entorno del estadio Quisqueya, durante las primeras horas de la mañana.

En la zona de Manoguayabo, los residentes cercanos al río estaban alerta a la posible crecida. En tanto que la avenida de Los Peloteros el tránsito se dificultaba próximo a la entrada de las carreteras de Hato Nuevo y Batey Bienvenido.

En Santo Domingo Este, la avenida Charles de Gaulle se mantenía inundada y varias etapas de la carretera Mella se reducían a un solo carril, mientras los residentes acusaban que los aguaceros impedían a muchos salir de sectores Invivenda, Eugenio María de Hostos, Millenium, Villa Duarte. El agua también afectaba a los barrios de Santo Domingo Norte al borde del río Ozama.