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El Bonogas, otro mecanismo del Estado para engrosar los bolsillos de los transportistas

Vía esa compensación, los choferes han recibido RD$2,332 millones en los últimos cuatro años

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El Bonogas, otro mecanismo del Estado para engrosar los bolsillos de los transportistas
Unos 20 mil choferes se benefician del Bonogas, a través de una ayuda de RD$3,420 al mes.

Santo Domingo. El subsidio al Gas Licuado de Petróleo (GLP) creado por el gobierno para ayudar en principio a las amas de casa ante el constante aumento de los combustibles, pasó a ser también un mecanismo para favorecer a los choferes, que les ha permitido embolsillarse un monto de RD$2,332,785,420 en los últimos cuatro años.

Amén del subsidio de gasoil que cuesta al Estado RD$3,222,809,331.88, cerca de 20 mil choferes se benefician del programa Bonogas, otorgado a través de una ayuda económica de RD$3,420 al mes, para la compra de GLP.

De noviembre del 2008 a septiembre del 2012 se han emitido 19,288 tarjetas para beneficiar igual número de choferes de las provincias Santo Domingo, Santiago y el Distrito Nacional.

De acuerdo con los informes de gastos del Programa Progresando con Solidaridad, de la Vicepresidencia de la República, en noviembre del 2008 se emitieron 8,286 tarjetas, lo que conllevó un gasto de RD$56,676,240, cifra que para diciembre de ese mismo año aumentó a RD$85,014,360.

En el 2009, los beneficiarios ya eran 16,751, en los que se había invertido en ese entonces RD$540,982,440. Ya en el 2010, la cantidad de favorecidos pasó a ser 17,971, los que consumieron un presupuesto de RD$616,167,720 de las arcas del Estado.

En el 2011, dicha cantidad sufrió una reducción de 1,449 beneficiados, quedando la cifra en 16,522, a quienes se les distribuyeron bonos por RD$605,794,860. Los números continuaron manejándose, y desde enero del 2012 a septiembre de ese mismo año, la cantidad de choferes agraciados era de 15,921, que costaron al Gobierno RD$484,826,040.00.

Todavía se quejan...

Sin embargo, a pesar de dichos beneficios, las quejas de los transportistas no paran, y a decir de Antonio Marte, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones del Transporte (Conatra), no es cierto que sean cerca de 20 mil los agraciados.

Asegura que son menos de cinco mil los que reciben la ayuda estatal del GLP, la que considera es muy mínima ante los elevados costos de los combustibles.

"Esos choferes están comprando gas caro, entonces el gobierno debe buscarle una solución a este problema", enfatizó.

También Alfredo Pulinario Linares (Cambita), presidente de la Central Nacional Movimiento Choferil (Mochotran), se queja de que más del 50% de los choferes que utilizan GLP, carecen de la tarjeta Bonogas: "y es algo injusto que un chofer cobre la tarjeta y otro no, por eso nosotros entendemos que hay que dotar a todos los choferes del transporte público de la tarjeta Bono-Gas".

"Hay que buscar una alternativa para nosotros dejar ese pasaje como tal, que haya un sacrificio de los transportistas y del gobierno", dijo.

De su lado, el presidente de la Unión Nacional de Transportistas y Afines (Unatrafin), Arsenio Quevedo, pidió al gobierno un aumento de la compensación del GLP, o sea de los RD$3,420, a fin de poder hacerle frente a los constantes incrementos en los precios de los combustibles.

También cuestionó que miles de choferes no tienen la tarjeta de Bonogas y, sin embargo, otros sí, lo que entiende es una competencia desleal.

Otro punto de vista

No obstante, el urbanista Erick Dorrejo, entiende que los subsidios son poco transparentes, y por lo general son altamente focalizados, complicando en cierto modo su verdadero fin.

"El tema del financiamiento, no sólo del gas, lo que crea es muchísimas distorsiones, y el transporte público debe ser ofertado en su mayoría por el Estado, que debe tener el control total de lo que es la oferta, aunque eso no quiere decir que lo provea, pero sí debe tener el control, porque al final es un beneficio que va directo a la población", enfatizó.

A su juicio, el problema obedece a que el servicio del transporte colectivo que ofrece el Estado no está completo, y la oferta que se proporciona es mínima, frente a la realizada por las empresas privadas.

Precisó que la inversión para solucionar el caos del transporte no debe recaer en traer nuevas unidades, sino en reordenar el tránsito.

"Si se insertan nuevas unidades lo que hará es complicar el estado del tránsito y el transporte, porque los entaponamientos están por un aumento del parque vehicular sin tener un servicio de transporte eficiente", apuntó.

La solución

El urbanista propone implementar un Sistema Integrado de Transporte Público, tomando en cuenta tres conceptos primordiales: al ser humano, la creación del sistema y la potenciación del mismo.

"Postulamos que la movilidad masiva de pasajeros será efectiva si es sustentada en la creación de un sistema institucional de participación público - privado (en un principio), que pueda potenciar la integración en los siguientes aspectos: integración administrativa, integración tarifaria, integración de modos y servicios, integración urbana e integración de políticas gubernamentales", destacó.

Los detalles:

Para lograr un verdadero sistema de transporte se hacen necesarios, según Dorrejo los siguientes pasos:

- Integración administrativa: Fusionando en un solo organismo a los principales actores que intervienen en la movilidad de pasajeros dentro de la ciudad.

Por lo tanto, todas las instituciones u organismos que tengan atribuciones relacionadas con el transporte público, deberán ceder sus competencias a dicho organismo. De esa forma se eliminaría una serie de estamentos burocráticos y dificultades que surgen al momento de iniciar la coordinación sistemática del servicio estatal.

- Integración tarifaria: Integrando las tarifas de las diferentes modalidades de transporte en un mismo paquete; unificando los precios de los servicios y creando un sistema de billetaje único, fácil de utilizar en cualquier modo de transporte. Esto haría que el uso del transporte público sea más sencillo y más accesible.

Dicha integración permitiría un control novedoso en las distancias recorridas y en la cantidad de clientes transportados de un lugar a otro de la ciudad, de manera que puedan crearse modalidades de pagos desde el gobierno hasta los operadores privados.

-Modos y servicios: Debido a la complejidad de la ciudad y la gran variedad social y económica de los habitantes que se sitúan en la provincia Santo Domingo, no es posible resolver los desplazamientos a cualquier destino en un mismo tipo de transporte.

En ese sentido, las modalidades para transportar dentro de ciertos espacios urbanos será determinado por la condición del lugar a movilizarse. Debe determinarse e integrarse todas las modalidades y servicios ofertados en la ciudad, de manera que cada uno pueda ubicarse en los diferentes sectores según las necesidades.

-Políticas gubernamentales: Procurando la unidad entre los criterios estatales y sindicales; diseñando un compendio de medidas orientadas a satisfacer en primer lugar al individuo -cliente- que utiliza los servicios de transporte público.

Ncampos@diariolibre.com

En busca de soluciones

Según el urbanista Erick Dorrejo, otro criterio en la búsqueda de la sostenibilidad del transporte público, es el potenciar en las ciudades su uso.

Aduce que de nada sirve poseer el mejor sistema de transporte masivo de pasajeros del Caribe si no se desarrollan estrategias fuera de la tecnicidad del transporte público, pero perfectamente ligadas al desarrollo del mismo. Se requiere, dice, proveer mayores ventajas a los usuarios de medios de transporte público, por encima de las que podrían proporcionarle sus automóviles privados:

Estableciendo espacios adecuados para tomar y dejar pasajeros, incrementando la cantidad de estacionamientos públicos y privados en los alrededores de las principales estaciones de transporte de manera que sean utilizados como aparcamientos disuasorios.

También facilitando el acceso y el uso de ciertos lugares a los medios de transporte público por encima del ofertado al vehículo privado o construyendo carriles-bus de uso exclusivo en las zonas de mayor entaponamiento.